¿México necesita las disculpas del reino de España y El Vaticano?

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Lo hizo de nuevo: el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que España se disculpe con México, tal y como se lo exigió al rey Felipe VI, en 2019.

El mandatario volvió a sacar el tema en una de sus conferencias mañaneras y hasta agregó al Papa Francisco, para que tengan “un cambio de actitud, con humildad” pidan perdón por los abusos cometidos por el reino de España y El Vaticano durante la Conquista.

“Nos descartamos que haya de parte del gobierno español, de la monarquía, un cambio de actitud y con humildad se ofrezca una disculpa, un perdón, pensando en dejar atrás esa confrontación y hermanarnos igual hacia adelante, pensar en la reconciliación“, dijo el mandatario.

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En cuanto a la Iglesia Católica, dijo que ésta ya se ha disculpado con los pueblos originarios de Bolivia y ahora espera que haga lo mismo con los de México, pensando que “el año próximo puede ser el momento oportuno”.

Me sorprende que 500 años después de la Conquista y 200 años después de la Independencia, todavía necesitemos de la Santa Madre Iglesia y de la Madre Patria para poder resolver nuestros asuntos los mexicanos”, dijo el historiador de la UNAM, Federico Navarrete, autor de la cuenta de Twitter Noticonquista, que relata los hechos más relevantes de ese periodo. 

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¿Existe el perdón entre gobiernos y personas? ¿Para qué sirve? 

Sí existe, y es una medida que busca reconocer que se actuó mal y, con ello, evitar que se vuelvan a repetir dichos actos. Pero para que forme parte de la reparación integral del daño, es importante que el perdón se ofrezca a las víctimas directas o descendientes directos. 

“El perdón puede ser útil si viene asociado a un verdadero proceso de reflexión histórica”, explica el historiador español Rodrigo Roca a France 24. Sin embargo, al tratarse de un evento de hace más de 500 años, es más complejo. 

“Para afirmar que la España actual represente a los victimarios de ese evento y que México o las comunidades indígenas de hoy sean las víctimas directas de ese evento hace falta hacer una serie de malabares conceptuales que son muy difíciles de sostener”, dijo el experto.

Hemos visto que gobiernos, como el alemán o el polaco, se han disculpado con las víctimas sobrevivientes del Holocausto, en el que murieron millones de personas judías; al igual que el gobierno de Chile y Argentina por los crímenes de lesa humanidad cometidos por sus respectivas dictaduras. Incluso, el mismo gobierno de México se disculpó con una sobreviviente de la Guerra Sucia en los años 70. 

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México también tiene que pedir disculpas

Para el historiador Federico Navarrete, el gobierno de México también tiene por qué disculparse, aunque ha sido omiso en ello. “Aún no se reconoce la agresión sistemática de los gobiernos mexicanos hacia la población indígena en general, como el haber querido imponerles la lengua castellana como idioma único, haber devaluado sus formas culturales, económicas y sociales, o querer obligarlos a integrarse al llamado México mestizo, entre comillas. Todas estas políticas son un motivo para pedir perdón, pero las autoridades las han soslayado”.

Para lograr el proceso de reconciliación que busca López Obrador, “antes debemos escuchar a los pueblos indígenas, a las personas de origen africano y, sobre todo, cuestionar el papel que se está concediendo el gobierno a sí mismo como representante de todos. Puede ser tardado, pero esa es la vía para sanar muchas de nuestras heridas”, expone Navarrete. 

La misión de Gutiérrez Müller, la no-primera dama

El próximo año, 2021, se conmemoran los 500 años de la Conquista, 200 años de la culminación de la independencia de México (1821) y los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán (1321), en el lugar dónde hoy está la Ciudad de México.

Detrás de estas conmemoraciones se encuentra Beatriz Gutiérrez Müller de López Obrador, esposa del mandatario y “coordinadora del proyecto Memoria Nacional Histórica y Cultural de México”, un cargo honorario más no oficial, fue enviada por el gobierno federal a Francia e Italia, para solicitar “prestadas” piezas arqueológicas, como el Penacho de Moctezuma, los códices Florentino y Cospi.

En ese contexto, llevó una carta al Papa Francisco para que la Iglesia Católica también ofrezca una “disculpa pública” a los pueblos indígenas por las “atrocidades” de la Conquista.

De lograr su cometido, éstos difícilmente serían devueltos a los países que los entregaron, señala en su columna Javier Tejado, pues así lo señala la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos

“Pero lo que el presidente ‘olvidó’ poner en la carta, es que, si nos prestan estos códices, hechos en México, en los siglos XVI y XVII, no se los podríamos devolver. No habría vuelta”, apunta Tejeda.

El perdón es un elemento importante para la reflexión histórica y para evitar la repetición de los actos criminales, pero también es importante saber cuándo éste aún puede ser útil y significar una verdadera forma de acompañar a las víctimas de violaciones a los derechos humanos.

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