Entre 2016 y 2019 no existió una estrategia para terminar con la violencia contra las mujeres. Esto permitió que hubiera un aumento del 55% en los feminicidios en el país durante ese periodo, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De mantenerse este ritmo, para 2030 podríamos llegar a la manifestación “más extrema” de violencia, al tener una tasa de crecimiento de feminicidios de 9% (actualmente es de 14.2%). Es decir, pasaría de haber 939 feminicidios por año en 2020 a 1,109 en 2030, como proyectó la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en la tercera entrega de fiscalización de la Cuenta Pública 2019.
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La violencia contra las mujeres se intensificó durante los últimos tres años (final del gobierno de Enrique Peña Nieto y lo que va del de Andrés Manuel López Obrador), por las omisiones de las administraciones federales para combatir este problema, señaló el organismo.
Falta de estrategias y políticas públicas
Una de las principales fallas consistió en que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), hasta 2019, no había elaborado un programa integral para canalizar a mujeres en situación de violencia, reeducación de sus agresores, supervisión de los servicios, ni seguimiento en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con el fin de no revictimizarlas, se lee en el informe.
La Conavim también fue omisa en dar seguimiento a la aplicación de las leyes que protegen a las mujeres violentadas y no creó mecanismos que favorecieran la sanción de los agresores, ni tampoco para la reparación del daño, de acuerdo con el análisis de la Auditoría.
El Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim) protagonizó una de las deficiencias más graves, al subregistrar el número de casos de feminicidio. Por ejemplo, entre 2016 y 2019, sólo contabilizó 353 feminicidios, cuando en realidad ocurrieron 3,282.
Eso no fue todo: en 3.1% de los 500,239 casos de violencia contra la mujer (agresiones, acoso, golpes y asesinatos) no se garantizaron medidas de no repetición, de acuerdo con la evaluación de la ASF.
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Conavim, con irregularidades en su cuentas
A la Conavim tampoco le fue bien en la revisión de sus cuentas en la ASF, la cual detectó irregularidades en sus gastos.
Por ejemplo: en 2019, la Conavim, a cargo en ese momento de Candelaria Ochoa, contrató el servicio de pasajes aéreos a 34 personas y hospedaje para otras 74 por 484,000 pesos, quienes viajaron a Ciudad de México, Colima, Sinaloa y Oaxaca para distintos eventos. Pero no acreditó ni la asistencia de dichas personas ni la realización de las actividades.
Además, ocho facturas presentadas por la Conavim por el pago de estos eventos no tienen fecha, nombre y firma del proveedor, aunque todas fueron firmadas y autorizadas por Ochoa.
Candelaria Ochoa, quien renunció a su cargo como titular de la Conavim el 30 de junio por “asuntos personales”, ahora busca una candidatura como diputada de Jalisco con Morena, para las elecciones de 2021.
Las omisiones por parte del gobierno federal han hecho que nuestro país sea uno de los más inseguros para las mujeres. Sin embargo, siguen recortando presupuesto para atender estas problemáticas, mientras que los feminicidios siguen en aumento.
El feminicidio
El feminicidio es considerado un delito de odio, en el que la víctima es asesinada por ser mujer, muchas veces para someterla y frecuentemente con saña evidente. Mientras que un homicidio se puede definir como terminar con la vida de una persona por diversas razones, como robo, venganza u otras, como explicamos en esta nota.
