El Estado es quien pone las reglas del juego para la sociedad. Sin él, no es posible el funcionamiento de los países y mucho menos de uno tan grande como México. No obstante, ¿es posible que a veces se exceda?
De acuerdo con el Índice de Libertad Económica de The Heritage Foundation, una organización dedicada a la investigación de políticas económicas, México tiene una economía moderadamente libre.
¿A qué se debe esta moderación? La integridad del gobierno y las instituciones de justicia son mal calificadas, lo cual pone en entredicho la posibilidad de hacer inversiones y, por lo tanto, de tener libertad económica.
Tal vez quieras leer: Miscelánea fiscal podría aumentar recaudación pero afectar el crecimiento económico en 2022
Una libertad económica limitada
En el reporte de 2021, The Heritage Foundation puso a México en la posición 65 de 178 países evaluados. Cada año, esta organización mide la orientación que tienen las economías de los países hacia el libre mercado.
En 2020, México se situaba en el número 67, por lo que su lugar en 2021 refleja una mejora. Sin embargo, el puntaje del país bajó, lo que significa que el avance fue porque otros países empeoraron más que el nuestro.
En otras palabras, la aparente mejora del país no se debe a las políticas que ha implementado. De hecho, el reporte sobre México de The Heritage Foundation establece que si bien el país se mantiene por encima del promedio mundial, todavía hay problemas de corrupción y el sistema judicial de México está a la par de países por debajo del promedio.
Además, la mayor parte de la fuerza laboral se encuentra en el sector informal y el crecimiento económico sigue sin avanzar a un ritmo óptimo. Todo esto desincentiva la inversión y el crecimiento de un mercado abierto hacia el exterior.
Hablamos sobre las condiciones para que un país tenga una economía libre con Yael Cervantes, parte del equipo de la Dirección de Estudios Económicos del Banco de México. Nos platicó que “para que una economía sea abierta debe cumplir con ciertas condiciones de comercio exterior”, lo cual, según el experto, está ligado a la libertad económica.
Cuando no hay libertad, “un comprador tiene que comprar lo que el Estado decide producir”, nos explicó el experto.
Entonces, ¿es malo que el Estado se entrometa?
“Es necesaria la presencia del Estado. Debe proporcionar la seguridad de que a un vendedor le van a comprar y debe garantizar un sistema donde haya competencia y no haya monopolios”, precisó Cervantes.
También, “debe regular los bienes públicos. El mercado privado no puede llegar a una solución eficiente respecto a cómo dividir el uso de bienes entre los ciudadanos”.
Sin embargo, ¿puede haber un exceso de Estado en algo? De acuerdo con este documento al respecto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), para justificar la intervención del Estado en el mercado, es necesario que los beneficios superen los costos de la intervención.
Un ejemplo de este juego de equilibrio son los supermercados del Estado o, mejor conocidos como los supermercados de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) creada en 1961 con el propósito de regular precios en productos de la canasta básica.
De acuerdo con Yael Cervantes, especialista del Banco de México, habría que dividir las consecuencias de estos supermercados en ventajas y desventajas.
Por un lado, la Conasupo “trató de llegar a lugares donde el sector privado no había llegado por las expectativas de pocas ganancias.”
Pero también, “personas en comunidades rurales que les costaba mucho llevar sus productos para venderlos en un lugar y, por lo tanto, tenían que poner precios más caros y no vendían”.
Quizá quieras leer: América Latina: la región con la recuperación económica más lenta tras la pandemia
Y es que es complicado competir con los precios de un negocio del Estado o una empresa paraestatal. De acuerdo con Cervantes, “en el contexto actual, la aparición de empresas paraestatales puede obligar a otras compañías a dejar el negocio por la imposibilidad de competir con sus precios (subsidiados por el gobierno)”.
“Además, desincentiva a empresas extranjeras a invertir en México debido a la misma problemática de poder competir contra esos precios.”
¿Qué tanto se siente la regulación?
Según el Índice, aspectos como la libertad de intercambio económico, de inversión y de negocio en el país están en niveles óptimos y acorde con estándares internacionales, no obstante, la calificación es peor que años anteriores.
Esto puede ser comprobado por la opinión pública. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas del INEGI, la mitad de las personas consideran que el marco regulatorio para sus negocios es más estricto que en años anteriores.
La solución no es que el Estado no intervenga, tiene que poner todo el orden, pero lo tiene que hacer para que una economía tenga más oportunidades de proveer un mejor desarrollo y menos reglas que la ahorquen.
