Pobreza, falta de acceso a salud y educación: consecuencias de la desigualdad mundial que afecta más a niñas y mujeres

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La codicia, que es el deseo vehemente de poseer muchas cosas, especialmente riquezas o bienes, hace que el 1% de la población se llene los bolsillos con la quinta parte de los ingresos mundiales, acusó el secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres.

El secretario de la ONU enfatizó que, en este afán de riqueza y poder, la desigualdad social crece aceleradamente entre los 8,000 millones de habitantes de la tierra que ya somos

La gente se sigue muriendo de hambre, las oportunidades de una mejor calidad de vida se concentran en los países desarrollados, los conflictos armados y la pobreza afectan de mayor manera a las niñas y las mujeres quienes son las principales víctimas de esta disparidad económica, política y social.

Guterres se pronunció sobre esto en un artículo de opinión difundido por la ONU en el contexto de la reunión que sostuvieron los 20 países más poderosos del mundo (el G-20) en Bali, Indonesia, el 15 y 16 de noviembre de 2022 a la que asistieron los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Rusia, de la Unión Europea, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía y otros países como invitados.

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Y también en el contexto de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) que se celebra en Egipto, sobre la que dijo que espera que las naciones logren un “Pacto de Solidaridad Climática histórico en que los países desarrollados y las economías emergentes se unan en torno a una estrategia común y junten sus capacidades y recursos por el bien de la humanidad”.

Mujeres y niñas con menos acceso a la salud, educación y riqueza en el mundo

Teresa Ulloa Ziáurriz, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC por sus siglas en inglés), nos explicó que a pesar de los avances que hemos tenido algunas -porque no todas- el desarrollo del feminismo no ha logrado llegar a todos los rincones ni a todas las mujeres y niñas. 

“Hay muchas que todavía no son alcanzadas por los mismos avances ni tampoco por el compromiso de los gobiernos de sus países, sobretodo donde ha habido inestabilidad política y donde hay conflictos armados, que además son un lastre que ha traído el sistema patriarcal a sus realidades cotidianas, a sus contextos”, detalló la también abogada y pedagoga.

Históricamente a las mujeres y niñas a nivel mundial nos atraviesa una desigualdad económica, de acceso a la salud y educación, nos dijo Ana Elena Contreras, fundadora de la colectiva Las del Aquelarre Feminista.

“Cuando hablamos de mujeres y niñas hay siempre un sesgo. Aunque trabajamos a la par que los hombres tenemos menos acceso a la riqueza, incluso aunque se tengan las mismas condiciones salariales, se tiene menos acceso a la adquisición de bienes”, nos explicó.

“Y la respuesta la podemos encontrar en que el sistema está diseñado para los hombres. A pesar de que se ha hecho una lucha importante, las mujeres no hemos logrado colocarnos por completo para poder combatir esa inequidad”, detalló Contreras.

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En los contextos de guerra hay mucho machismo y patriarcado. La desaparición de mujeres, la trata de mujeres y niñas para explotarlas de distintas formas son consecuencias de estas circunstancias. Hoy ya no solo hablamos de explotación sexual, sino que agregamos la explotación reproductiva”, nos dijo la abogada Teresa Ulloa.

La salud sexual y reproductiva de las mujeres también tiene un impacto en la mortalidad, nos dijo Ana Elena Contreras, “por un lado, tenemos un alto índice de embarazos no deseados y por otro, cuando hablamos de abortos clandestinos, tenemos un alto número de abortos que terminan mal”.

Y aunque hemos visto avances en materia del acceso al aborto libre y seguro en algunos países, incluído México, en muchas partes del mundo la realidad es otra

Incluso en países desarrollados como Estados Unidos han habido retrocesos en este derecho de las mujeres con la anulación de la histórica sentencia conocida como Roe contra Wade, que desde 1973 garantizaba el derecho al aborto en el país.

“Es increíble que a pesar de todos los avances que hay, que el mundo está cada vez más conectado y globalizado, sigue permeando esta desigualdad”, nos dijo Contreras.

Además la violencia nos sigue golpeando. Ana Elena Contreras dijo que aunque antes no se tenía tan evidenciada -pues se disimulaba entre conceptos como violencia doméstica, homicidios pasionales y otras formas- la violencia feminicida no ha desaparecido, sino que sigue en aumento.

Falta compromiso de gobiernos para disminuir la desigualdad de las mujeres

La pregunta del millón es ¿qué hacer para combatir esta desigualdad?, nos dijo la directora de CATWLAC, Teresa Ulloa, ya que primero “se requiere que haya un compromiso real de los gobiernos en los presupuestos, políticas públicas y acciones que alcance a todas las mujeres, que garantice los derechos sociales, económicos y culturales para todas las mujeres y las niñas para establecer un piso mínimo de condiciones de igualdad y no discriminación”.

Por otro lado, se requiere garantizar la igualdad sustantiva entendida como lo plantea la CEDAW (Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer): igualdad de derechos, igualdad de trato, igualdad de oportunidades y de resultados, explicó Ulloa.

La CEDAW fue adoptada en forma unánime por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979, entró en vigor en 1981 y es considerada la Carta Internacional de los Derechos de la Mujer. 

Establece obligaciones de los países que la han ratificado para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, así como la incorporación de la perspectiva de género en todas sus instituciones, políticas y acciones con el fin de garantizar que no exista discriminación directa ni indirecta de la mujer.

Se requieren acciones urgentes en materia de educación, prevención y combate a la impunidad, señaló Ana Elena Contreras, quien enfatizó que hace falta “hacer un revisión del trabajo que están haciendo los ministerios públicos, jueces y magistrados porque también en esas grandes cúpulas se encuentra instalado un sistema de violencia que sí tiene un impacto en la vida de mujeres y de niñas”.

De acuerdo con Teresa Ulloa, cuando estamos hablando de los derechos sociales, económicos y culturales, es importante “dotarlos de mecanismos de exigibilidad y de justiciabilidad porque de lo contrario no se va a conseguir poner un piso base para todas y todos en los países donde hay mayores niveles de pobreza, de delincuencia, de conflictos armados que golpea fundamentalmente a las mujeres”.

El compromiso de los gobiernos para atender estas condiciones es primordial, pues como nos dijo la especialista, “si no hay un Estado congruente, comprometido, estas condiciones no van a variar” y las consecuencias de la desigualdad no solo se mantendrán, sino que se agravarán con el paso del tiempo.

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