Hay inconsistencias en la información de la cantidad de armas que compra México.
El informe Armas invisibles de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos (CMDPDH), publicado en julio de 2021, señala que los datos sobre el número y origen de las armas en el país no son confiables. La falta de transparencia es la principal causa del problema.
No hay organización en los datos
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) es la única autoridad a nivel nacional en México que está autorizada para distribuir armas de fuego. Por ello, los análisis sobre el nivel de transparencia cobran relevancia, en especial en un país como México en el que los homicidios con arma de fuego aumentan cada año.
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Para realizar el informe, la CMDPDH hizo la primera solicitud de información a la Sedena en 2017. Pidieron el número de armas adquiridas entre 2010 y 2016. En 2018 hicieron una segunda solicitud de información, esta vez pidiendo las facturas del armamento comercializado en el mismo periodo de tiempo. Las cifras no concuerdan.
¿Por qué la información es distinta? De acuerdo con los y las expertas de la Comisión, puede haber varias razones, entre ellas, el extravío de armas.
Las instituciones de seguridad federales y estatales tienen la tarea de recolectar armas perdidas o ilícitas y, por ley, deben entregárselas a las fiscalías estatales. La Fiscalía General de la República (FGR) tiene la labor de ingresar la información de las armas para rastrear el origen y compra de las armas.
La Sedena publicó datos detallados sobre las armas de fuego que recuperó. La información incluye la fecha y municipio de compra, así como la marca, calibre y número de serie. Sin embargo, la FGR responde parcialmente a las solicitudes de las armas encontradas.
Aunque se pida información con el mismo detalle que publica la Sedena, las respuestas de la Fiscalía a las solicitudes aparecen sin municipios y sin especificar qué agencia de seguridad recuperó las armas, si fue Sedena o alguna otra como la Guardia Nacional.
Por años, ha habido información desigual e incompleta en México. También es el caso de Estados Unidos, el país vecino y el que más exporta armas en el mundo.
El informe anual de Fabricación y Exportación de Armas (AFMER) de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Exportación de Armas de Fuego (ATF) y la información de la Comisión de Comercio Internacional al respecto no tienen datos iguales. Lo publicado por las dos agencias de Estados Unidos podría indicar un subregistro de cuántas armas entran al país pero que no se registran, según la CMDPDH.
Un problema que se hace más grande con el tiempo
El hecho de que haya armas recuperadas implica que en algún momento estaban perdidas. Como lo señala el documento de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos, es frecuente que se extravíen en las manos de organizaciones criminales.
Por ello, resulta importante la información que pueda existir, ya que da pistas sobre posibles actos de corrupción o sobre el crimen organizado.
Sin embargo, más allá de las respuestas sesgadas, cada vez hay más réplicas vacías. Según el estudio de la CMDPDH, las respuestas a solicitudes de transparencia que dicen que no existe la información solicitada han aumentado durante los últimos tres años.
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Como se plantea en el documento de la CMDPDH, es posible proponer reformas y crear nuevas normas, pero primero es necesario contar con los datos para hacer un diagnóstico preciso del problema. De lo contrario, cualquier intento de mejorar será como dar un paso a ciegas. No se puede medir bien con datos incompletos o inexistentes.
Las personas no tienen voz en las discusiones, pero deberían
Tampoco es posible medir la gravedad del problema sin la participación de la ciudadanía. El informe describe que las organizaciones de la sociedad civil se enfrentaron con una falta de voluntad del gobierno para incluirlas en las reuniones sobre el control de armas y de una reforma a la Ley de Armas de Fuego y Explosivos (que entró en vigor a inicio de este año).
Las dependencias del gobierno no difundieron el borrador de la iniciativa con las organizaciones sino hasta que se presentó en el Congreso. Las razones para no compartirlo con grupos de la sociedad civil tenían que ver con asuntos de seguridad y justicia.
¿Por qué las personas no pueden participar más en las discusiones? De hacerlo, tal vez se mencionaría que la falta de transparencia es un problema que México sigue arrastrando.
