Guerra, mentiras y redes sociales en el conflicto en Gaza

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El pasado 17 de octubre un cohete cayó sobre un hospital en la Franja de Gaza, en Israel, dejando un saldo de al menos 500 personas muertas. Sin embargo, hasta el momento no hay claridad sobre el origen del misil que le arrancó la vida a pacientes, personal médico, desplazados, mujeres y niños, si provino de Hamás o fue resultado de un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel.

Ambos bandos se acusan de la tragedia. El ataque ya es considerado como el más sangriento desde que Israel inició una campaña de bombardeos contra Gaza en represalia por un devastador asalto de Hamás contra comunidades del sur de Israel el pasado 7 de octubre.

La verdad de lo ocurrido se ve opacada por mensajes contradictorios en redes sociales, que confunden y en lugar de informar, desinforman a un público ávido de noticias, sin importar que éstas sean falsas. 

En un intento por deslindarse del mortífero ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel mostraron en sus redes sociales un video en el que una ráfaga de misiles salía disparada de un punto supuestamente ubicado en Gaza. Uno de los proyectiles desviaba su curso y caía sobre un edificio, que de acuerdo con las afirmaciones de Israel sería el hospital.

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Sin embargo, el periodista Aric Toler, del departamento de Investigaciones Visuales del New York Times, evidenció que la hora que aparece en el video es posterior a que supuestamente ocurrió el ataque. Las Fuerzas de Defensa de Israel bajaron el video y publicaron otro, pero editado, en el que ya no se podía ver la hora. 

El Ejército israelí modificó su narrativa. Aseguró que podían afirmar que el cohete pertenecía a Hamás con base en “varias fuentes”, pero nunca detallaron cuáles son. En consonancia con este relato el presidente Joe Biden respaldó a Israel en su afirmación de que el ataque contra el hospital fue un cohete disparado por error por “el otro equipo”, según dijo. 

Biden sostuvo que información militar lo llevó a la conclusión de que el cohete era palestino y no israelí. Sin embargo todavía no se presenta dicha información. 

Bebés decapitados… que nunca existieron

No es la primera vez que Biden incurre en una afirmación que podría ser errónea. El 12 de octubre pasado, el presidente de EU dijo que había visto fotografías de niños decapitados tras el ataque de Hamás a Israel que inauguró este nuevo episodio de violencia en el Medio Oriente

“Nunca creí que vería imágenes de terroristas decapitando niños”, dijo Biden en un encuentro en la Casa Blanca con líderes de la comunidad judía.

Varios medios de comunicación de México y el mundo replicaron la información en sus redes sociales. Pero horas después la Casa Blanca desmintió la información, indicando que no podía confirmar la veracidad de esas afirmaciones y que Biden no había visto ninguna imagen de ese tipo.

El rumor fue, tristemente, propagado por la periodista estadounidense Nicole Zedek, quien afirmó durante una transmisión en vivo que había platicado con un soldado israelí, quien le dijo que Hamás estaba decapitando niños. La periodista no verificó las declaraciones de su supuesto entrevistado

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Como ocurrió con el caso de Biden, medios se apresuraron a difundir información que no había sido debidamente verificada, a pesar de que testimonios de corresponsales en el lugar señalaban que nada así había ocurrido. 

La narrativa en occidente es clara: las bajas en el caso de Israel son asesinatos; del lado palestino son muertes… a pesar de que hayan sido a causa de ataques aéreos de un Ejército que no respeta las convenciones sobre derecho internacional y asistencia humanitaria.

Desinformación emocional

Elías Vargas, doctor en Ciencias Sociales y Psicología Social de la UAM Xochimilco, nos explicó que en una guerra el campo informativo se convierte también en un campo de batalla, pues los distintos bandos buscan imponer su narrativa para sumar apoyos y dar su versión de la realidad.

Para ello, nos dijo, se recurre a rumores y noticias falsas, que apuntan directamente a las emociones. Debido a que son inverificables cumplen con su cometido, que es provocar una tendencia de opinión que resulte favorable a una determinada causa

“Actualmente las luchas por el poder también se dan en términos de la información. De esta manera, lo que se pretende con el uso de la distribución de ‘noticias falsas’ es imponer, a niveles subjetivos, formas de ver y enunciar procesos sociales, políticos y económicos. En muchos casos con la intención de ganar adeptos, generar rechazos y promover el miedo y la confusión”, nos dijo.  

