Empleo en México sufrió de las peores caídas en AL, pero comienza a recuperarse

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La COVID-19 no solo ha causado estragos en los sistemas de salud de todo el mundo, sino que ha ocasionado la peor crisis económica desde la Gran Depresión registrada durante la década de 1930, provocando que millones de personas pierdan su empleo.

Una de las regiones más golpeadas en el mundo por esta crisis global es América Latina. Tan solo diez países perdieron, hasta agosto, más de 25 millones de puestos de trabajo, de acuerdo con cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).Para entender la magnitud de esta cifra, la cantidad de empleos que se perdieron durante la pandemia es superior a la población de Venezuela y equivale al 5.1% de la población sumada de 10 países de América Latina:

Entre los más afectados por la crisis sanitaria destaca, en primer lugar, Brasil que, bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, acumula una pérdida de 11,638,000 puestos laborales. 

En segundo lugar se encuentra México con 5,313,637 de empleos perdidos hasta la fecha, cifra menor a lo registrado en abril cuando se llegaron a perder 12,460,841 posiciones.

Luego le siguen Argentina, Colombia y Chile con pérdidas que oscilan entre 1.8 y 2.5 millones de empleos. Posteriormente están Costa Rica, Bolivia, República Dominicana y Sigue Paraguay con disminuciones en el empleo que van desde las 187,000 hasta las 462,918 posiciones laborales.

Finalmente Uruguay cierra esta lista con una pérdida de tan solo 79,000 puestos de trabajo

¿México se está recuperando?

A pesar de que está posicionado como el segundo país más afectado en números absolutos de este grupo, para hacer un análisis más preciso es necesario tomar en cuenta las diferencias en el tamaño de cada mercado laboral.

Es decir, se tiene que analizar esta crisis en proporción al número de empleos que tenía cada país antes de que se desataran todos los efectos negativos en las economías de la zona.

Para realizar este análisis, el BID toma el primer dato disponible de cada país, previo a la crisis sanitaria, y lo considera como si fuera el 100% del mercado laboral. A partir de ahí, calcula la variación porcentual en los meses siguientes respecto a la cifra original -a este ejercicio, formalmente, se le conoce como normalizarlo a 100-.

Para la mayoría de los países el BID considera febrero como mes base, excepto para Argentina, Costa Rica, Paraguay y República Dominicana que inician en marzo, pues estos países solo presentan datos trimestrales.


De esta forma, podemos observar cómo ha evolucionado la recuperación (o no) del mercado laboral en la zona. 

Nuestro país y Colombia destacan como las dos economías que sufrieron las caídas más graves, al llegar en abril a una fuerza laboral 80% menor a los puestos que había en febrero, pero también como aquellas cuya recuperación ha sido la más amplia.

En tan solo cuatro meses, México recuperó 12.8 puntos porcentuales y, para agosto, el mercado laboral ya era 90.5% de lo que se observaba antes de la pandemia. Por otro lado, Colombia sumó 14.4 puntos porcentuales en ese periodo para llegar a un 88.22%.

Por su parte, Brasil aún no presenta una recuperación pues su mercado laboral, hasta julio (último dato disponible), equivale a 87.5% de lo observado en febrero. Sin embargo, esto refleja que la caída no fue tan seria. Chile, Bolivia y Uruguay presentan recuperación, pero a menor escala.

Finalmente, para los países que presentan información de manera trimestral aún no es posible determinar con certeza si los empleos siguen reduciéndose o si ya se encuentran en una fase de recuperación.

No es la recuperación que nos conviene

A pesar de estos resultados, la economista y coordinadora de México, ¿cómo vamos?, Ana Bertha Gutiérrez, nos advirtió que “gran parte de esta recuperación se está dando en el sector informal”.

Gutiérrez explica que “sin duda, es buena noticia que millones de personas estén regresando a trabajar, pero lo hacen sin un vínculo laboral reconocido ante la ley (contrato), y sin acceso a pensiones o prestaciones, es decir, en una situación de vulnerabilidad”.

La economista también critica la falta de “un mayor sistema de apoyos para las empresas y empleadores del país por parte del gobierno, que permita a las empresas formales contratar más empleados”. 

De hecho, como documentamos previamente, la recuperación en el sector formal de la economía muestra una desaceleración importante, que pone en tela de juicio que sean cifras que se puedan celebrar.

¿Cómo terminará el año el mercado laboral mexicano?

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