Área Natural Protegida del Jaguar, con menos presupuesto y dudosa planeación

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Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) son una de las medidas más efectivas para conservar la riqueza natural, mitigar el cambio climático y sus efectos sobre la población, sin embargo, el anuncio de la creación del ANP Jaguar en 2022 se interpretó más como una manera de contrarrestar las críticas que se han hecho al gobierno federal por la construcción del Tren Maya en la zona de la Riviera Maya.

En julio de 2022 se declaró como Área Natural Protegida la zona del Jaguar, en Tulum, Quintana Roo, que abarca una superficie total de 2,249 hectáreas y es administrada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

El ANP Jaguar se conforma de dos polígonos uno que mide 1,967 hectáreas y se encuentra selva adentro y otro de 282.6 hectáreas que colinda con el Parque Nacional de Tulum.

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Con este decreto, México ya tiene 186 Áreas Naturales Protegidas federales que son zonas del territorio nacional en las que los ambientes originales no han sido alterados por la actividad humana y sobre las que el Estado ejerce soberanía y jurisdicción.

El estudio de la Conanp que justifica la declaración de esta zona como Área de Protección de Flora y de Fauna (APFF) dice que esta acción protegerá a más de 960 especies de flora y fauna nativa y a 90 especies en riesgo, como el jaguar que es un símbolo sagrado de las culturas mesoamericanas. 

Para esto, es necesaria la ejecución de programas de conservación, protección, vigilancia y restauración de los recursos naturales, coordinación con los tres niveles de gobierno y la participación de distintos sectores de la sociedad, pero sobre todo presupuesto.

El discurso del gobierno federal y de la misma Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales a cargo de María Luisa Albores González, insisten en la prioridad que tiene para el proyecto de transformación del presidente López Obrador las acciones de conservación de los recursos naturales y la fauna endémica de los estados.

Pero el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) -una organización que defiende el medio ambiente y los recursos naturales- acusa que aunque se haya incrementado el número de áreas protegidas, no se han aumentado los recursos económicos para atenderlas.

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Y es que desde el Proyecto de Egresos revisado en septiembre de 2022 ya se veía que el presupuesto de organismos clave como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) enfrentaban un recorte de alrededor del 7% en comparación con lo asignado en 2022.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2023 se aprobaron $930,376,724 para el funcionamiento de la Conanp lo que significa que se destinarán menos de $10 por hectárea protegida, según CEMDA.

“En particular, persisten los recortes en las partidas del gasto destinadas a la compra de insumos, como refacciones, accesorios y herramientas. Además, la nula asignación de recursos para la contratación de personal de base y para la adquisición de vehículos (terrestres y embarcaciones pequeñas) compromete las tareas de protección y vigilancia plasmadas en los objetivos del Programa Nacional de Áreas Naturales Protegidas”, destacó la organización ambientalista.

Sedatu acusa abandono del parque el Jaguar en Tulúm

En noviembre de 2022, el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Meyer, informó que se contempla que el proyecto del Parque Nacional el Jaguar quede listo para la primera mitad del 2024 y que se estima que la inversión que requiere superará los $1,000 millones.

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Además, a través de sus redes sociales advirtió sobre las condiciones de descuido en las que se encuentran las instalaciones del parque en el que se planea incluir un centro de investigación a cargo de la UNAM.

El nuevo Parque del Jaguar está diseñado para incluir la restauración de zonas degradadas, el desarrollo de actividades productivas como la apicultura para el cuidado del ecosistema, estrategias de conservación de la flora y la fauna con énfasis en especies endémicas como el jaguar para proteger su protección y su reproducción, pero activistas y biólogos califican de farsa el último aspecto.

Los ambientalistas destacan que el problema es que el Parque estará rodeado por una barda que dificultará el paso del jaguar, afectando así su comportamiento natural, pues los grandes felinos requieren corredores biológicos para que sus poblaciones tengan viabilidad genética y una valla impide que se muevan, dijo a El País el especialista en fauna silvestre Raúl Padilla, de la organización ambientalista Jaguar Wildlife Center

¿A dónde llevará este combo de poco presupuesto y mala planeación?

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