Rusia, EU, Francia, manifestaciones sociales que provocaron cambios ( I de III)

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La sociedad demanda cambios. La ciudadanía ha encontrado en las protestas y bloqueos una vía para exigir mejoras. Sí, esas manifestaciones callejeras que suelen perturbarnos son el origen de movimientos sociales organizados que dieron paso a fortalecer posturas ideológicas, conquistar derechos civiles, lograr educación, mejoras laborales. El Siglo XX nos da muestra de ello.   

El historiador Carlos Illades Aguiar en entrevista para Cuestione analiza los movimientos sociales. “Son movimientos masivos que inician a finales del Siglo XVIII, cuando las clases populares no tenían derechos políticos”.

Recuerda que fue hasta avanzado el Siglo XIX, cuando el sufragio universal le otorgó derechos políticos a las clases sociales en unos países.

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“Mientras eso ocurre, las demandas de estas clases populares son expresiones a través de la protesta callejera”, precisó. “Éste es el origen de los movimientos sociales modernos: Protestas callejeras de clases populares que no tienen derechos políticos. Después, cuando adquieren derechos políticos, de todos modos se mantienen los movimientos populares y reivindican una serie de cuestiones”.

En esa recopilación histórica, Illades Aguiar se centró en el Siglo XX, un periodo en que se mezclan movimientos sociales y revoluciones. “Revoluciones a veces vinculadas con estos movimientos sociales o movimientos sociales que se generan a partir de la revolución”.

El comunismo que nunca llegó

Considero a la Revolución Rusa como “un proceso unitario porque tanto Febrero (el derrocamiento del Zar) y Octubre (la toma del poder por parte de los bolcheviques) derivan del mismo movimiento popular (los soviets de Petrogrado)”. 

Aquella, señaló Illades Aguiar “constituye uno de los acontecimientos cardinales del Siglo XX, dado que la historia mundial habría sido radicalmente distinta sin este suceso. Un acontecimiento en sentido fuerte porque sus consecuencias desbordan con mucho a sus causas”.

Expuso que el socialismo se configuró como ideología política a mediados del siglo XIX, pero “no fue sino con la Revolución de octubre cuando se concretó como una tentativa consciente y explícita de trascender el horizonte histórico de la modernidad inaugurado por la Revolución francesa, en el plano de la política, y por la Revolución industrial inglesa, en el campo económico”.

Evidentemente, concluyó “este fue el fracaso mayor de la Revolución de octubre, como lo atestigua el colapso socialista de finales del Siglo XX”. 

Las revoluciones de Febrero y Octubre acabaron con la monarquía senil de los Romanov, que gobernaron por  300 años, pero “sin desmembrar territorialmente el imperio ruso, como ocurrió a los otros absolutismos del Este tras la derrota en la Primera Guerra Mundial”. 

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En la parte social se provocaron “transformaciones inéditas, hasta entonces en uno de los países más atrasados y desiguales de Europa: El reparto de la propiedad terrateniente; la jornada laboral de ocho horas; el sufragio a las mujeres; la posibilidad de no ser hostigado, el matrimonio homosexual; educación, guarderías; salud gratuita; la separación de la Iglesia y el Estado”. 

Mencionó que “la primera etapa de la Revolución Rusa fue de políticas sociales muy importantes, la autodeterminación de las naciones que constituyen a partir de 1922 a la Unión Soviética”, sin embargo, puntualizó que “al comunismo nunca se llegóni al socialismo”.

En la década de 1920 “por estas políticas de expansión de los movimientos comunistas y en paralelo y más bien en respuesta a estos movimientos comunistas, aparecieron los fascistas, que también son movimientos sociales y populares importantes en la década de los 30. Le siguieron la Guerra Civil Española; la Segunda Guerra Mundial; la Revolución China; la Revolución Cubana”. 

Se dio entonces esa lucha ideológica entre socialismo y capitalismo, si bien existen versiones sobre “el capitalismo de Estado, que para unos fue un socialismo trunco, lo cierto es que si no hubo capitalismo o lo trascendieron a él después de 1991, pero el comunismo todavía no lo conocemos”.

