La escultura del gobernador Barbosa no está en la capital poblana, pero sí en Zinacantepec

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“Estoy haciendo esto como una respuesta (…) a una afirmación que develé una escultura mía en el patio central de Casa Aguayo (…).  Los malintencionados dicen que yo develé una estatua con mi figura (…). ¿Cómo creen que una persona como yo pueda pensar en develar una estatua de su figura? Nunca”, dijo Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, en un video que publicó el 3 de mayo en sus redes sociales.

La intención del video, de acuerdo con Barbosa, fue parar “la reproducción malintencionada y perversa” de la locura que según él fue la noticia de que había una estatua con su figura.

Barbosa también arremetió contra el portal de internet Eje Central y contra su director, Raymundo Riva Palacio, a quien acusó de tenerle malas querencias y a quien sugirió “pedirle a sus reporteros que cercioren los datos de sus notas”.

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La escultura de Barbosa sí existe

Sin embargo, apenas una hora y media después el gobernador tuvo que rectificar y, en otro tuit, explicar que esa misma noche se había enterado de “la reciente colocación de una estatua alusiva a mi persona colocada en la explanada en la presidencia municipal de Zinacantepec”.

También escribió que había “solicitado su retiro inmediato porque no comparto la idea del culto a la personalidad de los políticos y gobernantes”.

Y aunque en Puebla no existe una ley que prohiba que los gobernantes pongan esculturas con su figura o pongan su nombre en calles, parques y otros lugares públicos, el uso de su nombre o figura sí ha sido motivo de abuso en distintos momentos.

Lo que sí existe es una iniciativa que fue presentada hace ya más de 10 años en el Congreso del Estado de Puebla para prohibir que los bienes públicos y el patrimonio estatal tengan los nombres de personas que gobiernen a nivel municipal, estatal o federal ni de sus parientes hasta un año después de que dejen su cargo.

Por lo anterior, se puede concluir que lo que dijo Miguel Barbosa es verdadero. 

Sin embargo, lo malo fue que el gobernador poblano aprovechó para atacar al portal y al opinador, pidiéndoles mediante un oficio que verificaran la información cuando en realidad sí se había puesto una estatua de Barbosa en el palacio municipal de Zinacantepec. 

Como vimos, aunque Barbosa se tuvo que echar para atrás en sus declaraciones y solicitar al ayuntamiento de ese municipio que retiraran la escultura que colocaron en su honor, nunca se disculpó con el medio ni con el columnista. 

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