La selección argentina de futbol vetó a su capitana por exigir mejores condiciones

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Por Shelma Cerrillo y Samantha González

Estefanía Banini fue la capitana de la selección femenina de futbol de Argentina hasta el Mundial de Francia 2019. Ese mismo año, Banini y sus compañeras pidieron mejores condiciones para el equipo, razón por la que, desde entonces, dejó de ser convocada para representar a su país.

La ex capitana fue relegada por primera vez de la convocatoria de Carlos Borrello, director técnico de la selección, para los Juegos Panamericanos de Lima 2019. No ser contemplada fue lo que provocó que Banini alzara la voz:

“El motivo de esto (no ser llamada a selección) es muy simple: se habló con todo el equipo que viajó al mundial ya que pensamos que ellos no están a la altura de lo que pretendemos”.

Estefanía Banini, 15 de julio de 2019.

En su publicación de 2019 también reclamó: “Queremos personas capacitadas con experiencia suficiente para aprender de ellos y no que al salir a jugar nos digan: nos defendemos porque no me quiero comer 11 (goles) de nuevo“.

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No fue la única afectada

Estefanía Banini no fue la única que dejó de portar la albiceleste. Las seleccionadas argentinas Belén Potassa, delantera en la segunda división de futbol de España, y Ruth Bravo, centrocampista del club Rayo Vallecano de la liga de España, tampoco fueron llamadas para la justa panamericana.

Mientras que Florencia Bonsegundo, mediocampista del club Valencia de España, decidió no asistir a la competencia de Lima, a pesar de ser convocada, como muestra de solidaridad por lo acontecido con sus compañeras.

Pero ellas no son las únicas jugadoras del mundo que han tenido que renunciar, o que han sido obligadas a hacerlo por exigir lo justo.

Las malas condiciones

Algunos de los hechos por los que Banini levantó la voz empezaron cuando las jugadoras iniciaron una huelga, en 2017, para exigir las mínimas condiciones para poder competir con el representativo argentino.

En una carta dirigida al presidente de la Comisión de Futbol Femenino de la Asociación del Futbol Argentino (AFA) solicitaban mejores instalaciones para sus entrenamientos. Por ejemplo, que los vestidores fueran adecuados al número de jugadoras y que la cancha fuera natural y no sintética.

Las futbolistas agregaron que la coordinación operativa tenía que rectificarse para no volver a tener que dormir en un autobús, como sucedió en agosto del 2017 cuando se trasladaron para jugar en Uruguay. 

Las argentinas también reclamaron que sus entrenamientos ya habían empezado sin ser remunerados y que no se les entregaron viáticos rumbo a la Copa América de 2018.

El aumento de los viáticos fue otra de las exigencias de las seleccionadas, pues ganaban 150 pesos argentinos por día de entrenamiento (hoy, 34.3 pesos mexicanos, casi cuatro veces menos que el salario mínimo diario de México, equivalente a 123.2 pesos). 

Mientras que los salarios de los jugadores de primera división de argentina rondan entre los 500 mil, los más altos (más de 114 mil pesos mexicanos) y los 40 mil, los más bajos (poco más de 9 mil pesos mexicanos).

La brecha salarial también está fuera de las canchas

Las mujeres argentinas tienen un ingreso laboral promedio 27% menor que el de los varones, según datos de 2018 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Pero las argentinas no son las únicas que padecen esa brecha salarial. En México, por ejemplo, la diferencia de salarios entre hombres y mujeres fue de 18.8% en 2019, mucho peor que la brecha salarial del promedio de los países de la OCDE: 13%.

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Ni ser potencia es garantía

A pesar de que Estados Unidos es la principal potencia del futbol femenil (con cuatro campeonatos mundiales y cuatro medallas de oro en Juegos Olímpicos) las futbolistas obtuvieron solo 1.7 millones de dólares (actualmente más de 34 millones de pesos) por ganar el certamen de Canadá 2015; una tercera parte de lo que recibieron sus pares hombres un año antes.

Lo más lejos que ha llegado la selección varonil de EU es el tercer lugar en el Mundial de 1930 y no cuentan con ninguna medalla olímpica. Aún así, los hombres obtuvieron, solo por desempeño, 5.4 millones de dólares (hoy, más de 110 millones de pesos) en el Mundial de Brasil 2014.

La amplia brecha salarial entre las y los jugadores la explicó la propia Federación de futbol, en 2016, con una presentación en la que mostraban con gráficas que “la selección varonil produce el doble de ganancias y asistencia de aficionados que el equipo femenil”, afirmó Sunil Gulati, el entonces presidente de la federación de futbol de EU.

