Un contrasentido, llamar “humanismo mexicano” a la forma de gobernar de López Obrador

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Como un contrasentido y un mero mensaje con fines político-electorales, politólogos y académicos descalificaron el término “humanismo mexicano” con el que el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso definir a su estilo de gobernar.

“El humanismo no puede ser de una nación. La idea de humanidad va completamente separada de cualquier tipo de nacionalismo, es universal o no es, es el reconocimiento de que el ser humano está por encima de cualquier otra categoría. Es totalmente un contrasentido un humanismo que tiene nacionalidad”, nos explicó el doctor en Ciencia Política Jorge Márquez.

“La denominación ‘humanismo mexicano’ no me parece afortunada teóricamente, aunque sí de cierto impacto político”, nos dijo por separado, Diego Bautista, historiador por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Mientras que en un artículo de opinión, el presidente de la Fundación de Estudios Políticos, Económicos y Sociales Progresistas, Irán Moreno, señaló que el modelo económico en el cual se basa este “humanismo mexicano” es el neoliberalismo, pues “no plantea una política económica, social y cultural de Estado, de inclusión social, sino que mantiene a los pobres siendo pobres, las clases medias bajando a ser clases pobres y la oligarquía nacional quedando intacta”.

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Propuesta presidencial

En su discurso en el Zócalo, tras la marcha convocada por el propio Presidente el 27 de noviembre de 2022, López Obrador propuso definir en el terreno teórico a su modelo de gobierno como “humanismo mexicano”.

Entre los principios políticos, económicos y sociales de ese “humanismo mexicano”, el mandatario mencionó el progreso con justicia; la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza; desterrar la corrupción y los privilegios; dar preferencia “a los pobres y humillados”; y alcanzar el ideal de vivir en una “sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna”.

Sin embargo, tras su mensaje, López Obrador fue duramente criticado por analistas y la oposición. Incluso el Partido Acción Nacional (PAN) amenazó con demandarlo ante los órganos electorales por “plagiar” sus principios humanistas.  

López Obrador pretende plagiar y tergiversar el concepto fundamental de la doctrina panista al nombrar su modelo de gobierno como humanismo mexicano, siendo que éste es universal y Acción Nacional ha empleado el postulado del Humanismo Político desde su fundación”, se lee en el comunicado del PAN del 28 de noviembre de 2022.

“El único nombre que debe llevar este gobierno es el de régimen del autoritarismo destructivo”, acusó el PAN, a lo que el Presidente respondió en su conferencia matutina del 1 de diciembre de 2022 que el blanquiazul surgió en 1939 tras la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas.

“Son cosas completamente distintas. ¿Cómo surge el PAN? Porque están en contra de la política popular patriótica del general Cárdenas, están en contra del reparto agrario, en contra de la expropiación petrolera. No nos parecemos, pero tenemos que respetarnos, cada quien tiene sus concepciones, sus ideas”, expresó López Obrador.

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¿Qué es en realidad el humanismo?

Jorge Márquez, autor de varios libros sobre teoría política, nos explicó que la filosofía humanista surge en el siglo XVI en Europa y que es un pensamiento que trata de comprender al ser humano en todas sus dimensiones: pasionales, sociales, psicológicas y racionales, entre otras.

“El humanismo impone al ser humano por delante de la economía, la política, la guerra, frente a los intereses nacionales, etcétera; todos los seres humanos tienen un enorme valor y no hay humanos sacrificables”, abundó el profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Márquez puso como ejemplo a los filósofos Voltaire y John Locke, quienes en sus obras pugnaron por la tolerancia y el derecho de las personas a expresar libremente su opinión. Por el contrario, nos aclaró, el discurso del Presidente “es totalmente excluyente, su ideología no tiene nada de humanista; él clasifica a los seres humanos desde una visión política. La política por definición no es humanista”.

Por su parte, el maestro en Estudios Sociales por la UAM-Iztapalapa Diego Bautista nos precisó que el humanismo es considerado un antecedente importante para pensamientos modernos como la Ilustración o la defensa de los derechos humanos. 

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Marcas demagógicas

Bautista recordó que presidentes anteriores pretendieron bautizar sus formas de gobierno “para mejorar el reparto de la riqueza y combatir la desigualdad”. Tan es así que, apuntó, Miguel De la Madrid (1982-1988) impulsó lo que llamó la “renovación moral” contra la corrupción en la economía política y social, y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) pregonó el llamado “liberalismo social”.

Finalmente, Jorge Márquez, quien también es investigador en temas de historia política y gobernabilidad, nos indicó que el término “humanismo mexicano” es parte de la “demagogia populista” y con fines electorales de López Obrador.

“Él está buscando otra fórmula porque a lo mejor lo de Cuarta Transformación ya se desgastó, igual que Morena. López Obrador es un gran hacedor de marcas, de etiquetas, tiene frases geniales, que suenan bien, como que parece dar golpes muy precisos”, agregó el politólogo.

Márquez mencionó cómo durante el segundo debate de los aspirantes a la Presidencia en mayo de 2018, López Obrador “desarmó a (el candidato panista, Ricardo) Anaya de la forma más babosa, pero que le encantó a la gente con su frase de ‘Ricky riquín canallín’; es decir, frases totalmente vacías, pero que al pueblo le gustan”.

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