Educación híbrida: la oportunidad que México dejó pasar para el regreso a clases

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Después de 17 meses sin regresar al colegio, Karla vuelve al aula para iniciar el ciclo escolar 2021-2022 que arrancó oficialmente el pasado lunes. Su colegio, el Anglo Español de la Ciudad de México, fue uno de los primeros en adaptarse a la nueva normalidad e implementar la modalidad híbrida desde principios del 2020 cuando la pandemia por el coronavirus dejó sin clase a 37 millones de estudiantes.

La educación híbrida es el futuro y el regreso a clases presenciales en México “debería haber sido la oportunidad para implementarla en todos los planteles”, dice Mauricio Suárez, docente especializado en educación digital y fundador de EducaNetwork. 

La educación híbrida es un método de enseñanza basado en tecnologías a distancia donde toda la comunidad educativa se beneficia a través de una enseñanza mixta, asíncrona y no presencial, que permite llegar a cualquier persona con acceso a Internet, aunque éste sea limitado. 

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“La enseñanza híbrida es mixta porque una alumna como Karla puede estudiar de forma autodidacta a través de una plataforma los contenidos por materia que verá semanalmente. Y si tiene dudas, podrá contactar a su maestra para una sesión en línea y aclararlas o incluso, las puede resolver el mismo docente también en línea. Es asincrónica, porque el aprendizaje puede ser en vivo o estando desconectados a través de videos y recursos educativos previamente cargados en la plataforma por el docente. Y no es presencial y en tiempos de pandemia eso se agradece”, explica Suárez, especialista en educación híbrida.

Karla por ejemplo, tiene un usuario y una contraseña que le asigna el equipo técnico del colegio y que le permite ingresar a una plataforma autogestiva donde están cargadas las clases de español, matemáticas, biología, inglés y conocimiento del medio. 

De tal manera que en lugar de tener a una maestra sentada del otro lado de la pantalla leyendo un cuento para fomentar la lectura y su comprensión, Karla puede ver el cuento en video y leerlo desde cualquier dispositivo electrónico a través de la plataforma híbrida. 

Para comprobar el aprendizaje sobre comprensión lectora, la alumna de nueve años tiene tres opciones híbridas. La primera es responder en la misma plataforma un cuestionario sobre la historia que acaba de leer. Con preguntas abiertas y cerradas, Karla ve su progreso y la calificación de sus respuestas. 

La segunda opción es grabar una nota de voz con las preguntas y sus respuestas desde la misma plataforma híbrida. De este modo, la maestra puede escuchar al instante su audio y responderle de la misma manera.

La tercera es más tradicional pero también innovadora. Karla puede copiar las preguntas en su cuaderno de español, escribir sus respuestas y adjuntarlas mediante una fotografía en la misma plataforma híbrida.

FOTO: ANDREA MURCIA/CUARTOSCURO.COM

“La educación híbrida permite que una alumna como Karla pueda ver sus clases de Español desde la comodidad de su casa, sin un horario establecido fijo e incluso sin depender tanto del Internet”, explica para Cuestione Mauricio Suárez.

Lo que quiere decir que la modalidad híbrida resulta ser una buena noticia para los padres de familia que llevan año y medio de tutores de sus hijos en casa. 

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Con esta modalidad, no es necesario que un niño o niña esté sentado en la computadora por cinco horas seguidas, porque los contenidos de todas las asignaturas están cargadas en una plataforma digital. Cada tutor responsable decide si su hija se sienta una hora o dos al día para aprender las lecciones semanales o si las termina de un jalón en un tarde.

De este modo, los estudiantes se vuelven autónomos, los padres de familia pueden programar los ingresos a la plataforma de sus hijos de acuerdo a sus horarios y los maestros son los responsables de subir el contenido híbrido en distintos formatos como videos, fotografías, infografías, documentales, etc y organizan sesiones en línea de una o dos horas cuando mucho, para aclarar los temas en donde exclusivamente resulten dudas. 

Según la investigación Aprendiendo durante la pandemia, de la disrupción a la innovación, de la OCDE y dirigida por el profesor de la Universidad de Harvard Fernando Reimers, el 57% de los altos cargos de gobierno en el mundo, indican que se debe implementar un modelo híbrido de aula y aprendizaje a distancia.

“Es necesario reformular el sistema de enseñanza para cumplir con las normas de distanciamiento social, lo que implica nuevas formas de aprendizaje más interactivas”, se lee en el documento. 

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El lunes pasado regresaron a clases 11 millones de niños y niñas de preescolar, primaria y secundaria. “La modalidad educativa híbrida podría haber sido el as bajo la manga de la Secretaría de Educación Pública Federal para innovar y a la vez cuidar la salud de los actores escolares del sistema educativo”, puntualiza el académico. 

