¿Democracia o dictadura: cómo distinguirlas?

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Cuando un país se considera gobernado por una dictadura es porque no hay instituciones o leyes que hagan contrapeso al poder de su gobernante y al partido o miembros del régimen que lo acompañan.

Es, de acuerdo a los especialistas que consultamos, “el ejercicio de un poder político, unidireccional, exclusivo y sobre todo, que utiliza la fuerza para imponerse”. 

Para comenzar a distinguir los rasgos de una dictadura como tal, de otro tipo de gobierno o modelos de gobernar, Luis Daniel Vázquez, profesor e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), nos dijo que la Ciencia Política clasifica al ejercicio del poder sobre la ciudadanía en cuatro grandes rubros:

  • Democracia
  • Totalitarismo
  • Dictadura 
  • Autoritarismo

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“Y no están bien delimitados, porque en realidad son una continuación: hay partes de uno y de otro que se van superponiendo. (En México) podemos decir que estamos en una democracia porque hay elecciones. Sin embargo, nuestro deber es decir, bueno ¿es una democracia cuando tenemos millones de pobres y millones de desaparecidos? o ¿cómo es posible que nosotros y Noruega seamos una democracia? Si claramente nosotros y Noruega funcionamos de una manera muy distinta?”, explicó Vázquez. 

Esto porque en todas las democracias existen algunos rasgos autoritarios, o hay medidas con tendencia autoritaria. Como en el caso de México, cuya política de seguridad y de generación de justicia es muy notoria, como la militarización que ha avanzado en los últimos años, detalló el especialista. 

Para Felipe Gaytán, investigador y académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, una diferencia notable entre una dictadura y un régimen democrático, es que en el segundo modelo hay reglas claras y límites en el ejercicio del poder, que es incluyente y la oposición tiene la oportunidad de poder acceder a espacios de poder o al poder mismo. 

“Casi siempre, cuando se da esta discusión en América Latina, se piensa que la dictadura se posa en la figura del presidente en turno, pero hay que hacer una distinción porque no es lo mismo una dictadura que el autoritarismo”, nos dijo el investigador. 

Una de las características del autoritarismo, explica Gaytán, es que a pesar de las decisiones que se toman, existen instituciones que ejercen contrapesos y una oposición que sigue participando de alguna manera en el juego político. 

“No se le reprime y no se le anula, a diferencia de la dictadura, en la dictadura no hay posibilidad de hacer oposición, te anulan, te eliminan o te excluyen, te ponen en el exilio”, señaló Felipe Gaytán.

En una dictadura se rompe todo el régimen democrático y de representación constitucional, es decir, es el rompimiento de “las reglas del juego”. Cuando se habla de autoritarismo, se “juega” con estas reglas para obtener más beneficios. 

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“Señalan por ejemplo, que en el caso de México puede ser igual que Venezuela, que es una dictadura, en realidad no, lo que tenemos es, sí… se está corriendo hacia cierto nivel de autoritarismo, pero no llega a un nivel de dictadura. Por ejemplo, en Cuba se sigue dando, no hay posibilidad de disidencia y el control del Estado sobre muchos aspectos es muy amplio, ni siquiera en Venezuela, ahí hay solo un principio muy autoritario”, agregó Gaytán. 

Para Daniel Vázquez, la relación específicamente entre democracia y autoritarismo tiene que ver con que haya una división de poderes efectiva, cuando hay un proceso de centralización en la figura del poder Ejecutivo, incluso, aunque haya elecciones. 

En conclusión, ambos expertos señalaron que existe el temor -y está presente en todos los regímenes- de caer en una dictadura, pero consideran que es importante hacer una diferencia entre un dictador, el autoritarismo y la democracia. 

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