Ni el T-MEC ni Biden harán que cambie política energética de la 4T

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El estado de Pensilvania aún no declaraba la victoria definitiva de Joe Biden en las elecciones de Estados Unidos, cuando analistas en México ya alertaban acerca de los efectos que tendría la agenda ecológica y de energías limpias del presidente electo en el país. 

Es por eso que diferentes especialistas coinciden en que todo seguirá igual en este sector, por falta de recursos y de voluntad política.

Julio Alejandro Millán, presidente de la agencia de análisis de mercado energético Consultores Internacionales, dijo a la agencia EFE que, a diferencia del todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Biden y su administración serán mucho más activos en los temas de energías limpias, incluso también en el petróleo, y que esto provocaría “choques” con el gobierno mexicano.

Pero eso no representará ninguna presión para este, ya que desde que inició la actual administración (diciembre del 2018), dejó claro que su apuesta serían las energías fósiles y su generación, así como las obras e infraestructura que la consolidarían, como la refinería de Dos Bocas y la reconversión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

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“No es tan fácil, el problema es el dinero, ni siquiera es la voluntad política, en la administración de Lopez Obrador no hay recursos ni voluntad política”, nos dijo al respecto Amando Basurto, investigador del Instituto José María Luis Mora y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

De acuerdo con Basurto, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) abre una ruta para el cuidado del medio ambiente, pero no abunda mucho en el asunto “porque si no, no hubiera pasado por la administración Trump”. 

El T-MEC fue firmado por Donald Trump en enero del 2020, para remplazar al tratado de libre comercio anterior (TLCAN).

Lo que el T-MEC no resuelve, agrega Basurto, es el problema de la transición energética. Esta transición es como se le denomina al cambio o al “switch” que daríamos si se pudieran dejar de utilizar energías o combustibles como la gasolina y utilizáramos electricidad derivada de generadores eólicos o solares. 

“EU y Canadá tienen recursos suficientes para iniciar la transición a energías limpias mucho más rápido, más allá de quien sea presidente, en México la velocidad con la que se haga va a depender de los recursos, y con la pandemia esto va a estar muy complicado”, agregó el académico.

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El T-MEC y el desaire a las compañías privadas

Como lo informamos en esta nota, en mayo, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) suspendió de manera indefinida nuevos proyectos relacionados con la generación de energías renovables, con el pretexto de dar certeza energética a los usuarios durante el periodo del confinamiento, que en ese entonces, llevaba un mes de haber comenzado en México.

La desaparición de contratos en esta materia, puso en riesgo las inversiones extranjeras en nuestro país, debido a la poca certeza jurídica que existe y una falta de respeto a las leyes, como te lo contamos en el siguiente texto.

Sin embargo, eso también trae otras consecuencias, como el incumplimiento a algunos compromisos adquiridos por México al ser parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Miguel Ángel Mateo, socio de la firma legal Hogan Lovells, explicó a EFE que el tratado sí establece obligaciones al respecto de monopolios estatales, de contrataciones públicas y de compromisos medio ambientales. 

En específico, explica que también podría haber medidas ante decisiones “problemáticas”, como las tomadas en contra de inversiones privadas en energías renovables para priorizar plantas convencionales como las de la CFE.

Es el mercado, no un decreto

Para Carlos Alberto Jiménez Bandala, investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle y especialista en el sector de energía, una declaración política o un decreto no cambian las preferencias de un mercado. 

“Un decreto no cambia las condiciones estructurales del mercado, ¿cuándo se van a cambiar las tendencias? Cuando los hábitos de compra y consumo energético se modifiquen, si el modo de consumo sigue igual, aunque los políticos digan ‘vamos por energías limpias’, no va a pasar”, nos dijo.

Pero hay una cuestión de más peso que impediría dar “el salto” a las energías limpias. 

No podemos, de la noche a la mañana, dejar de consumir petróleo porque tenemos parque vehicular, tenemos industrias y grandes monstruos de la economía que funcionan a base de petróleo, de hidrocarburos”, afirmó Jiménez Bandala.

El experto nos dijo que China estima por lo menos 30 años más de un boom petrolero en los países desarrollados, “en México serán décadas más”, agregó.

Sin embargo, ambos especialistas afirmaron que la construcción de energías limpias y de infraestructura renovable se debería de hacer a la par, para que en 50 años, no sigamos dependiendo del petróleo.

¿Si no es el T-MEC o los aliados comerciales los que pueden cambiar la dirección de la política energética en México, qué podría alentar ese cambio?

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