El asedio del Conacyt se ensaña con las mujeres académicas

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Ante el proyecto para modificar el reglamento de becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), investigadoras y académicas exhortaron al organismo a incorporar la perspectiva de género y extender la beca a estudiantes embarazadas hasta por un semestre y contribuir con ello a transformar un sistema académico que “expulsa a las mujeres”.

Al respecto, “Susana”, quien prefiere el anonimato y actualmente es integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nos narró su experiencia cuando casi al final de su doctorado parió a su hijo, por lo que solicitó al Conacyt una extensión de beca por dos meses, pero le fue negada

No tuvo más opción que cumplir la exigencia de entregar su tesis terminada en tiempo y forma. Concluir su posgrado y simultáneamente encargarse de los cuidados le resultó muy complicado, pues no contó con ningún apoyo institucional, nos explicó.

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Platicó además la discriminación de la que fue objeto cuando autoridades educativas le recomendaron “tomarse un tiempo” para atender a su bebé, aunque a su marido nunca le hicieron observaciones de ese tipo en su trabajo, por lo que consideró que la extensión de la beca se debería aplicar a los becarios que sean padres, para que también puedan encargarse de los cuidados.  

“Susana” nos compartió su testimonio en el contexto de una propuesta de reformas al “Reglamento de Becas para el Fortalecimiento de la Comunidad de Humanidades, Ciencias, Tecnología e Innovación” del Conacyt, el cual rige todas las becas que otorga a nivel nacional, incluidas las de educación superior y de posgrado, como maestrías y doctorados. 

¿Por qué el debate sobre el anteproyecto de reformas de becas?

Como lo dio a conocer El Universal, en el artículo 20 del anteproyecto el Conacyt propone establecer como causa de suspensión (temporal) o cancelación de la beca “cuando alguna Becaria que se encuentre embarazada, en parto o puerperio, así como a los Becarios que sean padres, presentando la documentación que lo acredite”, entre otros motivos.

Esta noticia desató un debate público y diversas críticas que indican que es una medida contraria al derecho a la igualdad, entre otros. Pero también hubo propuestas como la que elaboró la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, en la que recomienda al Conacyt reponer el proceso de diseño del anteproyecto para incorporar la perspectiva de género “a fin de evitar disposiciones contradictorias y, más aún, violatorias de derechos”.

El mismo 26 de enero, el Conacyt señaló como “falso que se suspenderán las becas por participar en protestas o por embarazo”. Y agregó que esas causas de suspensión de la beca “son disposiciones que han estado contempladas en los reglamentos de becas del Consejo, al menos desde 2008”. Aunque al revisar el reglamento vigente de becas la suspensión por maternidad no se encuentra explícitamente. 

Según explica el Conacyt, el anteproyecto está en un proceso de revisión. Por eso, el documento es público y se encuentra en la página web de la Comisión de Mejora Regulatoria (Conamer) donde “la comunidad y el público en general pueden hacer comentarios para mejorar y fortalecer su contenido”. A la fecha, el documento tiene 38 comentarios, incluido el de la UNAM. 

El Consejo indicó que “dará a conocer la redacción final del reglamento, tan pronto como se tenga, para evitar la malintencionada desinformación (…)”.

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Ampliar derechos a Becarias embarazadas

La doctora en Filosofía de la Ciencia Teresa Rodríguez de la Vega Cuéllar, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, nos expuso que actualmente una estudiante embarazada “se ve obligada” a suspender su beca durante el parto y la lactancia, en una especie de baja temporal.  

Pero esa flexibilización que ahora el Conacyt plantea en su anteproyecto como si fuera un derecho es “una normativa que sigue castigando la decisión de devenir (ser) mamá durante el periodo formativo”, nos comentó la especialista en entrevista.

Porque, explicó, “si tenemos el derecho amparado constitucionalmente (en el Artículo 4º) de decidir el espaciamiento y el momento en el que queremos ser madres, el ejercicio de ese derecho no tendría que contravenir el ejercicio de otro beneficio, al cual accedimos por méritos académicos, que es el de tener una beca”. 

Por eso, el pasado 29 de enero, ella junto con un grupo de académicas y becarias de El Colmex, la UAM, la ENAH, la UNAM y la Universidad Abierta y a distancia de México presentaron una propuesta de cambios a dicho anteproyecto en la plataforma de la Conamer, que también difundieron en sus redes sociales con el hashtag #NuncaMásUnaCienciaSinNosotras.  

La propuesta es que la beca y sus plazos se amplíen un semestre en caso de maternidad, pero también por paternidad, en lugar de tener que pasar el parto y lactancia sin la beca. 

Es una propuesta que busca “paliar las condiciones desfavorables que las mujeres enfrentamos en nuestro acceso a los circuitos de la investigación científica y de la formación académica”, para comenzar a eliminar las desigualdades estructurales, indicó.

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Discriminación contra académicas e investigadoras

En su propuesta las expertas exponen que el anteproyecto va en contra de tratados internacionales en materia de igualdad e incluso representa un retroceso respecto a otras normativas del propio Conacyt. 

Específicamente, al Reglamento del Sistema Nacional de Investigadores, del 2021, que establece principios de igualdad y de inclusión que “debieran ser extendidas a los y las becarias y beneficiarias de otros apoyos del Conacyt”. El SNI tiene como objetivo fomentar el desarrollo científico y tecnológico del país, para lo cual otorga apoyos a especialistas.

Asimismo, advierten que el anteproyecto del Conacyt desconoce diversas leyes nacionales como la Ley de Ciencia y Tecnología, Ley General de Educación Superior y la Ley General de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres

La profesora Rodríguez de la Vega nos compartió, según testimonios de sus compañeras investigadoras y por experiencia propia, que al buscar ingresar a una maestría o doctorado a las estudiantes se les pregunta, por parte de los evaluadores, ‘si piensan embarazarse’

Esto significa “una violencia simbólica impresionante”, además de colocarlas en desventaja, explicó. “A qué varón le van a preguntar si piensa ser papá durante una entrevista en donde están evaluando sus competencias académicas para ingresar a un posgrado de alta especialidad”.

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¿Qué dicen las estadísticas?

En México el sistema educativo es una pirámide que “va expulsando mujeres”, pues al último piso solo llegan varones y muy pocas mujeres, señaló la también socióloga Teresa Rodríguez de la Vega. 

Según el INEGI, en 2017 se registró un padrón con más de 27 mil investigadores vigentes y candidaturas al Sistema Nacional de Investigadores, de los cuales solo 36.6% eran mujeres. Y conforme aumentan los niveles, la participación de las mujeres desciende. Las candidatas representan el 42.8%, pero al llegar a nivel III, el más alto reconocimiento del SNI, la participación de las mujeres es de tan solo 21.7%.

Datos del Instituto Mexicano para la Competitividad indican que solo 3 de cada 10 profesionistas que eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres. Esta brecha empieza en la infancia y aumenta hasta que las mujeres participan en el mercado laboral. 

Esta nueva controversia se suma a las polémicas que ha generado la autoridad del Conacyt durante esta administración: los señalamientos en contra de 31 científicas y científicos, la denuncia por el despido de 200 personas al interior del programa Cátedras Conacyt, el reconocimiento del fiscal General de la República Alejandro Gertz Manero como parte del SNI nivel III y la designación del nuevo director del CIDE.

La pregunta es si el Conacyt tomará en cuenta los comentarios, recomendaciones y propuestas que diversas académicas han planteado para modificar el anteproyecto de reforma al reglamento de becas.

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