Sin comida, gasolina ni servicios básicos en Haití por la violencia entre pandillas

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La violencia en Haití se está desbordando. Las pandillas rivales conocidas como G9 y G-Pep tienen tomada el área de Cité Soleil, en Puerto Príncipe, la capital del país. Las carreteras, el combustible y el acceso a los servicios básicos mantienen a la población en un constante terror desde hace varios meses.

La alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet, se pronunció ante la situación que vive el país caribeño donde casi 1,000 personas -incluyendo mujeres, niñas y niños- han sido asesinadas en lo que va de 2022.

Además se han tenido reportes de violencia sexual contra mujeres, niñas y niños que viven en las zonas tomadas por los grupos criminales, principalmente en Puerto Príncipe. El pasado 16 de julio la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó que 234 personas murieron o resultaron heridas por la violencia entre el 8 y el 12 de julio.

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“La violencia armada ha alcanzado grados inimaginables e intolerables en Haití. Es indispensable que se tomen medidas urgentes para restaurar el Estado de Derecho, proteger a la población de la violencia armada y exigir responsabilidades a los padrinos políticos y económicos de estas pandillas”, dijo Bachelet.

El portavoz de la ONU, Jeremy Laurence, explicó que “la mayoría de las víctimas no estaban directamente involucradas en pandillas y fueron atacadas directamente por elementos de pandillas”, y estimó que incluso el número de muertes podría ser superior a lo que tienen registrado.

“De enero a finales de junio, hemos documentado 934 asesinatos, 684 heridos y 680 secuestros en la capital”, dijo Jeremy Laurence en el reporte, en el que además, piden al gobierno haitiano que detengan el ataque de los grupos criminales que se vuelven más mortales con el paso de los días.

Las bandas fuertemente armadas son cada vez más sofisticadas en sus acciones, realizando ataques simultáneos, coordinados y organizados en diferentes áreas. El derecho a la vida es el derecho supremo en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, y el Estado tiene el deber de proteger ese derecho, incluso de las amenazas que emanan de personas y entidades privadas”, dijo Laurence.

ONU prohibe venta de armas

El pasado 15 de julio, la ONU aceptó la propuesta de México y Estados Unidos de prohibir la venta de armas pequeñas, armas ligeras y municiones en Haití para combatir la creciente violencia que se desató en 2021 luego del asesinato del presidente Jovenel Moïse quien recibió 16 disparos en su casa, donde fue atacado por un grupo armado. La primera dama, Marine Moïse, sobrevivió al ataque aunque resultó herida.

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Las acciones para el control de armas en Haití incluyen prohibiciones para salir del país y congelamiento de las cuentas contra los líderes de pandillas y extiende el mandato de la misión política especial que tiene la ONU en el país por un año más.

Sin embargo, uno de los principales problemas en el país caribeño es el tráfico ilegal de armas que reciben los grupos criminales principalmente de Estados Unidos, la frontera con República Dominicana y desde Jamaica, con la que presuntamente intercambian drogas por armas de fuego.

En 2020, un informe de la ONU estimó que más de 270,000 armas de fuego se encontraban circulando ese año de manera ilegal en Haití, aunque la Comisión Nacional de Desarme, Desmantelamiento y Reinserción calculaba que esa cifra podría alcanzar las 500,000.

Falta de combustible y servicios genera protestas 

Desde hace meses, la escasez de combustible en Haití se ha agudizado, aunque este problema ha sido una constante desde hace años en el país más pobre de América gobernado actualmente por Ariel Henry

Durante semanas, cientos de haitianos bloquearon las carreteras para exigir que se restableciera el suministro de gasolina que estuvo suspendido por la creciente violencia en las calles. Sin embargo, a pesar de la reapertura de la principal terminal de combustible, la ciudadanía aún no puede tener acceso ya que el transporte y las carreteras están controladas por las pandillas y los precios se han incrementado considerablemente.

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“Como parte de sus tácticas, algunas pandillas han impedido que la población local acceda a productos básicos como agua potable y alimentos. Esto ha empeorado la prevalencia de la desnutrición aguda, incluso de los niños, en las zonas afectadas. La violencia también ha exacerbado la escasez de combustible, ya que el principal depósito de combustible está ubicado en Cité Soleil (Puerto Príncipe)”, explicó el portavoz de la ONU, Jeremy Lawrence. 

Por está situación muchas familias han tenido que buscar refugio en otros países, pues la crisis alimentaria y la inseguridad han hecho que sea imposible vivir en una nación que no ha parado de ser azotada por terremotos, hambruna, la indiferencia de sus países vecinos y un gobierno que no solo es incapaz de disminuir los niveles de violencia sino que es acusado de estar coludido con los grupos criminales

¿Qué tiene que pasar para que se atienda con seriedad la situación en Haití que está costando la vida de muchas personas?

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