Entre más encierro más transtornos
Por: SIMO Consulting México
Sabemos de distintas fuentes que la crisis económica provocada por el coronavirus llevará a personas de clase media a situación de pobreza y personas en situación de pobreza a pobreza extrema (PNUD, CEPAL y Banco Mundial). Los datos del monitoreo de SIMO Consulting apuntan a que las personas de bajos ingresos están perdiendo en mayor medida sus ingresos laborales.
Por otro lado, una gran proporción de estas personas viven en zonas urbanas densamente pobladas donde la pandemia se ha esparcido con gran velocidad y, por lo tanto, su probabilidad de contagio es mayor.
Existe un factor extra, que pone a esta población en una situación de aún mayor vulnerabilidad. La población en mayor precariedad económica también manifiesta mayores riesgos en su salud mental producto de situaciones asociadas a la pandemia.
Al describir su estado de ánimo, las personas presentan respuestas asociadas a un estado de ánimo negativo como: angustia, inquietud, enojo, agresividad y preocupación. De acuerdo a los datos recabados, es claro que estas emociones se viven de forma más intensa al disminuir los niveles de ingreso.
Entre mayor sea el tiempo que dure la crisis provocada por el COVID-19, mayor también es el riesgo de que estos estados de ánimo se conviertan en un trastorno psicológico que requiera de la intervención de un profesional.
Al revisar los datos de estado de ánimo según las distintas ocupaciones de los respondentes se puede observar, como era de esperarse, que los que reportan estar desempleados son aquellos con peores estados de ánimo. Además, es importante destacar que amas de casa, y en especial amas de casa con trabajo de medio tiempo, también presentan una carga emocional muy fuerte, y esta carga es pocas veces reconocida.
Estas afectaciones a la salud mental tienen un impacto profundo sobre los espacios de socialización de las personas y también pueden poner una importante traba sobre su recuperación económica futura. La desigualdad social en sus diferentes dimensiones multiplica las vulnerabilidades causadas por la pandemia.
