Más del 30% de las personas justifica la corrupción en México

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Una de las definiciones de la corrupción es el abuso del poder político para el beneficio personal. Este delito puede incluso costar vidas, como lo vimos en el desplome de un tramo de la Línea 12 del Metro hace un par de meses.

¿Cuál es la actitud de la ciudadanía ante la corrupción? En todas las encuestas sobre temas políticos, al preguntarle a las personas sobre el principal problema del país, la corrupción suele estar en los primeros lugares. 

De acuerdo con las encuestas del Proyecto de Opinión Pública en América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés) y Latinobarómetro, dos de las herramientas más útiles para conocer lo que piensa la gente en Latinoamérica, una gran mayoría de las personas en México considera que la corrupción en el gobierno es algo común; sin embargo, una de cada cinco incluso la justifica. 

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El peligro de estas actitudes ante la corrupción

LAPOP, una institución de académicos y académicas especializada en opinión pública, se ha interesado en evaluar las experiencias con la corrupción desde la primera versión de su encuesta en 2004. 

Los últimos datos (2019), muestran que el 72.5% de las personas en México encuestadas consideran que la corrupción entre funcionarios públicos está generalizada. 

Sobre las implicaciones de estas opiniones, hablamos con el Dr. Rodrigo Castro Cornejo, profesor-investigador en el CIDE y especialista en temas de opinión pública. Nos contó que “las opiniones en torno a la corrupción son una combinación de predisposiciones políticas” las cuales “incluyen la identidad partidista, la aprobación presidencial o la ideología. Lo cual quiere decir que, si eres panista, hay una probabilidad bastante mayor de que creas que hay más corrupción en este sexenio, que durante un sexenio panista” o viceversa, en el caso de quienes se identifican con Morena.

De acuerdo con el investigador del CIDE, “esto es problemático porque quiere decir que es muy difícil que el votante exija explicaciones y soluciones a escándalos de corrupción si les cae bien el presidente en turno”.

Existe tolerancia hacia la corrupción

Como se explica en el estudio de LAPOP, factores culturales como los valores y las experiencias dan origen a las actitudes de las personas hacia la corrupción. 

Entonces, ¿las personas toleran la corrupción? No todas, pero sí algunas. Al preguntarles si es justificable pagar un soborno o una mordida, solo el 16.9% de la población mexicana cree que lo es. Este número es bajo, en especial si se compara con el resto de los años en los que se ha realizado la encuesta.

Los y las expertas de LAPOP precisan que el país se encuentra en la misma posición que en la encuesta anterior (2016) respecto al listado de países. México ocupa, todavía, el lugar 8 de 18 países. No solo la ciudadanía mexicana ha reducido su tolerancia a la corrupción, también el resto de América Latina en su conjunto. 

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La corrupción no solo son mordidas y otro aspecto relevante es la aceptación de la corrupción como una vía para lograr ciertos objetivos. En la encuesta de Latinobarómetro, otro proyecto para medir la opinión pública en la región, al preguntar sobre si “se puede pagar el precio de cierto grado de corrupción, siempre que se solucionen los problemas del país”, el 36% de la población mexicana está de acuerdo, es decir, más de la tercera parte. 

Pareciera que esas personas piensan que es un mal necesario. El Dr. Castro Cornejo nos explicó que “hay quien dice justamente que la corrupción es el aceite que hace que el gobierno funcione. Desde trámites administrativos, licitaciones o grandes decisiones de política pública. La corrupción, a través de mordidas u otros actos ilegales, permite que el sistema funcione y se tomen decisiones que de otro modo se postergarían o tomarían más tiempo”. 

Sin embargo, la realidad funciona de otra manera. El experto en opinión pública nos señaló que “si bien en algunos casos la corrupción funciona como ese aceite que hace que las cosas funcionen, los beneficios suelen ser para las élites políticas o empresarios”. 

“De hecho, debido a que tiene que pagar mordidas, la confianza del ciudadano promedio en el gobierno se debilita dado que no es visto con la capacidad para solucionar las demandas de los ciudadanos. Este círculo vicioso sin duda tiene repercusiones negativas de largo plazo para la democracia”, nos dijo Rodrigo Castro Cornejo. 

La corrupción puede ser una solución inmediata en ciertos casos; sin embargo, al final siempre es perjudicial para todas las personas.

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