El Congreso jugará un papel fundamental en la aprobación del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, luego de que en las elecciones del pasado 6 de junio Morena perdió la mayoría absoluta que tenía en la Cámara de Diputados con 256 legisladores.
Ahora, ese partido cuenta con 202 diputados y sus aliados -el Partido Verde y el PT con 42 y 34 legisladores, respectivamente- por lo que está lejos de conseguir la mayoría calificada, necesaria para aprobar cambios constitucionales.
“Tenemos el 61%, y lo único que se requiere es el 51% para la aprobación del Presupuesto. Era lo que querían los conservadores, que no lo lográramos. Los conservadores votaron en contra en la Cámara de Diputados, porque para ellos lo que va destinado a los pobres es populismo, es paternalismo y lo que va destinado a potentados eso es fomento”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa del pasado 8 de junio.
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Sin embargo, con una nueva Cámara de Diputados y con un Proyecto de Presupuesto que se concentra en otorgar la mayor cantidad de recursos a las pensiones de los adultos mayores, los partidos opositores pueden modificar el plan presentado por la Secretaría de Hacienda.
José Antonio Crespo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), considera que un Congreso plural es la oportunidad para acotar el poder presidencial que ha amasado Andrés Manuel López Obrador. “Yo prefiero gobiernos divididos en un régimen presidencial”, nos dijo.
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Por su parte, el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Javier Oliva Posada, piensa que la composición actual del Congreso no ayudará a Morena ya que el partido gobernante no tiene el apoyo para impulsar reformas constitucionales.
“El presidente tiene una agenda con grandes objetivos; el primero, la reforma del sector energético (Petróleo y energía eléctrica), la reforma del Tribunal Electoral de la Federación y el Instituto Nacional Electoral”, nos comentó.
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Para José Antonio Crespo, la mayoría de las propuestas de López Obrador, si no es que todas, serán rechazadas por la oposición, a menos que sean negociadas de manera correcta.
“En las iniciativas de Andrés Manuel Lopez Obrador, que a él le gustan, como él las quiere, muy probablemente la oposición no esté de acuerdo con estas tres reformas importantes. Para quienes las consideren negativas, como es mi caso, de la línea electoral podría salir algo positivo, pero si se trata de controlar a los Consejeros y Magistrados, eso es una regresión”, nos comentó Crespo.
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“Cada quién verá si es conveniente para México o no, hay muchos que dirán que sí, los mismos obradoristas. Otros pensamos que no, pero el hecho es ese, las leyes constitucionales, las reformas constitucionales se van a ver más complicadas, salvo que se llegue a un acuerdo”.
En términos de gobernabilidad, un Congreso en el que no hay una mayoría puede caer en la parálisis. Esto implica que habrá dificultades para llegar a acuerdos; sin embargo, equilibra el ejercicio del poder, pues hay menos posibilidad de incurrir en abusos e imposiciones.
“Cualquier partido que tenga mayorías tiende a poner lo que se le da la gana, sin control, sin frenos, sin nada. Puede ser muy abusivo y hacer las leyes a su modo, como muchas veces en las leyes electorales”, dijo Crespo.
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Para Javier Oliva Posada en este nuevo escenario se necesita fortalecer al Poder Legislativo, dejando de politizar las decisiones y enriqueciendo un debate parlamentario.
“En esta Legislatura tendremos intensos debates, ojalá y sean de calidad para la ciudadanía. Esto enriquece y fortalece a la democracia, y a partir de estos requerimientos y necesidades de la Presidencia de la República”, concluyó.
En las próximas decisiones de México con este nuevo Congreso, el cambio será grande, considera Javier Oliva.
