Discursos de odio en redes deben de ser controlados con acuerdos internacionales, no con censura

Compartir:

- Advertisement -

¿Quién decide si lo que estás publicando en redes sociales representa un discurso de odio? ¿Los dueños de Facebook? ¿Los de Twitter? A pesar de que no han sido utilizadas en redes sociales, existe un código de las Naciones Unidas para distinguir la diferencia entre evitar un discurso de odio y restringir la libertad de expresión.

“El ‘Plan de Acción de Rabat’ permite distinguir entre un discurso de odio y las restricciones a la libertad de expresión, y que su combate no sea sólo un capricho o una ocurrencia, porque esto en algunos casos, puede ser contraproducente, porque algunos gobiernos lo usan para callar voces”, nos dijo Vladimir Cortés, oficial del programa de Derechos Digitales en Artículo 19.

Artículo 19 es una organización que se dedica a la promoción y defensa de los derechos digitales, así como a promover el respeto a la libertad de expresión.

El Plan de Acción de Rabat” tiene seis parámetros para saber si existe censura en un país o en una situación determinada: 

1.- Contexto social y político

2.- La categoría del hablante

3.- La intención de incitar a la audiencia contra un grupo determinado

4.- El contenido y la forma del discurso

5.- La extensión de su difusión

6.- La probabilidad de causar daño, incluso de manera inminente

Para saber más: No son tus fotos, se convertirá en cartera digital y por eso hizo cambios

El 8 de enero Twitter Inc., la compañía de redes sociales y propiedad de Jack Dorsey, tomó la decisión de suspender permanentemente la cuenta del aún presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. 

El argumento que la compañía dio en su comunicado fue que en el contexto de las últimas semanas en ese país, el presidente incitó a actos de violencia, lo que constituye violaciones a las reglas de Twitter

¿Una compañía privada puede hacer esto? Vladimir Cortés y la politóloga internacionalista Arlenne Uresti, nos explicaron que sí es posible, pero dicha acción puede ser catalogada como un capricho o una acción de responsabilidad social corporativa, y no una acción que podría afectar a todo un país y a su derecho fundamental de libertad de expresión.

“Efectivamente, las decisiones que se tomen deberán de estar armonizadas en un marco de derechos humanos, que permitan ver en qué casos se deben de tomar estas restricciones, que cuenten con requisitos y con las medidas que son necesarias ante un caso de discurso de odio”, detalló el especialista de Artículo 19.

No, no es regular la libertad de expresión

De acuerdo con Vladimir Cortés, para llegar a un marco normativo internacional que indique con claridad si un tuit o cualquier otra expresión en redes sociales puede ser considerado como discurso de odio, no se necesita crear una ley, sino crear un mecanismo que garantice la rendición de cuentas. Con el fin de que un empresario no tenga el destino de una nación en sus manos.

“En este mecanismo deben de ser incluidos otros actores, tanto de la ciudadanía como de los gobiernos y expertos, para que eviten las decisiones unilaterales y exista una armonización con la Ley Internacional de los Derechos Humanos”, señaló el experto.

También te puede interesar: La luz al final del túnel. La toma de posesión de Joe Biden y Kamala Harris

Los discursos de odio después de Trump

La actividad del presidente Donald Trump en redes sociales crea un precedente en cuanto a cómo controlar o evitar la propagación de discursos de odio a través de internet. 

“Se especuló mucho sobre el impacto del presidente Donald Trump, todavía le tienen mucho miedo a lo que pudiera decir y convocar, mientras no se asegure el proceso de transición de poder y su estabilidad, seguramente el bloqueo de las cuentas de Donald Trump seguirá”, nos dijo Arlenne Uresti, experta en asuntos internacionales.

La especialista detalla que se tienen indicios en Estados Unidos de que él, como figura pública, seguirá teniendo influencia en grupos extremistas en ese país. 

Respecto a otros casos que han ocurrido en el mundo, Uresti señala que aún es difícil ver cuántos más hay, porque las redes sociales se transformaron mucho durante los últimos cuatro años. Es decir, no tenían tanto poder o influencia como lo tienen ahora.

“Este presidente es un caso que sienta precedentes, es disruptivo y sacó temas que desde los años sesenta se están discutiendo en Estados Unidos, como los derechos civiles”, concluyó la entrevistada. 

¿Quién será el actor político o social que convoque a la construcción de un acuerdo que evite los discursos de odio en redes sociales?

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.