Gertz Manero puede descarrilar a la 4T, asegura autor de libro sobre el fiscal

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La gestión del fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, ha estado marcada por la controversia. Entre acusaciones de abuso de poder, filtraciones de audios y falta de resultados, las críticas han sido constantes.

Para entender mejor la personalidad del fiscal, sus motivaciones y su influencia, conversamos con el periodista y escritor J. Jesús Lemus sobre su último libro, El Fiscal Imperial. En el texto aborda la historia personal de Gertz Manero, su perfíl psicológico y su papel en el gobierno.

La venganza, el gran motor

Lemus nos explicó que reunió a un grupo de criminólogos y psicólogos para analizar el lenguaje corporal, verbal y las acciones del fiscal General. Tras revisar decenas de horas de video, los especialistas desarrollaron un perfil y llegaron a la conclusión de que es una persona “apegada a lo material, perversa, vengativa, sin ningún tipo de remordimiento, sin ningún tipo de compasión hacia sus rivales”, nos dijo.

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El autor asegura que para Gertz, “la venganza es su principal motor”, lo que explicaría casos como la persecución contra los académicos del Conacyt o su ex cuñada y sobrina, que solo fueron exculpadas gracias a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Para el autor, el deseo de venganza viene desde su niñez. 

“El objeto principal que mueve Gertz Manero es la venganza, y te pongo un ejemplo bien simple: el padre y el abuelo de Alejandro Gertz Manero fueron investigados y perseguidos como espías nazis allá cuando estaba el gobierno de Manuel Ávila Camacho y el secretario de gobernación era Miguel Alemán Valdés”, nos explica.

Agrega que al padre y abuelo de Gertz “los persiguieron, los acorralaron. Ahí están los documentos en el texto, que se obtuvieron del Archivo General de la Nación. Los persiguen al grado tal que les limitan sus actividades, incluso su actividad profesional; los obligan incluso a que no tengan ninguna riqueza a riesgo de quitársela”.

El padre y el abuelo se vieron obligados a “heredar a los a los hijos, a Alejandro y a Federico Gertz Manero. Entonces hay una persecución terrible del Estado contra estos dos personajes por ser espías nazis al servicio del Eje Berlín, Roma, Tokio”. Gertz Manero “tiene que esperar más de 70 años para llevar a cabo su venganza”.

En la opinión de Lemus, esto explica “la persecución contra Miguel Alemán Magnani, el nieto de Miguel Alemán Valdés. ¿Y por qué? ¿En qué finco yo que fue una persecución directa contra Miguel Alemán? Porque cuando se le acusa de desfalco fiscal había 361 empresarios que estaban en la misma condición que fueron denunciados por el SAT para ser perseguidos, para ser detenidos” pero la Fiscalía decide ir solo contra Miguel Alemán “y lo obligan a huir”.

Lemus documenta en su libro al menos 20 casos similares, incluyendo la persecución contra los académicos del Conacyt o su ex cuñada Laura Morán y su sobrina, Alejandra Cuevas.

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Una fiscalía ineficaz

J. Jesús Lemus empezó su investigación a partir de un descubrimiento: la FGR era más ineficaz incluso que las Procuradurías Generales de la República de gobiernos anteriores.

“Encontré que la eficiencia de la Fiscalía General de la República en el primer año de esta gestión -del 2019 al 2020-, era apenas del 20%, es decir, de cada 10 casos que llegaban a la Fiscalía solamente dos terminaban judicializados y con una sentencia condenatoria. Y encontré que, en el caso del presidente Felipe Calderón, la eficiencia de la Procuraduría era del 60%” explica. 

“En el caso del presidente Enrique Peña Nieto (la eficiencia) era del 50%. Y eso me llama mucho la atención, porque un gobierno de la Cuarta Transformación que dice que está más cercano a la gente y que dice que va de combate la corrupción y que va de combate a la impunidad” no está cumpliendo con la promesa “por la que votamos los mexicanos”.

La lealtad del presidente

El 6 de julio de este año, durante una de las conferencias de prensa diarias del presidente Andrés Manuel López Obrador, un periodista le consultó sobre los señalamientos en el libro de Lemus. La defensa del presidente fue tajante: “el fiscal no ha cometido delitos graves” aseguró el mandatario, y agregó que “tenemos que probar, no es denunciar por denunciar”. Además, aseguró que le tiene confianza.

