Inteligencia Artificial, una oportunidad y un desafío para la libertad de prensa

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Aunque todavía se considera un terreno inexplorado y con posibles riesgos para el ejercicio del periodismo y la libertad de expresión, el uso de la inteligencia artificial (IA) es también una oportunidad para que las y los comunicadores realicen investigaciones con mayor riqueza de datos, además de presentar historias de manera más creativa y atractiva para las audiencias.

¿La IA afectará los derechos de las y los periodistas? ¿Pasaremos a ser sustituidos por máquinas “reporteriles” o se abre la posibilidad de mejorar nuestra labor informativa?

En respuesta a lo anterior, Juan Manuel Casanueva, director de Social TIC -organización civil que promueve la tecnología digital con fines sociales-, nos explicó que muy posiblemente la IA suplirá a gran parte del periodismo de nota diaria, es decir, aquel periodismo mecánico o repetitivo que reporta lo que se dice en un espacio determinado y que puede ser grabado.

“Me da mucha emoción ver las posibilidades para el buen periodismo de investigación o de profundidad, al utilizar los diferentes contextos de información y datos que generan los grandes bancos de información que alimentan a la IA”, abundó el especialista en tecnologías de la comunicación.

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Por su parte, Priscilla Ruiz, coordinadora legal de Derechos Digitales en la organización defensora de la libertad de expresión Artículo 19-México y Centroamérica, nos contestó que aunque la IA “tiene sus pros y contras”, en el caso del periodismo es una oportunidad para “evolucionar con el uso de herramientas como el metaverso”.

“Pensamos que ciertos medios digitales que están inmersos en el tema de la tecnología pueden explorar este espacio del metaverso como una oportunidad, sin embargo no quitamos el dedo del renglón sobre ciertas adversidades, pues también en el metaverso hemos visto abusos sexuales, violencia de género, e incluso racismo y discriminación”, precisó la abogada.

Pero, ¿qué es el metaverso? Según el portal Xataka.com -especializado en temas tecnológicos-, se trata de un mundo virtual (o realidad alternativa) al que nos conectaremos con dispositivos que nos harán pensar que estamos dentro de él: “será como realmente teletransportarse a un mundo totalmente nuevo a través de gafas de realidad virtual, y otros complementos que nos permitirán interactuar con él”.

“Puede ser muy útil usar el metaverso para ser un corresponsal virtual”, nos puso como ejemplo Priscilla Ruiz, quien se ha especializado en temas de IA desde el punto de vista legal, y ha publicado análisis junto con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

¿Y dónde queda el toque humano?

A pesar de que algún tipo de periodismo pudiera ser “reemplazado por máquinas”, como nos dijo Juan Manuel Casanueva, de Social TIC, este mismo experto nos aclaró que el uso de la IA debe estar siempre acompañado de la sensibilidad y el filtro del rigor informativo que solo las y los comunicadores pueden aplicar.

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“Hacer una pregunta correcta, vincular los temas que son estratégicos, encontrar una historia y armar el hilo de un periodismo de investigación profundo y con peso va a requerir siempre de un expertise humano mucho más fino, y que aproveche las herramientas tecnológicas”, precisó el también especialista en seguridad digital.

“Uno de los usos para mejorar el periodismo con IA tiene que ver con el acceso a los grandes bancos de información que te responden. Uno como periodista tiene acceso a tanta información, y si hacemos las preguntas adecuadas y estamos preparados para navegar, es algo que hubieran soñado grandes periodistas de cualquier época. Los humanos damos el plus y no solo maquilamos, sino que hacemos las preguntas adecuadas al investigar”, nos señaló Casanueva.

El director de Social TIC abundó que se puede ir automatizando información abundante con datos, temas, personajes o industrias de interés, para que los vínculos entre ellas puedan ser identificados con IA: “se pueden programar algoritmos que establezcan relaciones, y construir una narrativa más grande según los datos. Ahí el reto es hacer estos modelos y tener los datos verificados, para que no te den resultados o interpretaciones erróneas”.

“Hay cosas emocionantes que estamos viendo con el uso de la IA para visualizar, narrar, hacer imágenes, vídeos, representaciones gráficas tridimensionales y multisensoriales, incluso elaboración de texto, pero creo que los algoritmos de pronto no emocionan a sus lectores. Ahí hay un reto creativo y narrativo, pues posiblemente al principio vamos a sentir que no podemos hacer lo mismo que los algoritmos, pero creo que algunos periodistas nos van a sorprender dándoles un giro y aprovechando estas herramientas”, añadió Casanueva.

Los riesgos

Sobre el aspecto negativo de la IA para la libertad de prensa, Priscilla Ruiz, defensora de los derechos digitales de Artículo 19, nos dijo que esta herramienta se usa en la moderación automatizada de contenido en redes sociales, y mediante la cual se han censurado piezas periodísticas sobre corrupción, violaciones a derechos humanos o protestas sociales.

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“Hemos visto que en esta moderación automatizada no hay una transparencia algorítmica de cómo se lleva a cabo, de cuáles son los códigos que programan para que muchos de los discursos sean removidos, o en cambio se permitan discursos que pueden ser contrarios a la libertad de expresión”, indicó la especialista.

“Hay discursos de odio que no son eliminados por la plataforma porque tienen mayor visibilidad, se les dan más likes o se comparten más, mientras que cuando los periodistas suben alguna investigación sobre algún acontecimiento o contexto particular, el algoritmo detecta alguna irregularidad en una palabra o una foto, algo contrario a sus normas comunitarias, y lo que hace es remover por completo el contenido”, añadió Ruiz.

En el mismo sentido, el experto en tecnologías de la información Juan Manuel Casanueva nos advirtió sobre la automatización de mecanismos de ataque y violencia en los espacios digitales, lo cual debe ser regulado o de lo contrario “se puede poner mucho más violento”.

“En la medida en que hay más algoritmos que priorizan contenido, cuando no se tiene claro cuáles son las reglas de priorización, eso puede afectar autoritaria o maliciosamente a ciertas fuentes de información. Cada vez vemos más robots que nos eligen la nota del día, nos priorizan lo que queremos ver según nuestros hábitos; eso se va a magnificar con las aplicaciones de IA, y puede generar censuras o una priorización desigual de contenidos, lo que impacta negativamente a la libertad de prensa”, resaltó el defensor de los derechos digitales.

Finalmente, Casanueva nos dijo que otro riesgo de la IA para el periodismo y la libertad de expresión es la desinformación que pudiera generarse con los mismos motores que realizan textos, o que citan múltiples fuentes que no están confirmadas: “tenemos un antecedente con el ChatGPT, pues ya fue demandada la empresa OpenAI porque una respuesta a una pregunta era información falsa, y por tanto se consideró como un desprestigio hacia una persona”.

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