¿Por qué Angela Merkel podría ser canciller de Alemania hasta el día de su muerte y en México hay que cambiar de presidente cada seis años?
La diferencia está en que México tiene una estructura de gobierno presidencialista y Alemania, como la mayoría de los países en Europa, tiene una estructura parlamentarista que permite la reelección y no impone límite de duración de mandato. La cabeza del Estado se elige con base en la mayoría que se logra en el parlamento.
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¿Cuál es la diferencia?
Ambas formas de gobierno tienen en común que las funciones del Estado están distribuidas en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero en el presidencialismo, la ciudadanía elige a sus gobernantes, mientras que en el parlamentario, es el Congreso quien elige.
El sistema presidencial es la combinación de un presidente de la República electo mediante el voto, con un Congreso también electo pero sin facultades de gobierno, de acuerdo con el análisis Sistemas parlamentario, presidencial y semipresidencial del politólogo Ricardo Espinoza Toledo.
En este sistema, el Poder Ejecutivo (encabezado por una persona) y el Legislativo (organizado en Cámaras) tienen un modo de elección que le da a ambos legitimidad frente a la ciudadanía.
Esto garantiza su autonomía y su autorregulación: ninguno puede sobreponerse o someter al otro, sino que al ajustarse a los mecanismos constitucionales de colaboración pueden intervenir en sus ámbitos correspondientes, de acuerdo con el análisis de Espinoza Toledo.
En el presidencialismo, el presidente tiene mayor importancia en el sistema político, pero el Congreso, organizado en una o dos cámaras, no es débil ni le está subordinado. En estas formas de gobierno, el Presidente tiene un tiempo determinado de mandato, en algunos países es de seis años y en otros de cuatro, en algunos es reelegible, como en Bolivia, pero en otros, como en el caso de México, no.
Aquí el Jefe de Estado tiene responsabilidades políticas frente al Parlamento y sus actos deben estar apegados a derecho. Por ello, las instituciones autónomas, como la Suprema Corte de Justicia, son tan importantes en estos sistemas: garantizan esa legalidad y que haya suficientes contrapesos.
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Por el contrario, el sistema parlamentario se rige por la capacidad del Parlamento para poner y quitar gobiernos. Ahí, el papel del jefe de Estado (puede recaer en la figura del rey, como en Inglaterra y España, o en la del presidente, como en Italia) es meramente simbólica, según el análisis del politólogo.
En esta forma de gobierno, el Parlamento participa en forma exclusiva en la dirección de los asuntos del Estado. El tipo de gobierno y su permanencia dependen del consentimiento de la mayoría parlamentaria. Esa mayoría puede surgir directamente de las elecciones, o bien, de una coalición. Con la excepción de Inglaterra, en todos los países con sistemas parlamentarios los miembros de la Cámara Alta surgen de procesos electorales.
En los sistemas parlamentarios, las o los jefes de Estado no tienen un límite de tiempo para ocupar el cargo, ya que se considera que su permanencia o destitución debe responder con naturalidad a las necesidades de los países.
El caso de Merkel
Un ejemplo emblemático de gobierno parlamentario es Alemania, con 14 años de mandato de la primera ministra Angela Merkel.
En Alemania, las y los ministros no son elegidos directamente por la ciudadanía sino a través del voto de las y los legisladores que integran el Bundestag Alemán. Estos parlamentarios son elegidos cada cuatro años por las y los ciudadanos mayores de 18 años mediante sufragio universal, libre, igual, directo y secreto.
La mayoría del Congreso tiene representación del partido político de Merkel (Unión Demócrata Cristiana) que está en coalición con otros partidos, lo que la ha llevado a perdurar en el cargo. Merkel también es diputada de este Parlamento.
Sin embargo, nada asegura que su nombramiento sea eterno, ya que en los sistemas parlamentarios ella podría ser derrocada del puesto en cualquier momento, sólo basta con que el Parlamento así lo decida.
Esto asegura que en los países con sistemas parlamentarios también haya transiciones de gobierno. De hecho, Italia, que es un país con una estructura parlamentarista, ha tenido de 2006 a 2019 cuatro presidentes, mientras que en el mismo periodo México ha tenido tres.
En el caso de Alemania, mantener a Merkel en la posición de primera ministra por tantos años le ha permitido al Parlamento asegurar la continuidad de una misma política económica y social de corte conservador y neoliberal.
Con esta postura y en alianza con Estados Unidos, Merkel se ha posicionado como líder no sólo de su país sino también del Parlamento Europeo en las negociaciones con países de corte socialista.
Sin embargo, de acuerdo con el análisis de algunos medios, la cercanía de Merkel con Estados Unidos, sus diferencias con Emmanuel Macron, presidente de Francia, y la crisis de empleo que enfrentó Alemania en 2015, podrían ser el inicio del final para esta ministra que ha durado tantos años en el poder.
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¿Será que todos los sistemas políticos tienen sus propios defectos y virtudes de acuerdo con cuánto abusen los políticos en el poder?