Y es que previo a la declaración de Gulati, Hope Solo, Carli Lloyd, Becky Sauerbrunn, Alex Morgan y Megan Rapinoe, todas seleccionadas de Estados Unidos, presentaron una demanda y acusaron a la Federación de Futbol de EU por discriminación ante la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo, por ganar solo el 40% de lo que los hombres recibían en la selección.  

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La lucha no cesó

En 2019, las estadounidenses volvieron a demandar a la federación. En esta nueva demanda, además de lo expuesto anteriormente en materia de salarios, añadieron nuevas pruebas que señalan la desigualdad de condiciones entre ellas y los futbolistas varones:

Las jugadoras disputaron 12 partidos en césped artificial entre 2014 y 2017, mientras que los hombres solo tuvieron uno en ese lapso; los atletas se transportaron en 17 ocasiones en vuelos chárter en el 2017, mientras que las mujeres no lo hicieron en ninguno. Y, por último, acusaron a la federación de cobrar menos en los boletos de los partidos femeniles.

Hasta diciembre del 2020, parte de la demanda se resolvió, pero no con respecto a los salarios. Además de garantizarles jugar en superficies naturales, “las seleccionadas tendrán acceso a vuelos, hoteles, recursos y recintos iguales a los que se otorgan a la Selección de Futbol Varonil del país”, reportó el portal de noticias Bussines Insider México.

Y es que el monto obtenido por ganar el Mundial de Francia 2019 fue de 4 millones de dólares (poco más de 80 millones de pesos), contra 38 millones (más de 765 millones de pesos) que se llevó la selección varonil de Francia por ganar el oro en Rusia 2018. Aunque esa no es responsabilidad de la federación estadounidense, sino de la FIFA.

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Comparando las brechas laborales

Otra manera de medir la desigualdad entre hombres y mujeres es con la brecha de género del porcentaje de participación laboral; es decir en qué proporción participan en el mercado laboral las mujeres y los hombres.

En ese sentido, 57.4% de las mujeres estadounidenses forman parte de la fuerza laboral, contra 69.5% de los hombres; una brecha laboral de 11.8 puntos porcentuales. La cifra se encuentra ligeramente por debajo del promedio de la OCDE (16.4).

Por su parte, México tiene una de las peores brechas laborales de los países de la OCDE. La diferencia entre hombres y mujeres es de 32.5 puntos porcentuales.

Y Argentina –país de donde es originaria Banini y que, por cierto, no pertenece a la OCDE– tiene una brecha laboral de 23.2 puntos porcentuales, según cifras del gobierno argentino.

En la siguiente gráfica comparativa incluimos a Argentina y a los países de la OCDE con las más grandes economías; entre ellos México y Estados Unidos.

Siguen “castigando” a las argentinas

A pesar de que Banini formó parte del 11 ideal de la década de la Conmebol, de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS), la mediocampista se perderá la She Believes Cup, competencia amistosa que organiza Estados Unidos anualmente, desde hace seis años y a la que se accede por invitación.

Entre las 33 preseleccionadas para el certamen –que reunirá a tres de los países que se sitúan en el Top 10 del ranking de la FIFA (Estados Unidos, Brasil y Canadá)– el entrenador Borrello no solo no contempló a Banini, tampoco llamó a Belén Potassa ni a Ruth Bravo, a quienes también dejó de convocar desde 2019.

Y Florencia Bonsegundo sí aparece en la lista de Borello. Recordemos que Bonsegundo rechazó su llamado para los juegos Panamericanos de Lima de 2019.

Sin preparación

Ahora que las argentinas suplan a la selección japonesa (por presentar casos de COVID-19), en la She Believes Cup, llegarán sin haber tenido actividad desde noviembre del 2019. Y esto no es la primera vez que les ocurre.

Las sudamericanas también llegaron a la Copa América, en 2018, sin preparación previa. Aún así, lograron el tercer puesto tras vencer a Colombia.

En el encuentro por la tercera posición contra las colombianas, el equipo completo de Argentina posó –para la fotografía que suelen sacarse antes de disputar un encuentro– con una mano en la oreja como señal de que exigían ser escuchadas, tras el trato que habían recibido durante esa época. 

Mientras que se esté realizando la She Believes Cup en Orlando, Florida, entre el 18 y el 24 de febrero de 2021, Estefanía Banini seguirá jugando con el Levante UD de la Liga Iberdrola en España, su equipo desde 2018.

Banini también ha portado la camiseta del Colo Colo de Chile (2011-2014), del Washington Spirit de Estados Unidos (2015- 2016 y 2017-2018) y del Valencia de España (2016-2017).

En colaboración con Apuntes de Rabona

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