Andrés Manuel López Obrador dijo en 2019 que su gobierno se iba a encargar de “limpiar” las aduanas (marítimas, aéreas y terrestres) de la corrupción que existía en ellas, pues son las principales puertas de entrada del tráfico de drogas en el país, incluso, envió refuerzos militares para vigilarlas. Pero ni así se ha logrado su objetivo.
A pesar de ahora estar bajo el control del Ejército y la Marina, el decomiso de drogas cayó en un promedio de 16% en las 49 aduanas de nuestro país durante los dos primeros años de su gobierno. Aunque en algunos casos, como el de los precursores químicos (utilizadas para la fabricación de drogas sintéticas, como el fentanilo), se desplomaron casi al 100%, pese a la vigilancia de las Fuerzas Armadas, de acuerdo con los datos de la Administración General de Aduanas (AGA), obtenidos por Cuestione vía transparencia.
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López Obrador le quitó el control de las aduanas a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y al Servicio de Administración Tributaria (SAT), encargados de estas funciones -como marca la Constitución del país – para dárselas al Ejército y Marina. Este cambio en la estrategia le costó que uno de sus secretarios, Javier Jiménez Espriú, renunciara a la SCT.
“Puede cambiar el administrador, pero la lógica al interior de las aduanas es la misma”, nos dice Víctor Sánchez, especialista en seguridad e investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Entre 60% y 65% de las drogas que entran a nuestro país lo hacen por las aduanas, advierte el experto.
¿Qué tipo de drogas se decomisaron menos?
La caída más drástica entre los tipos de decomisos fue la de los precursores químicos, con 98% –traídos principalmente de China–, los cuales son utilizados para fabricar drogas como la metanfetamina o el fentanilo, dos de las más valiosas en el mercado en los últimos años, nos explica Raúl Benítez Manaut, quien preside el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).
“Llama la atención la disminución de decomiso porque el mercado de la droga no ha cambiado. Los grupos delictivos traen estos productos de Asia para fabricar metanfetaminas y fentanilo, es probable que estén dejando entrar más estos productos y no estén revisando sus contenedores, porque el fentanilo es una de las drogas más codiciadas en estos momentos”, coincide Víctor Sánchez.
Otro ejemplo es el de la marihuana, de la que en 2018 se decomisaron 5,252 kilos y en 2020, 3,840 kilos, es decir, 26% menos, según la estadística de la AGA.
En el caso de la cocaína –proveniente de Centro y Sudamérica–, aunque su decomiso aumentó, al pasar de 1,577 kilogramos en 2018 a 2,582 kilos en 2020, no se han alcanzado los niveles de 2016, cuando se confiscaron casi 80,000.
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Falta de revisión y corrupción, el principal problema
La misión de las aduanas, controladas por el SAT, a través de la AGA, es que se vigilen y controlen la entrada y salida de productos en todo el país en puntos de inspección a cargo de los agentes aduaneros.
Pero a pesar de que el gobierno ha hecho distintos intentos por modernizar su sistema (con la vigilancia de la SCT y las Fuerzas Armadas) es muy fácil introducir mercancía ilícita, pues sólo entre el 1% y el 5% de los contenedores que entran por las aduanas en todo el mundo son inspeccionados, eso da oportunidad a que el 99% o 95% de los productos ilegales entren al país, coinciden ambos expertos.
La corrupción es otro de los elementos que ha fallado para combatir el tráfico de drogas. Entre 2012 y 2019, el SAT presentó 119 denuncias penales contra servidores públicos adscritos a Aduanas, por estar coludidos con el crimen organizado, aunque solo 25 expedientes han llegado ante un juez, de acuerdo con una publicación del diario español El País.
Mapa del crimen
La aduana de Manzanillo, en Colima, es una de las más infiltradas por el crimen organizado, principalmente por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), nos dice Víctor Sánchez. En ella se han decomisado más de 550 toneladas de drogas (más del 70% son precursores químicos) en los últimos ocho años (2012-2020), de acuerdo con los datos de la AGA.
Otro caso es el de la aduana de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, donde también opera el CJNG y donde se han decomisado 483 toneladas de droga (99% fueron precursores químicos).
Mientras que el gobierno también ha identificado otros puertos como Ciudad del Carmen en Campeche; Ensenada y La Paz en Baja California; Mazatlán, Sinaloa, y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, como los centros más utilizados por el crimen organizado para el trasiego de droga y dinero.
El gobierno de López Obrador quiere limpiar la corrupción que existe en las aduanas, sin embargo, los decomisos de droga han bajado. ¿A quiénes les beneficia la estrategia de seguridad?
