La creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y la compra de la vacuna contra la COVID-19 “impactará el saldo acumulado del Fondo de Salud para el Bienestar (FSB)”, advierte Judith Senyacen Méndez, coordinadora de salud del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Al segundo trimestre de 2020, el FSB tenía un saldo de 97 mil 108 millones de pesos (mdp). Con la reforma al artículo 77 bis 17 de la Ley General de Salud que permite el uso de 33 mil mdp, la Ley de Ingresos para 2021 y la creación del Insabi, el monto del FSB se verá afectado en un 70.98% con respecto a 2019.
Para la creación del Insabi se prevén 40 mil mdp provenientes del antes llamado fondo de gastos catastróficos y 35 mil 153 mdp para comprar vacunas contra el coronavirus, que se quitarán a esos 97 mil 108 mdp del FSB.
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Los efectos
Judith Senyacen Méndez Méndez, coordinadora de salud del CIEP, nos dijo que “se podrían comprometer los recursos que existen para brindar atención a la población que no cuente con seguridad social y que tenga padecimientos -cáncer, diabetes, VIH entre otros- que pueden significar gastos catastróficos”.
En el análisis Fondo de Salud para el Bienestar (FSB): cobertura y costos del CIEP, se señalan enfermedades como VIH/Sida; cáncer de mama, próstata, cervicouterino, testicular, esófago; leucemias; linfomas; hepatitis tipo C; transplantes; alteraciones cromosómicas, cataratas…
“Es un riesgo, porque le estás quitando recursos a un fondo que tendría que irse llenando paulatinamente; entonces, uno es que limites la atención a estas enfermedades y otro es que dejes de ampliar tu catálogo de enfermedades”, explica la coordinadora de salud del CIEP.
Riesgos de financiamiento
En 2010, el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos financiaba intervenciones de 49 enfermedades de alta especialidad. Para el año 2018, se elevó a 66 tipos de intervenciones.
“El monto ejercido en atención de estas enfermedades aumentó 54.39 % al pasar de 4 mil 997 mdp en 2010 a 7 mil 715 mdp en 2018”, indica el análisis del CIEP.
Con las afectaciones al FSB, Méndez Méndez señala: “de los recursos que existen para esa atención va a limitarse. El fondo se reduce más del 70%”.
Detectan puntos débiles del Insabi
La falta de “un esquema de financiamiento congruente con los objetivos que planea” el Insabi es un factor debilidad, dice el análisis del CIEP.
Lo que se refleja en el objetivo de pasar de una atención de 55 millones de mexicanos a 72 millones.
“A pesar de la ampliación en términos de población a la que se espera atender, no se ha presentado un plan, esquema o alternativa de financiamiento del sistema de salud”, se lee en el análisis del CIEP.
“El aumento en presupuesto no es equivalente. De tal forma que, el gasto per cápita anual se reduce 33%, al pasar de 3,607 en 2020 a 2,602 en 2021 por persona”.
Decrece el presupuesto de gastos catastróficos
El CIEP documentó la evolución del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos. Se observa que pasó de 24 mil 953 mdp en 2010 a 97 mil 108 mdp en 2020.
“La tasa de crecimiento promedio fue 15.2%, la más alta fue de 32.7% en 2017. Para 2020, el fondo presenta por primera vez una tasa de crecimiento negativa de -8.28 %”, se indica en el análisis Fondo de Salud para el Bienestar (FSB): cobertura y costos.
Otro factor detectado por el estudio del CIEP, se centra en la cobertura de atención. Judith Senyacen nos explicó que “la única intervención con cobertura del 90% fue VIH”; un 3.7% en cáncer de próstata y 1.9% en hemofilia.
“La cobertura de los diferentes cánceres incluidos en el estudio es menor a 50%”, detalló Méndez Méndez.
“Para cubrir la totalidad de casos, tras considerar la reciente creación del Insabi y el aumento en la población, serían necesarios 27,000 mdp anuales, 4.67 veces más del presupuesto que se destinó en 2018”, se anticipa en el análisis del CIEP.
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Dinero de fideicomiso a vacuna
El pasado 6 de noviembre compareció la subsecretaria de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Victoria Rodríguez Ceja, ante la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados.
La funcionaria explicó que el gobierno federal no contaba con recursos para atender la situación económica generada por la COVID-19.
“La situación económica es compleja… se habla de un monto estimado de mil 600 millones de dólares -que presuntamente son para adquirir la vacuna-”, comentó Rodríguez Ceja.
También detalló que los recursos provendrían de los fondos que se obtengan de la reforma de la extinción de los fideicomisos. Una parte está comprometida en 2020 para los anticipos y, otra, será para 2021”.
La subsecretaria de Hacienda aclaró que no se ocuparían los 33 mil mdp del Fondo de Salud del Bienestar, pues ese dinero tendría otro destino: “fondear diversos temas de salud”.
- La construcción de 25 hospitales en las zonas de alta y muy alta marginación.
- La creación de plazas para estas clínicas de salud.
- Basificación de personal.
- La creación de plazas para médicos residentes.
- Adquisición y tratamientos asociados.
- Reforzar la gratuidad.
¿Y las reservas que presumió AMLO?
Los señalamientos de la subsecretaria de Egresos de Hacienda, Victoria Rodríguez Ceja, ante diputados, contrastaron con la afirmación de López Obrador en la mañanera del pasado 11 de agosto.
Ese día, el presidente presumió una reserva de hasta de 100 mil millones de pesos para la adquisición de la vacuna contra el coronavirus.
“Si es un costo moderado hasta 50 mil y si es un costo bajo hasta 25 mil millones, porque tenemos finanzas públicas sanas y lo más importante es la salud del pueblo. Eso iría contemplado en el presupuesto, no tendríamos problema”, agregó el mandatario.
Resulta que esa reserva, al parecer, no existió. ¿Sería por esto la urgencia de la extinción de fideicomisos y fondos?
