El aumento de los homicidios de mujeres tiene, como una de sus principales causas, la violencia generada a partir de los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y los grupos criminales.
Así lo demuestra el estudio Las dos guerras, elaborado por Intersecta, una organización feminista dedicada a eliminar la discriminación contra las mujeres.
El problema es que, a pesar de las promesas de los gobiernos de México por disminuir la violencia contra las mujeres, cada año la inseguridad aumenta y se mantiene. Al menos así lo exponen los datos de homicidios del INEGI.
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¿A qué se enfrentan las mujeres en México?
El número de homicidios crece todos los años y, al separar los datos por sexo, es claro que matan más a hombres que a mujeres.
Sin embargo, los homicidios y, en general, la violencia contra las mujeres suelen ser distintos. Al respecto, consultamos la opinión de Nicole Huete, analista de políticas públicas en Intersecta, quien nos contó que este tipo de violencia tiene un trasfondo misógino y machista.
“Esta violencia parte de un tema de poder. Antes, las mujeres eran recluidas a ciertos espacios y cuando empiezan a ocupar lugares más públicos y a tomar reflectores tratan de regresarlas al ‘lugar’ donde piensan que deberían pertenecer”, nos cuenta Nicole.
Además, nos dijo que otras particularidades consisten en que a los hombres los suelen matar más con armas de fuego y en las calles. A las mujeres, por su parte, las matan más con armas blancas (como cuchillos) y en sus casas.
Aún así, esta brecha se reduce cada vez más, tal como también lo expone el informe. Es decir, cada vez asesinan a más mujeres y a hombres por las mismas razones.
La letalidad de los enfrentamientos con el crimen organizado
Estefanía Vela y Laura H. Atuesta, autoras de Las dos guerras, resaltan que el simple hecho de que los homicidios de mujeres y hombres aumenten al mismo tiempo es, justamente, una señal para entender que lo que los afecta a ellos también las afecta a ellas.
Entonces, además de enfrentarse diariamente con la violencia machista, viven en un país donde hay una situación de violencia generalizada.
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Según las expertas, para entender por qué incrementan los homicidios hacia este grupo poblacional, es necesario revisar qué sucedía en el momento en que el problema empezó a crecer.
El reporte explica que, desde que el gobierno (de Felipe Calderón) reforzó la estrategia militar para combatir al crimen organizado, los homicidios de hombres y también los de las mujeres aumentaron desmesuradamente.
Aunque es en menor medida, la manera en que matan a las mujeres se parece cada vez más a la forma en que matan a los hombres. Es decir, la violencia armada —que principalmente afectaba a hombres— está perjudicando más que antes a las mujeres.
Los asesinatos hacia ellas no solo aumentaron, también cambiaron de apariencia. Antes, la mayoría sucedían en casa. Desde 2009, los asesinatos con armas de fuego en espacios públicos rebasaron a los cometidos dentro de los hogares por otras causas.
El informe muestra que, si bien estos homicidios dentro de las viviendas incrementaron en un 200% entre 2007 y 2018, el crecimiento porcentual de los crímenes el espacio público, en ese mismo periodo, fue de 500%. En el caso de los hombres, el aumento de los asesinatos con armas de fuego en las calles fue de 347%.
Por si fuera poco, los enfrentamientos de las Fuerzas Armadas contra los presuntos grupos del crimen organizado tienen efectos incluso muchos meses después de que suceden, así lo estiman las expertas del informe.
Los asesinatos de hombres en vías públicas son mayores tanto en el corto como a largo plazo, es decir, a tres meses del enfrentamiento y al año del suceso.
No obstante, comparado con los homicidios poco después de los enfrentamientos, los asesinatos a largo plazo se reducen para los hombres. Si bien el número es mayor que los casos de las mujeres, la brecha no es muy diferente. Además, los homicidios de mujeres a largo plazo no disminuyen como sí disminuyen los de los hombres.
En otras palabras, la violencia a largo plazo se mantiene para las mujeres.
Un país sin soluciones, pero no sin propuestas
Uno de los trabajos que Intersecta cita en el informe puede ser una respuesta (entre varias, como nos apuntó Nicole Huete) para explicar la persistencia de los homicidios de mujeres.
En este estudio de Ariadna Estévez, investigadora en el Centro de Investigaciones de América del Norte de la UNAM, la autora expone que la violencia criminal y la de género comparten un mismo espacio social en México que es corrupto, letal y que restringe a las personas de la justicia y seguridad.
Estévez afirma que la violencia de género que padecen las mujeres es una mera continuidad de la violencia criminal alrededor de ellas.
Por más de una década, la estrategia militarizada para combatir a la violencia relacionada con el narcotráfico ha intensificado los homicidios de hombres y mujeres. Para solucionarlo, el documento de Intersecta dice que es necesario repensar por completo las políticas de generales de seguridad.
En concreto, Nicole Huete propone mirar hacia las causas principales por las cuales matan a las mujeres. Esta otra investigación de la organización demuestra que seis de cada 10 homicidios de las mujeres son con armas de fuego.
“Las políticas que se diseñan para atender la violencia contra las mujeres no toman en cuenta que ellas también viven en un contexto general de violencia. Además de atender la violencia doméstica y la violencia que proviene de armas blancas, las políticas también deberían tener como uno de sus ejes centrales el control de armas de fuego”, nos dijo.
¿Qué soluciones pueden proponer este gobierno y los que siguen? Las que se han implementado no han reducido los homicidios, todo lo contrario.