Los embates de la educación en línea

El principal obstáculo que encontró el académico Mauricio Suárez en los colegios particulares que querían apostarle a la educación híbrida, “es que los maestros y maestras querían replicar en las clases en línea las mismas estrategias educativas que les funcionaban durante las clases presenciales”. 

Pedir fotocopias, memorizar una biografía o revisar la tarea en el cuaderno en un salón de 30 estudiantes conectados, se convirtió en un martirio para grandes y chicos durante las clases en línea. 

Niños de padres comerciantes de la Central de Abastos se adaptan a la nueva modalidad de educación a distancia que se implementó a nivel nacional debido a la emergencia sanitaria por coronavirus que se vive en el país. Los padres de familia señalan las dificultades que han tenido bajo el esquema Aprende en Casa II, debido a las carencias económicas y la falta de atención que pueden brindar a sus hijos debido a la exigencia de su trabajo. FOTO: MARIO JASSO /CUARTOSCURO.COM

En los salones de clase existe un ambiente libre de distractores y en el que una persona, en este caso el maestro, cuenta con el control de los periodos de atención de sus alumnos. 

Durante las clases en línea la atención detrás de la pantalla se reduce.

“Pretender que los niños logren periodos de atención mayores a 20 minutos es un gran reto”, nos dijo el especialista

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El formato adoptado por la mayoría de las escuelas mexicanas, quiere lograr que un niño de primaria o secundaria se mantenga atento a una videoconferencia de hasta cinco horas. 

“Esto no es funcional ni para ellos, ni para sus profesores. Tampoco para los padres de familia que necesitan trabajar y quienes repentinamente se convirtieron en los maestros de sus hijos”, comentó para Cuestione el especialista en educación digital. 

El estrés es una de las principales barreras del aprendizaje y el modelo que han adoptado la mayoría de las escuelas es causante de tensión en los hogares. No considera elementos básicos como la conectividad ni el acceso a dispositivos electrónicos que puedan cumplir al mismo tiempo las necesidades educativas de los niños y las niñas como tampoco las de los padres de familia o tutores que realizan trabajo en casa a raíz de la pandemia. 

“En la mayoría de los colegios en los que hemos intervenido, nos hemos dado cuenta que un mismo dispositivo da servicio hasta a cinco miembros de la familia con lo que ello implica en la organización de tiempos y agendas entre el trabajo de los tutores y la educación de sus hijos. Esto ha minado los vínculos de los niños que ahora ven que sus padres juegan el rol de profesor en un ambiente cargado de tensión”, explica el académico.

Pretender que la educación a distancia en los colegios mexicanos continúe siendo sincrónica, es decir, con un horario establecido y poco flexible, “es un error”, explica Suárez. 

“En realidad esta modalidad abre más la brecha digital entre aquellos que tienen recursos suficientes para tener varios dispositivos y conectividad a Internet y los que no lo tienen. Y como suele suceder, los más perjudicados son los que tienen menos recursos”, nos dice el docente. 

Los retos del sistema educativo mexicano para adaptarse a la modalidad híbrida

Según las estadísticas del INEGI a propósito del Día Mundial del Internet en mayo del año pasado, en México hay 34,400,000 de personas mayores de 6 años sin Internet y solo cuatro de cada diez niños y niñas de seis años en adelante, tiene conectividad en zonas rurales. 

“Dotar de conectividad, infraestructura y dispositivos móviles a los estudiantes de México, debería ser una política pública tan importante como la de vacunación por la COVID-19”, explica Mauricio Suárez. 

Para soñar por una educación híbrida en México, como lo están solicitando varios gobiernos en el mundo, primero hay que comenzar por la dotación de Internet.

La única apuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para educar a distancia fue “Aprende en Casa”. Aún así, 400,000 estudiantes desertaron de los planteles educativos en el 2020 según una encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación, realizada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). 

Además de Aprende en Casa que no despertó interés en los alumnos y costó 115 millones de pesos, la SEP no propuso para este regreso a clases ninguna modalidad educativa innovadora como pudo haber sido la educación híbrida. 

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De los 243,480 planteles educativos  de educación básica y media superior que hay en México, cada directiva determinó a su criterio la modalidad con la que trabajaría así como los horarios de las clases. De tal manera que unos colegios optaron por clases en línea, algunos por clases semipresenciales, otros fueron totalmente presenciales y unos cuantos bajo la modalidad híbrida.

“Hay que entender que todos estamos viviendo un proceso de cambio. Asumir un compromiso por la educación híbrida para nuestros estudiantes e iniciar desde ahora este camino vanguardista”, concluye el especialista. 

¿Aceptará la Secretaría de Educación Pública el reto que impone la nueva normalidad?

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