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Para el experto, las noticias falsas son emocionales, es decir, son hechos distorsionados que buscan provocar una reacción de afecto o rechazo en el público

Vargas nos dijo que este tipo de información se difunde sobre todo en momentos de crisis, lo que perjudica al individuo que está expuesto a este tipo de datos, ya que le genera incertidumbre, polariza y en algunos casos le impide tomar decisiones o una postura. 

“Las noticias falsas no buscan informar sino generar emociones. Las noticias falsas -en muchos casos- usan hechos reales (con lo que ganas cierta veracidad) que son distorsionados para apuntalar una serie de fantasías y estados emocionales”. 

“Incluso, podemos ver que la distribución de noticias falsas puede servir para depositar culpas y responsabilidades en otro, y así eludir las propias, lo que favorece que la opinión pública legitime todo tipo de agresión”, señaló. 

Redes sociales, el campo de la desinformación

Desde que comenzó la guerra en Israel, Facebook, X, TikTok, WhatsApp y Telegram han sido los vehículos ideales para difundir información falsa.

Imágenes de videojuegos que se presentan como bombardeos de Gaza, videos de víctimas de la Guerra de Siria y hasta falsa memoranda de la Casa Blanca se han viralizado en redes sociales. 

“La mayoría son rumores, pero se comparten porque la gente está desesperada por publicar información sobre lo que está ocurriendo. Lo que hace todo más confuso es la mezcla de afirmaciones falsas y contenido auténtico que se atribuye al lugar equivocado y en tiempo equivocado”, dijo para el New York Times Arieh Kovler, un analista político que estudia los efectos de la desinformación. 

Debido a la difusión de información que puede resultar perjudicial y solamente polarizar más un conflicto ya de por sí polarizado, la Comisión Europea comenzó una investigación en contra de X, la red social de Elon Musk, por propagar contenido ilegal, desinformación, violencia y discursos de odio.

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La investigación de la Comisión Europea tiene como base la Ley de Servicios Digitales, que busca que las grandes empresas tecnológicas se hagan responsables por los contenidos que se difunden en sus plataformas. 

Y aunque X respondió a través de su directora ejecutiva, Linda Yaccarino, que la red social eliminó cuentas vinculadas a Hamás, un paseo por la plataforma deja ver que la información falsa -y no solamente de Hamás- pulula como el odio. 

Para Elías Vargas, el objetivo último de las noticias falsas es provocar miedo. “No hay nada más peligroso que alguien asustado, pues en muchos sentidos puede permitir y legitimar acciones inhumanas y contrarias a los derechos humanos”, nos comentó.

Vacunas contra noticias falsas

De acuerdo con la empresa de ciberseguridad Kaspersky, que ha creado de los antivirus cibernéticos más confiables, se pueden identificar distintos tipos de noticias falsas, que van desde los llamados clickbaits hasta reportes periodísticos de mala calidad, pero emitidos por fuentes conocidas o confiables. 

La compañía señala que una noticia falsa puede ser difundida por motivos propagandísticos para engañar a un público y empujar una agenda o tendencia de opinión. 
Otra manera es a través de encabezados engañosos o sensacionalistas, que provocan que el lector ingrese a la noticia para descubrir que se trata de otra cosa. También se falsifican fuentes confiables para dar legitimidad a una información que es errónea. 

“Las noticias falsas a menudo se masifican mediante sitios web de noticias falsas, los cuales suelen imitar a fuentes de noticias auténticas con el fin de ganar credibilidad. De acuerdo con estudios realizados, las redes sociales permiten que las afirmaciones falsas se propaguen rápidamente; de hecho, incluso aún más rápido que las noticias reales”, advierte Kaspersky.

Para evitar caer en noticias falsas, lo más importante es no difundir o compartir información que no esté debidamente verificada

Los pasos para identificar fake news, según Kaspersky, deben pasar por los siguientes filtros:

1. Corrobora la fuente.

2. Verifica que el autor o autora exista.

3. Contrasta la información con otras fuentes.

4. Mantén una mentalidad crítica y evita caer en reacciones emocionales. 

5. Comprueba que los hechos son ciertos.

6. Confirma que las imágenes son reales y precisas.

7. Checa que no se trate de una broma o una sátira.

8. Evita caer en una cámara de eco.

9. Recurre a sitios de verificación de datos y hechos para desmentir o corroborar información. 

Gobiernos y medios de comunicación difunden noticias falsas por diversos motivos, ¿se harán responsables de las consecuencias?

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