La corrupción, ese problema generalizado que se combate de la manera equivocada

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A pesar de que el combate a la corrupción es uno de los ejes de este gobierno y a pesar de que el presidente López Obrador ha dicho que ya se acabó, cada cierto tiempo se destapa un nuevo escándalo de costos inflados o contratos otorgados a empresas fantasma, entre otras prácticas corruptas.

En Cuestione nos preguntamos si la razón de que estos vicios se mantengan en los distintos niveles de gobierno es porque la corrupción está muy arraigada en la sociedad mexicana, donde es normal dar una mordida para evitar una multa o para agilizar un trámite engorroso.

También nos cuestionamos si parte del problema es que pocos personajes reciben castigo, y si lo reciben es solo durante un tiempo y después siguen haciendo política porque no pierden ni el dinero ni la reputación.

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Platicamos con expertas en temas anticorrupción para responder a estas y otras preguntas, como la maestra Irene Tello Arista, directora ejecutiva de Impunidad Cero –un centro de estudios enfocado en analizar y visibilizar la impunidad para poder combatirla.

También conversamos con la maestra Dalia Toledo, directora de Finanzas Públicas y Anticorrupción de Ethos –un laboratorio que transforma investigaciones en recomendaciones de políticas públicas. 

La corrupción, ¿rasgo muy mexicano?

De acuerdo con la maestra Irene Tello Arista, la corrupción no es una peculiaridad que define a la sociedad mexicana, sino un problema humano porque es evidente que en todos los países hay corrupción, pero en unos hay mayor investigación y sanciones que en otros.

“Hay muchas culturas donde incluso la corrupción se entendía como una cuestión de comunidad, de facilitar ciertas relaciones, ciertos tratos, dar un regalo como para que ciertas cosas funcionen. El problema es que ya no tiene que ver con el establecer un vínculo de confianza, sino con corromper los bienes de una sociedad que paga impuestos”, nos dijo la especialista.

En cuanto a la sociedad mexicana, el hecho de que padecemos una corrupción sistémica no quiere decir que sea parte de nuestra naturaleza, “y basta con que veamos cómo se comporta un mexicano cuando va a Estados Unidos”.

Lo que sucede, de acuerdo con Tello Arista, es que falta prevención, transparencia y rendición de cuentas en nuestro país.

Y agregó que el vínculo más frágil de la lucha contra la corrupción es que falta identificar dónde están los mayores riesgos de corrupción para investigar y sancionar, lo cual es clave para combatir también la cultura de la impunidad y desmantelar redes y no nada más exhibir a personajes públicos.

Por su parte, la maestra Dalia Toledo nos explicó que la corrupción está arraigada en la sociedad mexicana porque está normalizada, es decir que la vemos como algo común y cotidiano y ni siquiera nos llama la atención.

“Se nos hace como pan de todos los días escuchar que tal político se robó tanto dinero. Y entonces, como está normalizada, nuestros actos del día a día también”, dijo Toledo.

Otra causa de este arraigo es que no hay suficientes incentivos del gobierno para sus servidores públicos, porque “al final la corrupción viene de dos partes, de un ciudadano o un empresario que está dispuesto a pagar una mordida para obtener una licitación, y también de un servidor público (que acepta)”. 

“En ese sentido donde habría que tener más regulación es en las instituciones y en los procesos de gobierno, y no existen esos incentivos para que el servidor público no sea corrupto”, explicó la experta.

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Se salen con la suya

De acuerdo con Toledo otra causa fundamental del arraigo de la corrupción en nuestro país es la impunidad, porque “cuando tomamos decisiones hacemos un balance entre qué obtengo y que pierdo”.

Para la experta, en México las personas corruptas se salen con la suya porque es muy baja la probabilidad de ser detectadas, mucho menos de ser investigadas adecuadamente y muchísimo menos que una carpeta llegue hasta el Poder Judicial.

“Esto tiene un efecto también sobre quien no es corrupto, que es el ciudadano común, porque no quiere denunciar. Nueve de cada 10 delitos no se denuncian, y la segunda razón por la que no se hace es la desconfianza en la autoridad”, dijo Toledo.

Irene Tello Arista coincidió que la impunidad es un asunto clave porque no se trata de meter al político de turno a la cárcel sino de que haya reparación y una sanción acorde con el daño.

Tenemos que tener claro “para qué está hecho el sistema de justicia, y no está hecho ni para castigar ni para buscar venganza, sino para evitar que se sigan repitiendo ciertas conductas que son ilegales”, explicó.

Además, añadió que “no se están investigando las redes de corrupción, sino que agarramos chivos expiatorios. No se investiga al resto de personas que colaboraron para permitir el desvío. Y al final, se manda un mensaje muy grave: la corrupción se permite en México”.

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No pierden nada, ni la reputación

Tello Arista recalcó que la sociedad mexicana quiere que las personas corruptas terminen en la cárcel, pero “la cárcel no se inventó para eso, y me parece mucho más importante el tema de que regresen el dinero”.

“Más allá de la gravedad de la sanción, tenemos que pensar en lo que implica que realmente se repare el daño, que regrese el dinero que se robó. Casi no hablamos en México del tema de recuperación de activos”, dijo. 

Incluso las personas corruptas pueden tomar el riesgo de terminar en la cárcel, porque no van a devolver el dinero y su gente ya se ha enriquecido.

Dalia Toledo está de acuerdo en este sentido y señala que cuando una persona en México pone el acto de corrupción en una balanza “casi siempre está inclinado hacia que va a ganar más”.

“¿Qué pierdes? No pierdes nada. En algunos países podrías perder tu reputación, tu honor, la posibilidad de estar en el servicio público, pero en México eso no se valora, eso no pesa, siguen pesando más los millones de pesos”, explicó.

Y concluyó que por eso es importante promover sanciones como la recuperación de activos, “el lado de la balanza de lo que pierdes tiene que pesar más, para que se la piensen dos veces. Es importante lograr que la parte negativa pese más”.

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