No es la primera vez que el presidente defiende a Gertz Manero. ¿A qué se debe este respaldo aparentemente incondicional?, le preguntamos a J. Jesús Lemus.

Esto “responde a una gran amistad y a un sentimiento de agradecimiento que tiene el presidente hacia Gertz Manero porque fue depositario de una gran herencia económica por parte de su abuelo. Con esa herencia se ha dedicado a mantenerse dentro del ejercicio público y ha financiado lo mismo movimientos de derecha como de izquierda”, nos asegura.

“Por ejemplo, financió el movimiento de Vicente Fox cuando derrocó al PRI, pero también antes financió el movimiento del Frente Democrático Nacional de Cuauhtémoc Cárdenas. Incluso financió campañas políticas del Partido Socialista Unificado de México cuando Pablo Gómez andaba por ahí, militando en ese partido. También financia las campañas de Andrés Manuel López obrador. En las tres campañas participa”, explica. 

“No es que las haya financiado todas, pero participa en ese financiamiento por debajo que se hacía al movimiento de López Obrador”. Además, “Gertz Manero le apostó a López Obrador cuando nadie en México, nadie de los financiadores principales, daba un peso partido por la mitad por su proyecto”, nos asegura. 

Influencia transexenal

Lemus agrega que Gertz Manero puede ser el “gran elector” del candidato de Morena. “Es el hombre más poderoso en este momento, porque es el único funcionario de la Cuarta Transformación que tiene garantizado su paso transexenal al siguiente gobierno. Es el único que está seguro que va a estar gobernando. Podría utilizar el poder que tiene desde la fiscalía para bajar y subir candidatos”. 

El autor considera que la gestión de Gertz Manero pone en riesgo todo el proyecto de la llamada Cuarta Transformación: “acordémonos que las propuestas del presidente López Obrador con la que nos enamoró a los mexicanos por la que votamos eran tres, pero de esas tres dos recaen en la función de la Fiscalía. Una era atender a los más pobres”, explica.

Las otras promesas eran “el combate a la corrupción y el fin de la impunidad; en el caso de la impunidad y de la corrupción son dos temas que le corresponden al Fiscal General de la República. No ha podido cumplir con esa labor y ni siquiera ha podido sacar los casos más icónicos de corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto”. 

Considera que “puede desencantar a la población, a los que votamos por López Obrador que seguimos creyendo en este proceso de transformación para no regresar al pasado neoliberal”, lamenta. “Creo que podría desencantar a todo el electorado y podría ser que la próxima elección la gente no se vuelque en las urnas por el candidato que presente Morena. Puede descarrilar ese proyecto que tanto le ha costado a López Obrador”. 

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Temor y exilio

“Este es el trabajo de mayor riesgo que he escrito en toda mi vida; este es mi libro número 11 y creo que es el más peligroso que he escrito para mi condición de seguridad”, nos cuenta Lemus al preguntarle si no teme una venganza por parte del fiscal.

“Ya estuve preso en una ocasión por haber publicado sobre las relaciones del poder y la corrupción; me da mucho miedo. Me da mucho miedo y por esas razones decidí salirme del país. No estoy en México actualmente. Tomé un autoexilio para evitar cualquier tipo de riesgo”, nos cuenta. 

“Sé que legalmente no pueden hacerme nada porque yo no he cometido nunca un delito. Pero sé que las relaciones son muy perversas a nivel federal con el crimen organizado”.

Agrega que “he sido objeto ya de una campaña de odio a través de redes sociales donde me han tachado de todo. Lo menos que me han dicho es que soy un chayotero vendido a los intereses del capitalismo. No me preocupa mucho. Son mensajes de odio que están en las redes sociales, pues ahí se van a quedar”.

“Pero sí me preocupa mi seguridad. Por eso me salí. Estoy pensando en la posibilidad de tomar la palabra al gobierno de Estados Unidos, que fue el único gobierno que se me ha acercado para ofrecerme asilo político” nos dice, y denuncia que el mecanismo de protección a periodistas en México no le ha hecho caso.

EU le ofreció asilo porque “saben del riesgo que este trabajo significa. Pero supieron que estaba yo haciendo un trabajo porque tuve que consultar algunos expedientes y archivos de la CIA y de la DEA. Entonces viene esa propuesta” nos explica. 

“No quiero ser héroe ni mucho menos. Yo quiero seguir viviendo y feliz, pero creo que es un libro que se necesitaba publicar”. 

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