Crisis por COVID-19 golpea igual al empleo formal que al informal

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Pero le pegó más a las mujeres trabajadoras

La crisis sanitaria por COVID-19 golpeó con fuerza a nuestro país. No solo nos acercamos ya a las 16 mil defunciones y a los 134 mil casos acumulados a causa de esta enfermedad, con nuevos picos máximos cada semana, sino que en el terreno laboral doce millones de personas perdieron sus empleos y dejaron de buscar empleo tan solo en abril de este año.

Para “monitorear la situación de la ocupación y empleo en el periodo de contingencia del COVID-19” el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) realizó la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) 2020 para ofrecer información relevante para la toma de decisiones para hacer frente a esta crisis.

Gracias a este esfuerzo, es posible saber que la crisis afectó lo mismo al sector formal que al informal de la economía, golpeando fuertemente al mercado laboral durante el mes de abril. Sin embargo, un fenómeno más preocupante es que la situación fue más grave para las mujeres, quienes resintieron aún más los efectos en ambos sectores.

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La magnitud del impacto en el sector laboral

Comparando con las cifras de empleo de abril (ETOE 2020) respecto a las observadas durante el primer trimestre de 2020 (ENOE 2020), las personas que reportaron haber dedicado al menos una hora a una actividad que le generó ingresos sufrieron una caída de -37.6%.

Para Ana Gutiérrez, economista y analista de México, ¿cómo vamos?, “los resultados de esta encuesta fueron muy impactantes”, no solo por la pérdida de empleos sino también por “una disminución de los ingresos laborales”. 

De acuerdo con Gutiérrez, “en abril, el ingreso laboral per cápita de los trabajadores mexicanos fue de dos mil 467 pesos al mes (en pesos de 2020, es decir, tomando en cuenta la inflación), mientras que, para el primer trimestre del año, esta cifra era de dos mil 901 pesos”.

El efecto de esta disminución también se observa en que “un cuarto de la población (25%) que trabajó en abril dijo que necesitaba y quería trabajar más para poder mantener su nivel de ingresos y de vida”, de acuerdo con la economista.

Efectos en la formalidad y la informalidad

Haciendo la distinción entre sector formal e informal -aquellas empresas que pertenecen a individuos o familias, que no están constituidas legalmente como entidades aparte ni tienen una contabilidad separada de sus dueños– se puede observar que el sector informal resintió más la crisis sanitaria

Mientras que en el primer trimestre del año casi 30 millones de personas reportaron haber recibido ingresos por actividades en el sector informal, para abril solo había registro de poco más de 17 millones, lo que implicó una caída de -42.7%.

Por su parte, durante los primeros tres meses de 2020 hubo registro de poco más de 23 millones de personas que recibieron ingresos por su trabajo en el sector formal, pero por la cuarentena y las medidas de sana distancia, este número se redujo en abril para terminar en casi 16 millones. Una caída de 32.5%.

Ana Gutiérrez explica este efecto era previsible “pues los informales se encuentran en una situación laboral mucho más vulnerable al no tener acceso a derechos laborales y prestaciones”, los cuales les hubieran permitido hacer frente a la crisis.

Las mujeres son las más afectadas 

Tomando en cuenta el sexo de los encuestados, podemos observar que hubo un impacto diferenciado entre hombres y mujeres, siendo el de ellas, el grupo más afectado por la crisis.

Mientras que en el sector informal, se registró una caída de -39.6% en el número de empleados hombrespara las mujeres esta cifra fue mayor con un descenso de -45.8%, respecto a los tres meses anteriores.

La historia fue muy similar en el sector formal, en el cual los hombres reportaron una disminución de -29.5% respecto a las cifras del primer trimestre, mientras que las mujeres tuvieron un retroceso de -35.6% en el mismo periodo. 

Una crisis diferente

Para Ana Gutiérrez, a diferencia de otras crisis, “en esta ocasión muchas personas que perdieron su empleo, reportan tener disponibilidad y necesidad de trabajar pero no pueden hacerlo por las medidas de contención, las cuales generan dificultades para ingresar al mercado laboral”.

La economista asegura que esto, sin duda, “tendrá una influencia importante en la caída esperada de la economía para el segundo trimestre”. Explica que el sector laboral es un reflejo de “la situación crítica que atravesará el Producto Interno Bruto (PIB) del país”. 

“Tendremos que esperar si hay un segundo brote o si se logra contener el contagio del virus para poder cuantificar el verdadero impacto del COVID-19 en la economía del país”, concluye Gutiérrez.

*Aclaración: En la presentación de resultados de la última encuesta (ETOE 2020), el Inegi especifica que estos “no son estrictamente comparables en su contextualización teórica con el diseño de la ENOE (la encuesta presencial del primer trimestre del año)”, pero aclara que la comparación entre ambas “es útil como medida de referencia”.

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