En 2021 resurgieron de las cenizas “algunos liderazgos que creíamos olvidados”, lo cual muestra la urgencia de renovar a la clase política de México, no solo en cuanto a personajes, sino también en las prácticas y discursos, de acuerdo con el sociólogo Daniel Vázquez.
Volvieron a la escena pública personajes como el panista octogenario Diego Fernández de Cevallos y el priista Roberto Madrazo, de 68 años, pero además lo hicieron con el discurso de que no hay que volver al pasado de los 70 pero sí hay que volver al pasado de los 2000.
Incluso dentro de Morena, el principal opositor al presidente López Obrador es el diputado Porfirio Muñoz Ledo, quien está por cumplir 88 años, mientras que las caras jóvenes impulsan el discurso de que solo se puede estar con el presidente o en su contra.
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El sociólogo italiano Gaetano Mosca definió el término “clase política” como el grupo de personas que “desempeña las funciones políticas, monopoliza el poder y disfruta de sus ventajas”.
En ese sentido, para el doctor en Ciencias Sociales Daniel Vázquez, es preocupante que los partidos no hayan podido renovar a la clase política, pero es más preocupante que no hayan podido generar nuevas ideas y prácticas.
“La renovación no solamente tiene que ver con las personas, sino con la lógica y principios de la clase política, y eso entonces es más grave, porque incluso podríamos ver que hay liderazgos jóvenes con prácticas del pasado”, dijo el experto.
La democracia a la mexicana
Para Daniel Vázquez, el principal problema de la actual clase política mexicana es que a pesar de que han aparecido nuevos liderazgos en los partidos políticos, nadie rompe con lo que él llama “la democracia a la mexicana”.
“La democracia a la mexicana está conformada por clientelismo, negación, simulación, corrupción e impunidad. Esos patrones, todos ellos en un contexto de violencia y de gobernanza criminal, se mantienen incluso en esas caras nuevas”, dijo Vázquez.
Y agregó que estas prácticas se mantienen en esta coyuntura de elecciones, “en esta lógica de polarización, donde predomina la descalificación del otro”, en lugar de pensar cómo va el país o cuál es el programa político que deberían impulsar.
En ese sentido, Vázquez enfatiza que no solo se debe romper con “ese pasado terrible de la hegemonía del PRI de los años 70”, sino también con el de hace apenas un par de años, donde imperaba –o incluso impera todavía– la simulación.
“Estoy pensando sobre todo en el gobierno de Enrique Peña Nieto por sus redes de corrupción, pero (la simulación) también aplica para Felipe Calderón y actualmente para López Obrador, donde los tres mil programas de política social tienen una lógica clientelar”, dijo el entrevistado.
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Nueva clase política de izquierda
Le preguntamos al doctor en Ciencias Sociales, Daniel Vázquez, sobre la falta de nuevos cuadros de izquierda que no estén dentro del partido gobernante –que también se asume dentro de esa corriente ideológica.
Para Vázquez, estos nuevos cuadros tendrían que surgir de nuevos movimientos populares surgidos desde la ciudadanía, ya que el actual gobierno basa su estrategia social en la redistribución de recursos, muy necesaria pero insuficiente.
“Lo que tenemos ahora (en el gobierno), más que una construcción con movimientos populares, es más bien una propuesta de redistribución (de recursos) con características muy clientelares”, nos explicó el especialista.
Entonces, según Vázquez, una propuesta interesante de izquierda podría avanzar desde un proyecto que busque mecanismos más universales –y no clientelares– para sacar a más gente de la pobreza.
Por otro lado, el experto señala que la lógica discursiva del presidente y del partido gobernante, en la que cualquier crítica “es hacerle juego a la derecha”, los ha llevado a romper con movimientos sociales que “podrían ser interesantes para conformar un bloque de izquierda”.
El descontento de algunos movimientos como el feminista, el de derechos humanos, el ambientalista o las comunidades indígenas, podría generar una nueva propuesta con nuevos liderazgos.
Principalmente porque no han visto avances a sus problemas en los primeros años de este gobierno, pero también porque “sus críticas han sido leídas como fifís, conservadoras o para hacerle el juego a la derecha”.
Incluso, para Vázquez, estas nuevas propuestas de izquierda podrían gestar una nueva lógica de discurso y de alianzas incluso al interior de Morena.
Esto último lo ve muy necesario el experto, ya que actualmente el partido oficial cuenta con caras jóvenes pero que siguen con el discurso viejo, no solo de que cualquier crítica es un ataque al gobierno y al presidente, sino que no se ve una intención real de provocar una transformación.
“La polarización no es mala si esta surge porque realmente estás atacando al viejo sistema, si realmente buscas desmantelar las grandes redes de corrupción y de narcotráfico del país”, detalló Vázquez.
Y concluyó que una señal de que los nuevos cuadros de Morena deben renovar sus ideas, es que ven como enemigos a organizaciones internacionales y organismos autónomos que han señalado errores del gobierno, y alguno que otro empresario, y no a los grandes narcos, empresarios y terratenientes que poseen las redes de macrocriminalidad.