Aprende en Casa tiene una serie de objeciones según el Coneval, contrario a lo que dice la secretaria de Educación

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“Felicito y agradezco el apoyo de cada hombre y mujer que día a día, a lo largo y ancho del país, hacen posible con su esfuerzo y dedicación, educar a millones de alumnos en cada región y comunidad de México. Son logros inobjetables, que debemos al impulso que el presidente López Obrador ha dado al sector para garantizar la continuidad de los aprendizajes y alcanzar una educación con equidad y excelencia”.

Delfina Gómez, secretaria de Educación, conferencia de prensa 21 de febrero de 2021

Así celebraba Delfina Gómez Álvarez, la secretaria de Educación los resultados de la estrategia Aprende en Casa, con la cual se buscó que las niñas y los niños que no podían ir de manera presencial a la escuela recibieran educación a través de programas de televisión.

Hace apenas unos días, Gómez Álvarez volvió a celebrar los alcances de la estrategia al dar por terminado el ciclo escolar 2020-2021. Para la secretaria de Educación, “el esfuerzo del magisterio, personal administrativo y de apoyo, así como el trabajo colaborativo de las autoridades educativas del país, favorecieron la continuidad a los aprendizajes, y son un aliciente para que las y los alumnos continúen sus estudios”. 

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Sin embargo, a diferencia de lo que dice la secretaria, la estrategia sí es objetable, y quien hizo los cuestionamientos fue el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval). Esta semana, ese organismo publicó un informe llamado “De la emergencia a la recuperación de la pandemia por la COVID-19: la política social frente a los desastres” en el que criticó los resultados de Aprende en Casa:

Por un lado, dice que “la interrupción de procesos educativos presenciales y su sustitución por la educación a distancia supone riesgos de aumentar las disparidades educativas preexistentes, al reducir las oportunidades que tienen las personas para continuar con su aprendizaje”. 

Lo anterior supone un problema que apenas empezamos a vislumbrar: en marzo, el INEGI publicó una encuesta en la que señala que 2.3 millones de personas dejaron de estudiar solo por cuestiones relacionadas con la COVID-19 como falta de computadora para tomar las clases o dificultades de los padres para estar pendientes de la educación remota de los y las hijas.

Por otro lado, el Coneval señaló que falta analizar los alcances y la cobertura de Aprende en Casa, ya que no existe información sobre la proporción de la población que se estaba atendiendo porque “la emisión de contenidos educativos por diversos medios no supone que toda la población objetivo pueda acceder a ellos”, señala el informe.

Una última crítica del Coneval a la estrategia Aprende en Casa es que no se puede conocer cuánto se gastó en su implementación porque se desconoce cuánto del gasto público de la SEP fue destinado a esa estrategia, “pues al ser una intervención emergente no formó parte del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el Ejercicio Fiscal 2020. Por lo anterior, no se etiquetaron recursos o asignaciones presupuestales previo a la integración del presupuesto federal a la Estrategia o a alguna acción afín”.

Lo cierto es que como hemos documentado en Cuestione, las y los niños necesitan ir de manera presencial a la escuela para poder aprovechar todas las vertientes de la educación, tanto las académicas, pero también las sociales. Como sociedad no deberíamos admitir lo que sucedió durante estos primeros 14 meses de pandemia cuando muchas actividades no esenciales abrieron sus puertas y la educación, que sí es esencial, no lo hizo. 

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