Lula refuerza a la izquierda latinoamericana pero con estrategias distintas como el rechazo a la militarización

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Con el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva con el 50.84% frente a los 49.16% de los votos en segunda vuelta contra Jair Bolsonaro a finales de octubre de 2022, Brasil fortalece una ola de victorias de la Izquierda en América Latina

Este giro en países de latinoamérica nos señala que “la región está urgida de cambios, de mayor inclusión social, de mayores oportunidades”, nos dijo Daniel Muñoz Torres, jefe de la carrera de Relaciones Internacionales en la FES Aragón de la UNAM. “Hoy el ciudadano común y corriente prefiere probar algo nuevo a seguir con estos gobiernos de derecha que han endeudado a los países y los han empobrecido”.

El doctor Erick Fernández, profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana, coincidió con Muñoz Torres en el fortalecimiento de la izquierda en la región, pero advirtió que Lula da Silva llega a este tercer periodo en la presidencia en “un contexto totalmente distinto”. El académico indicó que en este momento Brasil es “un país dividido casi a la mitad”.

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Un giro a las izquierdas

Con Lula da Silva como presidente de Brasil, junto con México, Argentina y Chile, “las grandes economías están hoy con gobiernos de izquierda, con gobiernos socialistas, progresistas como ellos llaman”, comentó el catedrático Daniel Muñoz Torres.

El académico de la FES Aragón explicó que “al final esto ha sido algo inédito en la historia de la región, es decir la izquierda en América Latina parecía como ciertos lunares, brotes en alguno que otro país, Nicaragua, Venezuela, en su momento, pero nunca habíamos visto que la región girara a las izquierdas”.

“La victoria de Lula reforzó la tendencia de más gobiernos de izquierda en América Latina. Solo hay tres gobiernos en América del Sur que no son de izquierda en este momento: Ecuador, Uruguay y Paraguay”, señaló Michael Shifter, ex presidente y miembro de Diálogo Interamericano, a la BBC News Brasil.

Sin embargo, Michael Shifter remarcó que “estos gobiernos de izquierda son muy diferentes entre sí en cuanto a sus puntos de vista sobre la democracia“.

Un caso es el de México, gobernado desde 2018 por Andrés Manuel López Obrador, refirió Shifter. “López Obrador está utilizando cada vez más a los militares como pilares de su gobierno. Mi sensación es que Lula no hará eso en Brasil, probablemente intentará desmilitarizar Brasil y revertir lo que se hizo con Bolsonaro“.

Ganó Lula, pero en el Congreso no todo está a su favor

Lula da Silva “va a tener que enfrentar un Congreso que ningún Presidente de Brasil ha podido controlar”, declaró al diario chileno La Tercera, Marina Dal Poggetto, ex subgerente de Análisis Macroeconómico del Banco Central de Argentina y directora ejecutiva de EcoGo Consultores. “El Parlamento brasileño es como un grupo de pequeñas pymes laburando juntas y que negocian todas las leyes”, subrayó.

Para darnos una idea, Luiz Inácio tendrá que gobernar con un Congreso conservador. El Partido Liberal (PL), al que pertenece el presidente saliente Jair Bolsonaro, tendrá la mayor bancada de la Cámara de Diputados, con 99 escaños, uno de cada cinco. Para el PT de Lula y sus aliados será muy complicado construir una mayoría.

“El gran esfuerzo que tendría que realizar el presidente Lula es integrar a las diferentes visiones y los posicionamientos de los sectores sociales, para tener una agenda común para todos”, nos explicó Erick Fernández, investigador de la Universidad Iberoamericana.

Confiado en que logrará acuerdos, al asumir como presidente de Brasil, Lula da Silva dijo que su gobierno se centrará en la “reconstrucción” de un país “destruido” por Jair Bolsonaro. “Mi objetivo es rescatar de la pobreza a 33 millones de personas”, prometió y anunció el retorno del programa Bolsa Familia, que otorga dinero a los desprotegidos.

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Reactivar la economía, otro reto de Lula

Los académicos de la Universidad Iberoamericana y de la FES Aragón coincidieron en que la economía mundial está en problemas no solo por la pandemia por la COVID-19 y la guerra entre Ucrania y Rusia, por lo que al gobierno de Lula le urge un plan a corto plazo para reactivar el sector económico.

“Lula llega al poder en un proceso de crisis mundial y tiene muchos retos y acciones que cumplir a corto plazo a diferencia de sus otros dos periodos en los que estuvo en una época de bonanza económica y que le permitió generar programas sociales muy buenos”, nos dijo Daniel Muñoz Torres.

Por su parte, Erick Fernández nos señaló que Lula tiene que tener lo más pronto posible un “plan económico que le ayude a recuperar las inversiones nacionales e internacionales así como medidas para generar empleo, y un gasto social que no genere mayores deudas”.

El presidente brasileño, “seguramente va a contar indudablemente con apoyo internacional, no en vano asistieron un número importante de gobernantes a su toma de posesión porque hay una confianza en que los planteamientos de la economía en su primera y segundo mandato tengan que ver con una transparencia evidente”, aseguró Fernández.

Brasil dividido 

Días antes de que Inácio Lula da Silva rindiera protesta, policías detuvieron a un seguidor del ex presidente Jair Bolsonaro que pretendía hacer estallar una bomba en Brasilia en plena Nochebuena. 

El hombre frecuentaba el campamento instalado desde hace semanas frente a la sede del Ejército, donde decenas de bolsonaristas radicales piden a los militares una intervención para evitar que el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva acceda al poder.

Pasa que “hay una serie de campañas mediáticas dirigidas por grupos de derecha en Brasil que apoyan fuertemente a Bolsonaro y que se han encargado de radicalizar el ambiente y que tratan a toda costa de descalificar a Lula y lo vamos a seguir viendo sobre todo en los primeros años de mandato”, indicó el académico de la UNAM.

“Sí hay una división, pero en términos de la violencia hay distintos niveles”, explicó Erick Fernández. “Una que es la violencia estructural y otra que es fomentada por todo un discurso. La compra y venta de armas y municiones a granel en Brasil. De ahí unos primeros decretos firmados que ponen candados a la compra de armas que ha sido muy evidente en los últimos años en Brasil como uno de los detonadores de violencia”, finalizó.

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