Las aplicaciones digitales fraudulentas son más comunes de lo que crees

Compartir:

En julio de 2021, Antonio (nombre ficticio para proteger su identidad) recibió un mensaje de WhatsApp de su hermano José (también nombre ficticio) con una liga acompañada de un texto que decía: “descarga esta App, hermano, échale un ojo y al rato te explico”.

Antonio descargó la aplicación llamada GMG. La interfase (la apariencia de la aplicación) era sencilla, con banners publicitarios incrustados y algunos mensajes en un idioma asiático. Tras registrarse, la aplicación le indicó que tenía disponible un monto de 100 pesos para hacer compras de diversos productos -leche, papelería, ropa, entre otros- e indicaba que por cada compra Antonio recibiría una comisión.

El saldo se recargaba cada 24 horas para que el usuario pudiera seguir “jugando”. Antonio, al día siguiente tenía ya no 100 pesos, sino 115, y al siguiente 130. Entonces, se enganchó e hizo la llamada obligatoria a su hermano José para que le explicara de qué se estaba tratando.

Quizás quieras leer: La inversión es esencial para el bienestar de los pueblos

José, emocionado, le explicó que la aplicación se la compartió un amigo cercano, quien ya había invertido en la aplicación hasta 5,000 pesos que se habían duplicado en la última semana y de los cuales, ya había retirado sin problema la mitad. La otra mitad la reinvirtió en contratos de largo plazo: de cinco días, de 10 y de 30. Había contratos hasta de 90 días y con el más alto rendimiento de su inversión.

Además, por cada persona invitada por él, recibía una bonificación que se podía retirar inmediatamente a través de una transferencia directa a su propia cuenta del banco. Parecía oro molido. 

Lo único que debían hacer para duplicar velozmente su inversión era recargar saldo (depositar en la aplicación), comprar contratos y adquirir los productos que se enlistan como tareas diarias. El dinero crecía proporcionalmente a la emoción de los hermanos.

Antonio y José se integraron por invitación a grupos de WhatsApp donde más de 100 usuarios reportaban sus bonificaciones y se felicitaban mutuamente por las ganancias que recibían. Los administradores del grupo, que se hacían llamar Asistente GMG o Gerente GMG, tenían de foto de perfil personajes asiáticos, en su mayoría. 

Esos Asistentes orientaban a los nuevos usuarios y depositaban en las cuentas de GMG las bonificaciones. 

Te puede interesar: México perderá inversiones por cancelación de cervecera en Mexicali

A principios de agosto la aplicación GMG abrió una gran promoción que se trataba de invertir en contratos de 3,500, 10,000, 50,000 o 100,000 pesos para recibir el 50% de bonificación, solo por la inversión, más las comisiones correspondientes por las compras de los contratos. Los usuarios enloquecieron.

Antonio vendió su carro y pidió un préstamo de 90,000 pesos al banco para invertir un total 150,000 pesos en contratos de 90 días con lo que triplicaría su inversión y recibiría una bonificación inmediata de 75,000 pesos, además de las comisiones por “su equipo”-las personas que se suscribieron gracias a él, que era casi toda su familia y red de amigos en Tlaxcala y Puebla.

Era un viernes cuando la bonificación se reflejó en la cuenta de GMG. Antonio realizó el retiro del dinero desde la aplicación, que tardaba unas horas en reflejarse en la cuenta bancaria, y siguiendo las indicaciones de los asistentes, compartió con ellos la referencia de la transacción.

Pasaron las horas y el dinero no llegaba a la cuenta de Antonio, ni a la de ningún usuario. La desesperación comenzaba a notarse en los grupos de WhatsApp, donde los administradores apelaban primero a una saturación del sistema, luego a un hackeo.

El lunes siguiente la aplicación GMG desapareció, llevándose consigo cientos de miles de pesos de incontables usuarios en menos de 72 horas.

Antonio lo perdió todo.

¿Cómo funcionan estás estafas?

Lamentablemente la frecuencia de estos delitos es mayor de lo que se alerta.

Su modus operandi implica copiar la imagen y simular el nombre de una entidad regulada. Por ejemplo, en el caso de la aplicación móvil apócrifa GMG, copió el nombre de Global Markets Group (GMG), que sí es un intermediario de inversiones en Forex STPbrokers que conectan las operaciones de sus clientes con los proveedores de liquidez como grandes bancos u otras entidades financieras- y está regulado en el Reino Unido.

La empresa que lideraba la fraudulenta aplicación GMG se presentaba como Kievco SA de CV y esta estafa no ha sido la única en sus “proyectos”, pues también plagiaron la identidad de Shopping City para estafar a las y los usuarios.

Vale la pena mencionar que los depósitos que las y los usuarios realizaban se hacían a nombre de Keivco SA de CV, no de Kievco SA de CV, razón social que sí aparece en las las búsquedas de internet como una empresa. Es decir, se denominaban de una manera, pero las operaciones bancarias se dirigían a otra empresa.

También, en enero de este mismo año, el estado de Chihuahua alertó a la ciudadanía para evitar ser víctimas de otra estafa que se realiza a través de la aplicación de teléfonos celulares Part Time Online, que funcionaba de la misma manera, estafando a cientos de usuarios.

Te puede interesar: México en riesgo de perder todos los avances en energías renovables con reforma eléctrica

Estos esquemas de fraude tienen una estructura piramidal, en la que se otorgan generosas comisiones a los suscriptores por cada invitado que se integre a su equipo e invierta. 

La confianza de los allegados se suma al entusiasmo por ganar dinero fácil y sin esfuerzo, pues solo se requieren un par de minutos al día realizando las tareas o compras ficticias y, por supuesto, la inversión de montos cada vez mayores.

Además, el efecto FOMO (siglas en inglés para Fear of Missing Out o “miedo a perdérselo”) generan una fenómeno colectivo que nubla el sentido común de quienes participan, haciendo que omitan las señales de alerta, como un rendimiento inexplicable o altas comisiones sin justificación, nos explicó en entrevista el economista Manuel Nava Pérez, socio y asesor de la firma independiente Cuántico Inversiones.

¿Qué se puede hacer?

Consultamos al economista para conocer qué posibilidades tienen las víctimas de estas estafas para demandar a las empresas fraudulentas y recuperar el dinero invertido. Lamentablemente el panorama no es sencillo, puesto que tanto la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) solamente pueden emitir alertas ante estos casos, ya que no se tratan de empresas financieras ni están reguladas por ninguna una entidad financiera como la Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV).

El experto agrega que, además, la población mexicana no tiene una real educación financiera, lo que nos hace ser más vulnerables a participar en actividades no reguladas que puedan resultar fraudulentas.

“Hay un punto donde las aplicaciones te dicen ‘¿aceptas términos y condiciones?’ y todos aceptamos los términos y condiciones. Nunca leemos realmente lo que dicen. Si tú descargas esos documentos y te pones a leerlos, muchas veces te encuentras esos huecos donde llegas a un punto de no saber a quién le puedes reclamar, porque una empresa depende de otra y no queda claro a quién reclamarle”, ejemplifica Nava.

El entrevistado recomienda poner atención en las señales de alerta y desconfiar de entrada en sistemas multinivel en los que las ganancias de las y los usuarios dependan o se beneficien de los miembros captados, ya que es un indicador efectivo de la caducidad del proyecto.

Ahora que lo sabes, presta mucha atención a las invitaciones que te pueden llegar por redes sociales, conocidos y familiares, ya que pueden hacerte caer en estas trampas digitales, donde el verdadero negocio es hacerte perder tu tiempo y dinero.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.