El ascenso de un tirano: cómo una democracia se convierte en un Estado opresor

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Con el fin de que los gobiernos elegidos por la mayoría protejan a los ciudadanos y las instituciones que adoptan, la democracia establece la limitación del poder de los gobernantes, la separación de los poderes y un sistema de partidos que sirve como contrapeso, sin embargo, estas medidas a veces no son suficientes para detener el ascenso de un tirano al poder.

“Hemos observado en estos 20 años un fenómeno en el que los presidentes llegan por vía democrática, por elecciones, de manera legal y una vez que llegan al gobierno empiezan a cambiar las leyes y a transformar las instituciones para beneficiarse y tener más control del gobierno”, explicó Roberto Salazar, profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.

El catedrático de la UNAM explicó a Cuestione que esto ha provocado que politólogos, universidades y especialistas de todo el mundo analicen si las democracias están en peligro.

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Esta preocupación inspiró el libro “¿Cómo mueren las Democracias?”, cuyos autores, Steven Levitsky y Daniel Zibaltt, plantean cómo la llegada de los nuevos populismos pone en riesgo a las democracias.

“Todas las democracias albergan a demagogos en potencia y, de vez en cuando, alguno de ellos hace vibrar al público. Ahora bien, en algunas democracias, los líderes políticos prestan atención a las señales de advertencia y adoptan medidas para garantizar que las personas autoritarias permanezcan alejadas de los centros de poder”, dice el texto, publicado en 2018.

El primer filtro para evitar la tentación del poder absoluto son las elecciones reguladas por instituciones independientes del Poder Ejecutivo. Pero tampoco es suficiente.

“¿Basta con las elecciones? No, esas elecciones deben de tener dos características: que sean unas elecciones transparentes y que se apeguen a las leyes que establece la organización y la forma de competir”, explicó Salazar.

El segundo elemento que la democracia utiliza para evitar la llegada de una persona autoritaria a la presidencia de un país es la división de poderes y los contrapesos de los gobernantes al interior de un país. El tercero es un sistema de rotación del poder que impida que un gobierno no pueda estar en el poder todo el tiempo.

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Cuando estos filtros fallan

Una de las primeras señales de alerta ante la llegada de un gobierno autoritario es la cancelación o la anulación de los procesos electorales, es decir, que no hubiera elecciones.

“También podría ser que las elecciones no fueran competitivas, que no hubiera una verdadera competencia entre los partidos, donde hubiera trampas, excesos, corrupción…”,  agregó Roberto Salazar.

Otra de las características de la irrupción de un líder autoritario en un régimen democrático es la anulación de poderes, tanto de entidades gubernamentales como de otras instituciones autónomas, lo que se traduciría en la concentración del poder y la subordinación de las dependencias.

“El tercer punto para que un gobierno se vuelva tirano es que no toma en cuenta el punto de vista de la ciudadanía. Un gobierno autoritario no toma en cuenta esto e impone todas sus decisiones por sobre la opinión pública, también podría ser un gobierno que se perpetuara en el poder, es decir, ya no convocar a elecciones”, detalló el académico.

Entre los casos por los que se cuestiona si las democracias están en peligro o no, el catedrático menciona a Estados Unidos y la llegada a la presidencia de Donald Trump, debido a la manera en cómo ha utilizado el poder presidencial para tratar de subordinar o modificar leyes para no acatarlas.

“Eso también lo hemos visto en algunos otros casos como en América Latina, en Venezuela que se han cambiado las constituciones, ahora tienen otra lectura y concentran el poder de los Ejecutivos en turno, lo que provoca una preocupación de los teóricos que en los últimos años que hemos estado observando si estas democracias están en peligro o no”, detalla Salazar.

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México, en la mira

De acuerdo con Roberto Salazar, existe evidencia suficiente para probar que una democracia se puede convertir en una dictadura y actualmente hay una preocupación en académicos y autoridades de que algunas democracias, incluso en Europa, puedan tener regresiones autoritarias. 

En México, como en toda Latinoamérica,  académicos y especialistas también tienen este tipo de preocupaciones, debido a las modificaciones e intentos de reforma en instituciones clave en el país. 

“Sí hay una preocupación por ciertas decisiones pero yo creo que hay que esperar para ver los actores políticos. Pienso en la independencia del Instituto Nacional Electoral (INE) y todavía pienso que los poderes tienen cierta capacidad de ser un contrapeso del poder ejecutivo”, detalló el académico. 

Además del INE, otros dos hechos que han llamado la atención de académicos y politólogos son los la elección de Rosario Piedra para dirigir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y los intentos de intromisión del partido oficial, Morena, en procesos autónomos de la UNAM.

A pesar de que estos hechos han llamado la atención en el país, la división de poderes y los contrapesos en los estados de la República Mexicana continúan. Por lo que es importante, de acuerdo con los expertos, esperar ante los cuestionamientos de si la democracia en el país está en peligro o no.

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