Acoso sexual en empresas dificulta desarrollo profesional de las mujeres

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Cuando la periodista Eloísa Ferrera ingresó a trabajar en 2007 al periódico Reforma, su jefe directo por dos semanas fue el coordinador editorial Leonardo Valero. De acuerdo con Eloísa, ese tiempo bastó para que el directivo de Reforma la hostigara por los siguientes tres meses, como lo expuso en su denuncia en el movimiento #MeTooPeriodistasMexicanos en 2019

“Intentaba alcoholizarme y me presionaba para darme aventón. Al principio aceptaba, pensando en que no corría peligro, pero me acorralaba en su auto: me tocaba las piernas, hombros, cabello o cuello”, relató.

De acuerdo con su testimonio, el hostigamiento sexual que sufrió se prolongó por tres años, cuando Valero se convirtió en su jefe directo otra vez, ahora como subdirector editorial. 

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En una ocasión, Eloísa accedió a salir a cenar con su jefe para discutir asuntos laborales, sin embargo, él intentó una vez más aprovechar la oportunidad para abusar de ella.

“Me dejó en shock cuando restregó sus genitales en una de mis piernas. Dos días después, cuando lo vi en el trabajo, me quebré. Me sentí totalmente bloqueada para pensar y me di cuenta de toda la violencia que había vivido durante tres años. De los daños a mi salud física y psicológica, de lo atrapada que estaba por la relación de poder que existía y del acoso laboral que se produjo a partir del hostigamiento sexual”, dijo.

Eloísa es parte el 26.6% de las mujeres en México que ha sufrido algún tipo de violencia en el ámbito laboral a lo largo de sus vidas, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH), el más reciente estudio realizado en el país sobre los distintos tipos de violencia que enfrentan las mujeres en la escuela, el trabajo y la comunidad.

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Acoso que reduce la productividad

De acuerdo con el estudio, en 11.2% de los casos la violencia ejercida en centros laborales fue de tipo sexual y más del 76% de las ocasiones ocurrió en las instalaciones del trabajo. 

“De la ENDIREH de 2016 a la próxima no creo que haya un cambio muy relevante en el sentido de que más o menos la tendencia va a ser la misma. Es decir, ya sabemos que el problema es muy grave”, nos cuenta Marta Clara Ferreyra, directora general de la Política Nacional de Igualdad y Derechos de las Mujeres del Instituto Nacional de las Mujeres.

“Mucho de quiénes somos, de cómo nos sentimos realizados o reconocidos tiene que ver con nuestro espacio laboral. Si tú estás en un espacio laboral en donde te sientes discriminada o violentada, o entras a tu trabajo y ya ves la mirada sexual o acosadora de quién va a venir y te va a pedir algo, eso baja tu productividad laboral porque estás tan afligida y tan frustrada y tan nerviosa, que obviamente tu calidad de trabajo se reduce. No puedes ni pensar. Afecta tu vida y la de muchas personas más”.

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Intentando dimensionar las pérdidas económicas del acoso sexual

Las víctimas de acoso y hostigamiento sexual en los centros de trabajo desarrollan ansiedad, depresión e incluso síntomas físicos, lo que repercute en sus vidas alejándolas del trabajo, encontró un estudio del Centro Internacional de Investigaciones sobre la Mujer (ICRW, por sus siglas en inglés).

“Dado que la mayoría de las víctimas son mujeres, estos efectos tienen un impacto directo en su desarrollo económico, debilitándolas como parte de  la fuerza de trabajo”, señala la organización con base en Estados Unidos.

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El documento advierte que al lesionar los intereses de sus empleadas, las compañías también resultan afectadas principalmente por la posibilidad de juicios costosos y daños a la reputación de la empresa.

Tan sólo en 2020, la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EU registró 6,587 denuncias de acoso sexual que le costaron a las empresas 65.3 millones de dólares en acuerdos legales.

El estudio del ICRW señala que entre 50 y 71% de las mujeres que trabajan sufre alguna forma de acoso sexual en sus centros de trabajo según la industria en la que laboran.

En cuanto al saldo económico, el ICRW señala que la sangría por el ausentismo y la pérdida de productividad supera los 6 millones de dólares por cada una de las empresas del índice Fortune 500, mientras que un estudio de la agencia Deloitte estimó para 2018 pérdidas de hasta en 2.62 mil millones de dólares.

Una violencia que trastoca la vida

De acuerdo con Ferreyra, la violencia en contra de las mujeres no se queda solamente en el ámbito de trabajo, sino que afecta sus vidas personales, familiares y a sus compañeros de trabajo. 

Así le ocurrió a María, una joven de 28 años que tuvo que mudarse incluso de ciudad para tratar de sobreponerse al acoso sexual que enfrentó en la empresa en que trabajaba.

María llevaba cinco años trabajando en una compañía de servicio al cliente cuando comenzó a tener una relación con uno de sus compañeros de trabajo. Pero la relación terminó y el sujeto comenzó a compartir con personal de esa empresa las fotos íntimas que le había tomado a María. 