Carlos Illades. Foto: Verónica Martínez.

Los derechos civiles en los 60

A mediados del Siglo XX, la segregación racial se volvió intolerable en Estados Unidos. Conforme pasaron los años, en la década de los 60 en el mundo se dio “la llamada revolución cultural”, que tuvo a la juventud como gran protagonista.

En este periodo hubo “varias reivindicaciones en juego, una sería autoritaria, otra, en Estados Unidos que tuvo que ver con los derechos civiles”.

El también doctor en Historia por el Colegio de México hizo referencia a “los movimientos cívicos o civiles de Martin Luther King”, protagonista de importantes sucesos en EU, como los boicots contra los autobuses de Montgomery por la discriminación, los discursos “I Have a Dream” (1963), y “I’ve Been to the Mountaintop” (1968).

E incluso se presentaron “movimientos armados: los Panteras Negras (fundado por un grupo de estudiantes universitarios el 15 de octubre de 1966 que se armaron bajo el argumento de la defensa de los derechos afroamericanos) y Malcolm X -el portavoz del odio que abogaba por el sectarismo negro-, representaron movimientos que reivindicaron los derechos civiles más de carácter violento. 

Estos movimientos juveniles cobran más fuerza en la siguiente década y ahora lo estamos viendo de una manera más notable”, señaló Illades.

Mayo francés y la revolución cultural

En la década de los años sesenta, el gobierno francés fue puesto a prueba por estudiantes y obreros. En esta etapa se presentaron “movimientos sociales que no adquirieron una forma de una revolución política, el más importante, sin duda, es el Movimiento del 68”.

El historiador Illades Aguiar, explicó que “en el 68 se presentó un movimiento que no deriva en la toma del poder político como sería en el caso de las revoluciones que antes mencioné, pero que tienen manifestaciones muy importantes. En Francia, en Europa del Este, particularmente en la antigua Checoslovaquia (la Primavera de Praga de 1968), en México (Movimiento estudiantil del 68), y con repercusiones en todo el mundo. En esos movimientos, aunque reivindican cosas distintas y algunas parecidas, tienen alcance mundial”.

Y agregó: “En el caso francés, la reivindicación en parte es contra un sistema que se veía en términos económicos abusivo. El sistema capitalista, en términos políticos autoritario, entonces se reivindicaba mucho la lucha contra las jerarquías. En Francia se expresó el movimiento en las universidades”.

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¿La caída del muro de Berlín se da a partir de un movimiento social?

“Sí”, respondió el historiador y retomó la explicación contenida en su libro “De la Social a Morena: El desarrollo histórico de la izquierda mexicana”.

“Para Bolívar Echeverría -profesor emérito de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM- la caída del muro de Berlín puso fin al bolchevismo como figura despótica peculiar de la gestión económica-política que adoptó el imperio ruso en los últimos años”.

En ese recorrido histórico, Illades Aguiar, se ubicó en lo que considera las “revoluciones de terciopelo”. El nombre que se dio sobre todo a la revolución en Checoslovaquia. “Fueron movimientos con un apoyo social importante, pero como una especie de metamorfosis en los partidos comunistas, es decir, fueron contra los partidos comunistas, en parte impulsados por los que estaban en los partidos comunistas”. 

Comentó que “las burocracias de esos países impulsaron la caída de estos regímenes, no en un afán suicida sino en el sentido de ya tener una especie de dominio más abierto sobre la economía política en sus países. Se les denomina también revoluciones pasivas, revoluciones desde arriba, en que las élites políticas de estos partidos después fueron las que se convirtieron en las nuevas burguesías de los países socialistas”. 

Carlos Illades ejemplificó el tema con la Unión Soviética “cuando cayó Mijaíl Gorbachov y subió Borís Yeltsin, pues es la gente del aparato del partido, la que se va quedando con las empresas cuando se privatizan. Sí tenían un apoyo popular no despreciable porque eran regímenes autoritarios. Pero de otro lado son también revoluciones impulsadas desde arriba”.

En la siguiente entrega hablaremos del #OccupyWallStreet a los movimientos en América Latina.

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