La deuda pública de México supera los 100,000 pesos por habitante en 2020

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2020 no solo será recordado por los estragos que causó la COVID-19 en los sistemas de salud alrededor del mundo y la severa crisis económica que se vive globalmente. También lo será por la cantidad histórica de recursos que los gobiernos han tenido que gastar para hacerle frente a la pandemia, muchos de los cuales provienen de adquirir deuda pública.

De acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), en este año los gobiernos de todo el mundo han invertido alrededor de 11.7 billones -millones de millones- de dólares para amortiguar los efectos de la pandemia. Algo así como 14 veces el valor de la economía de México.

Ante la caída de ingresos públicos vivida en todo el mundo, gran parte de esos recursos ha provenido de pedir prestado, hasta el punto en que la deuda pública mundial alcanzó su máximo histórico y, por primera vez, es cercano al 100% del Producto Interno Bruto (PIB) internacional. Es decir, el mundo entero está cerca de deber lo mismo que lo que vale la economía mundial.

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Y, aunque el presidente López Obrador diga lo contrario, México también ha incrementado su deuda pública durante este año. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, este año cada persona mexicana debe 96,062 pesos por concepto de deuda pública del gobierno federal.

Ahora que si sumamos la deuda promedio generada por los gobierno estatales, el adeudo en 2020 se incrementa hasta superar los 100,000 pesos por habitante, el nivel más alto, al menos, desde el año 2000.

Pero, ¿esta es una mala noticia en sí misma? ¿cómo se compara esta cifra con lo registrado en otros países? Para resolver estas dudas platicamos con Adriana García, investigadora de la organización México, ¿cómo vamos?, quien nos explica que la deuda podría ayudar a mitigar los efectos de la crisis si se utiliza para financiar gastos en salud, así como para proteger las fuentes de empleo.

La deuda pública no es buena ni mala

“La deuda en sí no es buena ni mala. Todo depende de la naturaleza y la rentabilidad del proyecto para el cual se contrae”, explica la especialista. 

De acuerdo con García, “es buena cuando está orientada a financiar proyectos que favorezcan la actividad económica, facilite el comercio de bienes y servicios o detone el potencial de desarrollo de alguna región del país”. Es decir, cuando se busca invertir en la sociedad, lo cual generará mayores ingresos en el futuro.

En cambio, la entrevistada explica que la deuda es mala “cuando se pierde de vista el desarrollo nacional, cuando se paga gasto improductivo y solo se empobrecen las expectativas de los ciudadanos”.

“Un país debe contar con un plan de desarrollo de largo plazo que sea capaz de ofrecer a sus ciudadanos el acceso a servicios básicos, bienestar y oportunidades. Los instrumentos que los gobiernos habilitan para que prosperen las actividades económicas, la infraestructura, etc., necesitan de un financiamiento de largo plazo. Por esto los gobiernos emiten deuda”.

¿Cómo se compara la deuda de México con otros países?

De acuerdo con cifras del FMI, en 2020 nuestro país tiene un nivel de deuda de 5,285 por persona (poco más de 100 mil pesos), lo que equivale, en total, a 65.5% del total del Producto Interno Bruto. Es decir, la deuda pública del país equivale a dos de cada tres pesos del valor de nuestra economía. 

Si tomamos en cuenta los datos para las 37 economías que conforman el grupo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se observa que México es la quinta economía con el menor nivel de deuda por habitante de este grupo, solo superado por Estonia, Chile, Colombia y Turquía.

Este monto es casi 20 veces menor al nivel de deuda que tiene Japón, país con el mayor nivel de deuda por habitante en la OCDE. 

Adriana García explica que “la capacidad de un país de generar recursos futuros para pagar el financiamiento” influye en la confianza de los mercados financieros respecto a la capacidad de pago de un país, lo que explica que países como Japón, Estados Unidos y Bélgica tengan montos tan elevados.

La entrevistada expone que esto se asemeja al perfil crediticio de las personas: “las personas con altos ingresos tienen acceso a mayor financiamiento”, es decir, los bancos confían más en su capacidad de pago futura. 

“El grupo de economías avanzadas tiene instituciones sólidas y certidumbre jurídica, lo que facilita que más instituciones u otros países adquieran su deuda”.

¿Y respecto a Latinoamérica?

Haciendo una selección de 10 países representativos de América Latina, nuestro país se encuentra en la posición media. Uruguay, Argentina, Costa Rica y Brasil superan a nuestro país con niveles de deuda de entre 6,500 y 10,655 dólares por habitante.

Mientras tanto, Chile, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia tienen menores niveles de deuda que van entre los 4,137 y 2,305 dólares por persona.

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¿La deuda podría ayudar a mitigar la crisis?

La investigadora de México, ¿cómo vamos? considera que en el contexto en el que nos encontramos “no se puede justificar que el gobierno no haya recurrido a financiamiento adicional para hacer frente a la situación”. 

“México necesita destinar recursos adicionales al combate de la COVID-19 y a la protección de las fuentes de trabajo. Esto es necesario para que en los próximos años el país continúe teniendo un perfil aceptado en los mercados internacionales”, concluye la especialista.

¿Crees que el gobierno deba cambiar su postura respecto a la deuda pública?

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