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“Sentía mucha vergüenza, que era mi culpa. Todos los días que llegaba al trabajo era tener que verlo y escuchar murmullos, sentir miradas. Yo sabía que había compartido mis fotos. Una amiga me lo dijo”, nos cuenta.

Pero el agresor de María no solamente compartió fotografías, pues durante dos meses continuó acosándola cada vez que tenía oportunidad: en escaleras de la empresa, en elevadores, en baños.

Finalmente, la joven decidió abandonar la empresa en la que ya estaba haciendo una carrera e incluso optó por trasladarse fuera de la Ciudad de México

“Por lo mismo que me daba vergüenza, no le decía a nadie”, nos relata.

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“Lo más triste fue dejar todo: un trabajo que me gustaba, una vida que me gustaba y salir a otro lugar para comenzar de nuevo. Porque sé que las fotos todavía andan circulando en Facebook. Todavía siento mucha vergüenza y miedo”.

Acoso y hostigamiento sexual aumentó 30% en Administración Pública

Según Marta Ferreyra, la funcionaria de Inmujeres, a pesar de la existencia de protocolos y la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018 que busca atajar factores de riesgo psicosocial, prevenir la violencia laboral y promover un entorno organizacional favorable, la protección de las mujeres en centros de trabajo todavía tiene un largo camino por recorrer. Principalmente, porque la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación, que plantea crear comisiones de ética dentro de las empresas para atender casos de violencia sexual, no es obligatoria.

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Aunque no existe un informe detallado sobre el acoso sexual en el ámbito del sector privado, en la Administración Pública Federal este tipo de casos deben hacerse públicos, lo que da un idea de lo que enfrentan las mujeres en sus espacios de trabajo.

El Informe Estadístico de Registro de Casos de Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual en la Administración Pública Federal 2019 reveló que en las dependencias de gobierno hubo 274 denuncias por presuntos casos de hostigamiento sexual y acoso sexual en 64 dependencias y entidades.

Esta cifra representa un 30% de aumento de denuncias presentadas ante los Comités de Ética y de Prevención de Conflictos de Interés con respecto al año anterior.

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“En la Administración Pública Federal, con toda la normatividad, con todos los controles, con todas las comisiones de ética, las cifras son muy altas de todas maneras. Entonces tenemos que preguntarnos qué tanto los protocolos, qué tanto las directrices, qué tanto están consiguiendo detener algo que está tan anclado en la cultura, que es ese ‘derecho’ de los hombres a acosar, hostigar y violentar a las mujeres”, nos dijo Marta Ferreyra.

Acoso sexual en el sector privado, en completa opacidad

Para el sector privado en México ni siquiera existen protocolos obligatorios que tracen las rutas que deben seguir las mujeres víctimas de alguna violencia de tipo sexual.

Eloísa Ferrera denunció ante el departamento de Recursos Humanos lo que ocurría con su jefe directo, Leonardo Valero, en la redacción de Reforma.

La respuesta de esa oficina fue que estaban al tanto de una serie de comportamientos inadecuados por parte de Valero, quien en ese momento ya era director de Operación Editorial.

“Él se ‘echó’ a todo Club, pero eres la primera que lo denuncia en forma”, refirió Eloísa que le respondieron en Recursos Humanos.

De esta manera, la periodista descubrió que en su centro de trabajo no existía ningún tipo de protocolo para atender casos de hostigamiento sexual, por lo que recurrió al director editorial con el propósito de escalar su problema. Tampoco hubo respuesta. 

“Según ellos investigaron, pero no tenían ningún protocolo. Sólo durante un mes dejé de ir a las juntas a su oficina, pero después me hicieron firmar un requerimiento para que trabajara de forma regular con él”, escribió en redes sociales.

Presionada por las condiciones laborales que le imponían, Eloísa dejó su empleo en el diario en 2017, 10 años después de haber ingresado, e inició un procedimiento legal- que todavía continúa- en contra de la empresa. 

¿Qué hacer en caso de acoso sexual en el trabajo?

Marta Ferreyra sugiere a víctimas de hostigamiento y acoso sexual acudir al Inmujeres, donde se les puede orientar sobre las alternativas.

La especialista explicó que en los casos de violación se debe proceder por ley y denunciar ante el Ministerio Público. De hecho, hay 117 que brindan atención especializada, como documentó Cuestione.

Reconoce que en las empresas privadas, aun con protocolos de atención para acoso sexual, la mayor parte de las veces los casos concluyen con la renuncia de las trabajadoras

“Si son empresas que tienen la Norma 025, pues lo que hacen es ir directamente al Comité de Equidad o al Comité de Ética, se hace una una investigación y si llega a la conclusión…  pero lo cierto es que en general lo que termina pasando es que esas mujeres abandonan el trabajo”.

Reconociendo que este es un problema en el que se debe avanzar, el Inmujeres está trabajando con la Secretaría del Trabajo y el Consejo Nacional para Prevenir la Discrminación para que la Norma 025 sea obligatoria, lo que, dijo, sería un gran avance.

Si eres víctima de hostigamiento o acoso sexual puedes contactar a Inmujeres en el número (55) 5322-6030 o en el correo electrónico contacto@inmujeres.gob.mx.

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