A dos meses de que fuera confirmado el primer caso de un paciente con coronavirus (COVID-19) en México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha mantenido sin muchos cambios su plan económico para hacer frente a la caída económica generada por la contingencia y las medidas de distanciamiento social.
A pesar de que expertos han expresado en entrevistas previas (las cuales puedes consultar dando click aquí y aquí) que las medidas anunciadas el 5 de abril en Palacio Nacional no son suficientes para mitigar la caída de la economía, el plan de gobierno sigue casi intacto.
Esto ha colocado a nuestro país como el penúltimo lugar en apoyos fiscales y económicos para enfrentar el COVID-19 como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) dentro del grupo del G-20 (el cual reúne a las economías industrializadas y en desarrollo más relevantes del mundo). El único país con un programa más chico que el de México en el G-20 es Sudáfrica, de acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).
Respuesta frente a la pasividad del gobierno
Ante esta situación, el Banco de México anunció el 21 de marzo una serie de medidas complementarias para apoyar al sistema financiero mexicano con 750 mil millones de pesos, que equivalen a 3.3% del PIB, con el objetivo de fortalecer los canales de otorgamiento de crédito a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPYMEs) así como personas físicas, mediante una mayor provisión de liquidez a las instituciones bancarias.
Por su parte, la Secretaría de Economía dio a conocer el 26 de abril un acuerdo entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID Invest) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) -con aval de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)– para otorgar financiamiento por hasta 12 mil millones de dólares anuales (290 mil millones de pesos) a las cadenas productivas del país, con el fin de apoyar a las MiPYMEs frente a la crisis.
De acuerdo con BID Invest y el CMN, más de 4.1 millones de MiPYMEs -las cuales generan el 78% del empleo del país-, podrían verse beneficiadas con este financiamiento. Este pacto fue celebrado por autoridades y dependencias federales (como Marcelo Ebrard y la secretaría de Economía), así como por el Consejo Coordinador Empresarial y otras agrupaciones del sector privado.
Sin embargo, el presidente no estuvo tan de acuerdo. En su conferencia mañanera del 27 de abril aseguró que su gobierno no avalará el pacto si implica un costo para el erario público y reclamó que no se tomara en cuenta su figura presidencial.
Esto va en contra de lo dicho un día antes por la secretaría de Economía, Graciela Márquez, cuando explicó que este acuerdo se trata de un crédito entre privados “donde el gobierno no tiene injerencia”.
Antes las declaraciones del presidente, el representante del BID en México, Tomás Bermúdez, declaró en el programa de radio de Carmen Aristegui que lo acordado no representa deuda adicional para el gobierno y aclaró que Hacienda solo dio su respaldo para seguir adelante con el proyecto.
¿Cuánto dinero suman estas iniciativas?
Entre las medidas anunciadas por Banxico y el acuerdo anunciado por el BID y el CME, los recursos para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas suman más de un billón (un millón de millones) de pesos, que equivale poco más del 4% del PIB del país (o a una sexta parte del gasto total de gobierno aprobado para 2020).
Bajo este criterio, estos apoyos suponen un porcentaje similar al de las medidas económicas llevadas a cabo por los gobiernos de Brasil (3.9% de su PIB) y Corea del Sur (4.3% de su PIB) para atender la crisis.
¿Es suficiente para enfrentar la crisis?
Para Juan Carlos Moreno-Brid, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estos anuncios “van en la dirección correcta, pero suceden en un contexto donde las acciones del gobierno van en sentido contrario”.
De acuerdo con Moreno-Brid, en un escenario de una recesión extraordinaria a nivel mundial, nos encontramos en una situación similar a “estar en un coche apretando el freno y el acelerador al mismo tiempo”.
El profesor de la UNAM explica que se “está metiendo el acelerador” en la política monetaria, a través de los créditos anunciados tanto por el gobierno federal como por Banxico que, a pesar de ser buenas noticias, serán “totalmente insuficientes” para enfrentar la situación.
Por otro lado, el gobierno está “apretando el freno en la política fiscal”, la cual es la que más fuerza tiene para confrontar una recesión, como se mostró en la década de 1930 después de la Gran Depresión. “Mientras todos los países están implementado políticas de mayor gasto público, nosotros estamos haciendo lo contrario, recortando el gasto”, detalla el experto de la UNAM.
Por su parte Mariana Campos, coordinadora del programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, coincide en que las medidas anunciadas son buenas noticias pero no serán suficientes para el problema que se viene.
Campos explica que a nivel mundial los países están complementando tres tipos de apoyos, pero México destaca por “solamente enfocarse en un tipo: el de brindar créditos a las empresas para tener mayor liquidez”.
Esta estrategia no asegura que se atienda mucho a la economía informal pues se está haciendo a través de la banca, sector al que gran parte de la informalidad no tiene acceso, por lo que los beneficios se ven limitados, detalla la experta de México Evalúa.
En segundo lugar, Mariana Campos destaca que los gobiernos de distintos países están dando un apoyo muy importante a los desempleados. “Los gobiernos de más de 75 países están, a través de las empresas o directamente con el seguro de desempleo, haciendo llegar a la población un ingreso básico para que puedan subsistir y no se genere pobreza”, una medida que está ausente en nuestro país.
Finalmente, el último tipo de apoyos son los que se dan a través de impuestos, explica Campos. Es decir, “condicionando a las empresas a que mantengan sus niveles de empleo”, los gobiernos brindan apoyos a través de distintas medidas:
- Que las empresas acuerden con sus empleados reducciones a sus salarios, para que paguen menos pero se mantengan los puestos de trabajo.
- Subsidios directos a la nómina, es decir, el gobierno ayuda al pago de los salarios de los empleados.
- Prórrogas, descuentos y subsidios en las cuotas de seguridad social y el impuesto al valor agregado (IVA).
Finalmente, la coordinadora de México Evalúa detalla que “los créditos son excelentes pensando en que la pandemia se resuelve en unos meses”, pero ante la incertidumbre generada por la falta de la vacuna, se “necesita una discusión entre el Congreso y los gobiernos locales, así como una coordinación con el sector privado” para pensar soluciones no solo para la emergencia, sino para las distintas fases que vamos a ir viviendo.
¿Qué se necesita para que el gobierno mexicano tome una actitud más agresiva frente a la crisis?
