Las escuelas particulares por fin alzaron la voz ante las decisiones gubernamentales que tienen a las niñas, niños y adolescentes del país a punto de cumplir un año sin clases presenciales, con todas las desventajas para su aprendizaje que eso significa.
Por supuesto que esto se debe a las medidas de confinamiento para prevenir el contagio de COVID-19. Sin embargo, en todos estos meses, las autoridades federales y estatales sí han puesto creatividad y recursos para reabrir otras actividades no esenciales como tiendas departamentales o hasta gimnasios.
Ante esta situación, el 22 de febrero, la Asociación Nacional de Escuelas Particulares (ANEP) anunció que reabrirán sus más de 8,000 centros escolares el próximo lunes 1 de marzo, con medidas de higiene y distancia social.
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Las escuelas particulares frente a la SEP
La decisión de la ANEP se contrapone con el semáforo epidemiológico de las autoridades sanitarias federales, el cual contempla que las escuelas podrían reabrir hasta que marque verde –en este momento solo Chiapas se encuentra en esta condición.
De hecho, la Secretaría de Educación Pública (SEP), a cargo de Delfina Gómez, reafirmó el 23 de febrero su respaldo al semáforo epidemiológico y dijo tener “la facultad de autorizar y reconocer la validez oficial de estudios en los planteles”.
Aunque un día después el presidente López Obrador dijo que se garantizará la libertad y se intentará convencer a las escuelas particulares para que se esperen a la vacunación de las y los maestros.
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¿Por qué decidieron volver?
Para entender mejor el tema, platicamos con Pamela Walls, presidenta de mesa directiva de la Asociación de Escuelas Montessori de Puebla A.C, quien nos dijo que las escuelas particulares están preparadas para el reto, con protocolos de cuidado que han demostrado su eficacia en otros países.
Además, “hay muchos artículos bien fundamentados” que respaldan que la reapertura de escuelas, con medidas de higiene y distancia, no aumenta los contagios.
En Cuestione publicamos un estudio realizado en Cataluña que demuestra que las y los niños son menos transmisores del nuevo coronavirus que los adultos.
También te compartimos una investigación de China, que argumenta que el cierre de escuelas tiene un efecto muy pobre para reducir las epidemias de este tipo.
Por lo tanto, Walls opina que “es absurdo que los bares estén abiertos y que las escuelas no. Como escuelas organizadas podemos tener muchísimo cuidado y protocolos”.
Sin embargo, lo más importante es que la niñez necesita este tipo de aprendizaje ya que, según la especialista, la enseñanza a través de las pantallas no es la más óptima.
La asociación Save the Children publicó que siete de cada 10 niños ha aprendido poco o nada durante la pandemia y el Banco Mundial señala que la educación a distancia tendrá un impacto económico debido a la pobreza de aprendizaje.
“Pero lo más importante es que las niñas y los niños necesitan estar en contacto con otros niños y con un guía y un maestro más cercano”, concluyó Walls.
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Un asunto de libertad
También platicamos con Teresa Maurer, creadora del método de enseñanza de Matemáticas Bancubi y actualmente coordinadora de la Escuela Montessori Quetzalli en Puebla.
De acuerdo con Maurer, las escuelas particulares están preparadas para recibir a las y los alumnos, ya que cuentan con instalaciones y organización necesarias para garantizar que se lleven a cabo los protocolos de higiene y distancia social.
La coordinadora de la Escuela Montessori Quetzalli señala que el tema de fondo es el libre albedrío, dejar de ver la educación de las y los niños como un asunto de burocracia y utilizar el criterio para dejar que las personas involucradas decidan.
“Las escuelas tienen el derecho a decir: ‘si los papás quieren, y algunos maestros deciden que sí, pues adelante’”, dijo Maurer, quien también señaló la necesidad de las y los niños de volver a convivir con sus pares, en espacios abiertos y en un ambiente de aprendizaje y cuidados.
En Cuestione te compartimos este estudio firmado por especialistas estadounidenses que explican que la educación no solo es fundamental para el desarrollo de las y los niños, sino clave para el progreso de las familias y hasta el crecimiento económico de los países.
El horizonte
Tanto Pamela Walls como Teresa Maurer están a favor de que las escuelas y los gobiernos busquen los mejores esquemas y protocolos para reabrir las escuelas cuanto antes.
Sin embargo, las instituciones educativas para las que trabajan han decidido esperar y no volver a clases presenciales el 1 de marzo, como anunció la Asociación Nacional de Escuelas Particulares.
La SEP ya dejó claro que el regreso “será seguro, ordenado, gradual y cauto, siempre y cuando el semáforo epidemiológico esté en verde, y conforme lo determinen las autoridades locales”.
Pero López Obrador dijo el 24 de febrero que, aunque desea que las escuelas particulares esperen a que las y los profesores estén vacunados, se compromete a “garantizar la libertad, asumiendo cada quien su responsabilidad”.
“Nada de prohibición, sino que sea por convencimiento, eso es lo que le he pedido a la secretaria de Educación, a la maestra Delfina, para que se defina este asunto, que se hable con la directiva de las escuelas particulares. Entendemos bien su situación”, dijo el mandatario.
Queda claro que el regreso a clases es inminente. Es necesario un debate y propuestas entre gobiernos, escuelas y ciudadanía, para mejorar el futuro de las niñas, niños y adolescentes del país.
¿Tú llevarías a la escuela a tus hijas o hijos este lunes 1 de marzo de 2021?
