Ayer morenistas rechazaban la militarización, hoy apoyan la decisión de AMLO

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¿Qué fue lo pasó?

El Ejército no debe permanecer en las calles, así lo dijo en el 2010 Andrés Manuel López Obrador, quien consideraba que emplear a los militares en tareas de seguridad representaba “suplir las incapacidades de los gobierno civiles”.

Las palabras del aspirante a la presidencia por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo llevaron a sentenciar: “Ese pueblo uniformado no se tiene por qué enfrentar a los mismos mexicanos. Que regresen los soldados a los cuarteles”.

Eran tiempos de Felipe Calderón como jefe del Ejecutivo y de la polémica lucha contra el narcotráfico que dejó 224 militares asesinados, según datos publicados por Aristegui Noticias

¿Es legal que las Fuerzas Armadas realicen tareas de seguridad pública?

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió en marzo de 1996 una acción de inconstitucionalidad al Artículo 129: 

“En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar…”, se lee en el Artículo.

La SCJN resolvió y publicó sobre el Artículo 129 Constitucional en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XI, abril de 2000:

“…el instituto armado está constitucionalmente facultado para actuar en materias de seguridad pública en auxilio de las autoridades competentes y la participación en el Consejo Nacional de Seguridad Pública de los titulares de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina”.

Así quedó establecido que la intervención de las Fuerzas Armadas en auxilio de las autoridades civiles sí es constitucional.

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La promesa de los seis meses

López Obrador mantenía en su discurso de campaña de 2012, regresar al Ejército a los cuarteles. Como parte de su propuesta para combatir la inseguridad, retomó preceptos de honestidad, profesionalismo y perseverancia.

“El Ejército no está preparado para esta función, es otro su encargo, es defender la soberanía Nacional y no debe de seguir exponiéndose al Ejército”, señaló.

“Tenemos que ir regresando al Ejército en la medida que se va profesionalizando la policía, ese es mi plan. Creo que nos va a llevar seis meses el ir regresando el Ejército, para que sea la Policía Federal, la que se haga cargo”, precisó el entonces candidato, pero la promesa nunca la cumplió. El ganador de las elecciones presidenciales ese año fue Enrique Peña Nieto con el 38.2%.

La molestia de Andrés Manuel por la militarización era evidente y así lo hizo saber el 19 de febrero de 2013.

Pero… todo cambia, hasta López Obrador

El 28 de noviembre de 2018, previo a su toma de protesta, Andrés Manuel López Obrador convocó a las Fuerzas Armadas para proponerles: 

“Por qué no nos unimos y tenemos una Guardia Nacional para la seguridad pública. Eso es lo que estamos proponiendo, unirnos para darle paz, tranquilidad a nuestro pueblo.”, expuso ante 32 mil personas reunidas en el Campo Militar No. 1 de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Sin embargo, a medida que pasan los días, las Fuerzas Armadas (Sedena y Semar) son empleadas, cada vez más, para resolver desde el problema del sargazo en playas mexicanas, la construcción del aeropuerto en Santa Lucía, repartir tarjetas del Banco de Bienestar, hasta el reparto de libros de texto.

Para el 11 de mayo, se publicó un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en el que el presidente autoriza la militarización de la seguridad pública por cuatro años, hasta el 12 marzo de 2024.

Y debido a que la Guardia Nacional aún no termina de tomar forma, el 14 de mayo, durante la conferencia mañanera, el presidente cambió su discurso sobre el Ejército en las calles

“Aunque me critiquen de que quiero militarizar al país, voy a seguir insistiendo en que nos deben de ayudar las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública”.

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Antes contra la militarización, hoy la aplauden

Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), también fue uno de los personajes que condenaba la militarización en el país.

Resulta que el 23 de abril de 2017, como coordinador del Partido del Trabajo (PT) en el Senado de la República, se manifestó en contra de la militarización. “Seriamente, analicen, porque sí se va a militarizar al país, corriendo un riesgo que han corrido todos los países de América Latina”.

Sin embargo, ahora Bartlett Díaz se ha mantenido hermético ante el cambio de decisión del tabasqueño.

Citlalli Hernández

La senadora por Morena, Citlalli Hernández Mora, también aplaudió el decreto presidencial por el que se dispone de las Fuerzas Armadas para tareas de Seguridad Pública en sus redes sociales.

Pero en 2011, Hernández Mora manifestó su descontento por esta decisión, pues consideraba que si el Ejército se usaba con este fin sería un atentado a los derechos humanos.

“No queremos al Ejército en las calles. Su lugar es el cuartel. Su presencia callejera es la ruta directa a los infiernos”, dijo en ese entonces.

Como veleta: cambian con el viento que mejor les acomode 

En diciembre de 2016 a John Ackerman, investigador de la UNAM, le molestaba la intromisión de las Fuerzas Armadas en la vida pública y social del país, en el artículo “Golpe de Estado silencioso” daba cuenta de ello.

“La intromisión de las fuerzas militares en la vida política y social del país ha llegado a extremos intolerables que ponen en riesgo tanto la institucionalidad democrática como la soberanía nacional. Hoy atestiguamos el equivalente a un golpe de Estado subrepticio y silencioso. Si la sociedad no detiene la militarización rampante, Los Pinos pronto podría ser ocupado por un general”.

Cuatro años después, el tuitero y conductor de televisión cambia de rumbo como la veleta y, ahora, los vientos piden defender la militarización del país.

“Estas reformas, es cierto, mantienen en acción a algunos militares en las labores de seguridad pública, incorpora a las policías militares y marinas, también los policías federales, pero estos militares que se incorporan a la Guardia Nacional, estarán bajo un mando civil”, señaló en enero de 2020.

Tras darse a conocer el acuerdo del 11 de mayo el esposo de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, rechazó en sus redes sociales que este hecho constituye un paso a la desmilitarización, ya que se fija un plazo para que vuelvan los militares a sus cuarteles en 2024… total ¿qué tanto es tantito?

Una vez, el diputado por Morena, Mario Delgado, hizo un llamado para no militarizar al país. Con pancarta en mano pedía detener la Ley de Seguridad Interior, decía que desde que el Ejército está en las calles, la tasa de civiles muertos aumentó 200%, se registraban 100 mil muertos y 33 mil 482 desaparecidos.

Aunque hay testimonio fiel de su postura, hoy sale a replicar, que con el expresidente Felipe Calderón no tuvo resultados, pero con el apoyo de las fuerzas políticas el retiro del Ejército a los cuarteles está seguro en cinco años. ¿Será?

¿Realmente en cinco años el Ejército mexicano regresará a sus cuarteles?

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