El crimen organizado y su cruel legado: enfrentamientos armados y aumento de las víctimas

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Luis Alarcón, residente de Morelia, nos cuenta que él y sus amigos tenían un compañero cercano en la preparatoria que, por falta de ingresos, empezó a vender marihuana y cocaína. 

Su nombre era Gustavo y un día simplemente dejaron de verlo. Luis y sus amigos especulan que, por vender drogas en una zona donde el narco tiene una presencia fuerte, lo desaparecieron. 

Evolución del crimen organizado

En el 2006, el ahora ex presidente Felipe Calderón inauguró su sexenio con el combate al crimen organizado. Desde ese año, todos los presidentes han usado a las fuerzas armadas como estrategia principal de seguridad. 

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El aumento de la violencia en México coincide con este despliegue de las fuerzas armadas. Su lucha contra los principales cárteles generó una crisis severa. De acuerdo con el recuento de los reportes de Lantia Intelligence, una de las principales consultoras en el país sobre violencia, hubo disputas internas en los cárteles a la par de la captura de líderes por parte de las fuerzas de seguridad. 

Lo anterior ocasionó la ruptura de las organizaciones criminales. No lograron eliminarlas, simplemente se dividieron y se convirtieron en grupos más pequeños y más violentos.

Lantia Intelligence clasifica a los organismos del narco en cuatro: cárteles nacionales, que se encargan de controlar las rutas nacionales de las drogas; cárteles regionales, prácticamente hacen lo mismo que los nacionales, pero a un nivel más local; cárteles recolectores, quienes recogen las cuotas de los puntos donde transportan las drogas; organizaciones locales, grupos locales disueltos de los cárteles regionales y nacionales.
Los colectivos criminales locales suelen distribuir las drogas, pero quienes se llevan la mayor parte del dinero de esta actividad son los cárteles más grandes. Por ello, los locales han tenido que diversificar sus actividades ilícitas para mantenerse a flote. Además de dedicarse a la venta ilegal de drogas, también recurren a la extorsión o las desapariciones.

La violencia y las víctimas

Independientemente del tipo de cártel, todos se manejan de manera similar. Recurren a la violencia para mantener una disciplina interna y también externa. Según la información de Lantia Intelligence, la violencia suele ser armada y resuelve disputas entre grupos criminales por el control del territorio.

La razón principal es el control de las drogas, pues el tráfico de sustancias ilegales es todavía la principal actividad del crimen organizado. El resto de las actividades violentas se generan a partir de la disputa por las rutas. 

Los datos del INEGI respecto a homicidios con arma de fuego permiten dar un primer vistazo a la magnitud del problema. Del total de homicidios en México, una buena parte son cometidos con una arma. 

Aunque las cifras son preocupantes, lo cierto es que no hay manera de saber exactamente cuántos de esos homicidios con arma provienen del crimen organizado. De acuerdo con Catalina Pérez Correa, doctora en Derecho y especialista en violencia criminal, no existen investigaciones precisas detrás de las cifras de esas defunciones. Atribuir esos números al crimen organizado, nos dice la doctora, hace que se pasen por alto otras causas, como pleitos de tierras entre agricultores o violencia intrafamiliar. 

Aún así, podría ser una primera aproximación. Las armas son una de las principales herramientas de estas organizaciones y las usan para enfrentarse con otros cárteles y con las autoridades. 

El ataque contra policías, militares y personas de alto perfil deja a su paso civiles. Vincular los homicidios con arma de fuego al crimen organizado, si bien da un resultado incompleto, es coherente con una realidad que el país ha afrontado por años.

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Ahora bien, los datos sobre víctimas generales del crimen organizado podrían ser una manera más detallada de entender las repercusiones del narcotráfico. 

Lantia Intelligence ha recabado datos sobre ejecuciones, extorsiones, desapariciones y demás a partir de publicaciones en medios de comunicación y redes sociales.

No existe información pública detallada y actualizada sobre estas acciones por razones de seguridad nacional o porque no existe una cultura de transparencia por parte de las fiscalías, según la consultora. 

Obtener información sobre organizaciones criminales es complicado, pero la que existe refleja números altos y preocupantes. 

Soluciones al crimen organizado

El gobierno se ha enfocado en luchar contra la violencia con más violencia y no en frenar las actividades que hacen más fuerte al crimen organizado. No se han concentrado en las actividades ilícitas como tal, solo en capturar a las cabezas de los cárteles. 

Una manera de solucionar el problema sería legalizar la marihuana. De hecho, la doctora Pérez Correa también nos dijo que esto haría que el Estado mexicano deje de gastar parte del dinero de seguridad en los enfrentamientos para usarlo en otras cosas igual de urgentes.

Actualmente, la estrategia del gobierno no previene que el crimen organizado siga operando. Las recomendaciones de Lantia Intelligence sugieren otra ruta que se enfoca en las personas afectadas y no en las fuerzas militares: mejor infraestructura urbana con espacios alumbrados, parques, centros de recreación, entre otras cosas. Es decir, recuperar poco a poco espacios públicos. 

Las soluciones actuales del gobierno apuntan todavía a un uso de la fuerza pública. Sin duda es necesario poner límites al crimen organizado, pero tal vez ahora toca incluir a la integridad de las personas en esta hazaña en lugar de exponerla a más violencia.

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