A pesar del optimismo presidencial de que la economía mexicana “irá viento en popa” para 2023, economistas ven un panorama desalentador en materia de ingreso y empleo, lo que repercutirá en un aumento de la población en condiciones de pobreza.
El economista por la UNAM, Manuel Díaz, nos explicó que para este 2023 se espera una mayor inflación, la cual impactará en el precio de los productos de la canasta básica, mientras que el poco empleo que se llegue a generar será de mala calidad (explotado y sin prestaciones, ni seguridad social), ante lo cual ni el aumento al salario mínimo, ni la política de subsidios de la 4T ayudarán a reducir la pobreza.
“Todo va a seguir subiendo de precio (petróleo, mercancías, alimentos) y va a ser muy difícil que México lo pueda sortear. Las autoridades aseguran que la inflación va a ir a la baja y que van a trabajar para evitar que siga subiendo e incluso disminuya. No creemos que esto sea posible, al contrario, va a seguir subiendo y puede llegar a niveles importantes de dos dígitos. Dependerá mucho de las acciones que tome el gobierno para controlarla”, nos dijo el también presidente del Instituto de Asesoría en Finanzas Internacionales.
Según la Guía Ciudadana de Pre-Criterios Generales de Política Económica 2023, que entregó el 1 de abril de 2022 al Congreso de la Unión, se esperaba que la inflación cerrara en 2022 en 5.5% y en 3.3% para 2023, “lo que indica una convergencia más lenta hacia el objetivo del Banco de México derivado, principalmente, a las continuas presiones inflacionarias provenientes del entorno externo”.
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Sin embargo, en noviembre pasado la inflación se ubicó en 7.8%, aunque fue su nivel más bajo desde mayo de 2022. El 15 de diciembre pasado, el Banco de México actualizó sus pronósticos para el nivel de los precios en México en 2023, según los cuales durante el primer trimestre del año (mejor conocido como la “cuesta de enero”) se prevé que la inflación se ubique en 8.1%. Asimismo, en septiembre pasado, México registró una de las 18 inflaciones de alimentos más pronunciadas entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, al alcanzar 14.6% anual.
Empleo e ingreso, más golpeados
“Desde hace muchos años el empleo en México ha sido de muy mala calidad; si bien se han dado los mayores incrementos al salario mínimo en la actual administración, en realidad en las dependencias gubernamentales y empresas privadas los niveles salariales son constantes desde hace más de una década; es difícil que el ingreso se pueda incrementar sustancialmente sobre todo para los niveles profesionales”, nos advirtió Manuel Díaz.
En cuanto a los datos alegres del gobierno, el 28 de diciembre de 2022 el INEGI informó que la Tasa de Desocupación disminuyó en noviembre pasado a 2.8% de la población económicamente activa, un dato 0.2% inferior al de octubre y menor en 0.8% a noviembre de 2021.
“Esa cifra es engañosa. Más que la tasa de desempleo para medir cómo va la economía, hay que medir otros indicadores, como la tasa de subocupación o la tasa de informalidad, y por supuesto las tasas de empleo, que han crecido marginalmente. Los empleos que se registran se miden por los incorporados al Seguro Social, pero en el Seguro usualmente hay muchos trabajadores que son incorporados con el salario mínimo. Las personas trabajan cada vez más en el mercado informal y por tanto dejan de buscar empleo, por lo que la tasa de desocupación disminuye”, nos aclaró Díaz.
En este contexto, el también académico nos dijo que el reciente anuncio del aumento de $34 pesos al salario mínimo para 2023 “de nada sirve” si no hay un control efectivo de la inflación: “los planes para mitigar la inflación no han sido efectivos, han sido tardíos y solo han favorecido a un sector muy pequeño de la población, mientras que la gente que está en pobreza alimentaria es la que más resiente el aumento de la inflación y no le impacta favorablemente el aumento a los salarios. Mucha de la población de menores ingresos no recibe salario mínimo, sino que está en la informalidad y muchas veces perciben un ingreso por debajo de un salario mínimo”.
Para colmo, nos explicó Díaz, la política de pensiones, becas y subsidios de la 4T tampoco ayudará a reducir la pobreza en este 2023: “se da mucho dinero a gente poco productiva o improductiva, y entonces no se dan recursos a las personas indicadas. Si se le da, por ejemplo, a todos los estudiantes, pues no todos son pobres, no todos los requieren y los niños los utilizan para comprar juegos, ropa, pero no para asegurar que van a seguir estudiando”.
“Si no se aplica una política de inversión que efectivamente favorezca la productividad, esto no va a funcionar. Si le preguntamos a las personas más pobres si han recibido recursos, la respuesta es negativa. Por ejemplo, la gran mayoría de las personas que ayudan en la limpieza de los hogares mexicanos no recibe recursos, y si los recibieran, no las harían más productivas, no se asegura un crecimiento económico importante, que es lo que México necesita”, agregó el también académico.
Oscuro panorama
“Los programas para el Bienestar, la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y el aumento en las remesas enviadas por nuestros queridos paisanos a sus familiares han mejorado la situación económica de la población más pobre del país. Y al garantizarse, cuando menos lo básico, se ha mantenido la paz y ha permanecido encendida la llama de la esperanza”, presumió el presidente Andrés Manuel López Obrador en su Cuarto Informe de Gobierno.
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Igualmente, en su conferencia matutina del 30 de diciembre de 2022, la última del año, el mandatario expresó: “con una mejor distribución del ingreso, de la riqueza, y esto significa mejorar las condiciones de vida de los de abajo. ¿Cómo va a quedar demostrado que la gente con menos ingresos se beneficia más? Porque todo el presupuesto, la mayor parte del presupuesto, está siendo orientada a atender las necesidades de la gente más pobre del país”.
Sin embargo, el analista financiero Manuel Díaz nos explicó que contrario al optimismo oficial, la proyección para 2023 es que los índices de pobreza en México aumenten al menos un 1% más, lo que puede parecer poco, pero se traduce en millones de personas.
En ese sentido, apenas en octubre pasado se informó que México -con una población de más de 126,000,000 de personas, 55,700,000 viven en pobreza, lo que representa 43.9% del total. Asimismo, el número de personas en pobreza extrema es de 10,800,000 (8.5% de la población total), mientras que 23.5% de la población vive en pobreza alimentaria, de acuerdo con datos de 2022 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
¿Y tú y tu familia cómo perciben su situación económica para 2023?
