Cuidar el Metro de la CDMX, última de una larga lista de tareas civiles que no tendrían que hacer las Fuerzas Armadas

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Cada vez son más las funciones civiles que se le delegan a las Fuerzas Armadas en México. Desde la construcción de hospitales, la entrega de apoyos sociales y ahora la presencia de 6,060 integrantes de la Guardia Nacional en el Metro, poco a poco estos cuerpos de seguridad han ido asumiendo funciones civiles que van más allá de la seguridad pública. 

La militarización del país no es algo nuevo ni de este sexenio, sin embargo, es un proceso que “sigue acelerando” ya que “se les siguen otorgando funciones sin hacer ningún tipo de evaluación con base en objetivos planeados”, nos explica Catalina Pérez Correa, profesora investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).  

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El pasado 12 de enero de 2023, 6,060 miembros de la Guardia Nacional fueron desplegados en las instalaciones del Sistema Colectivo de Transporte Metro para garantizar su funcionamiento después del accidente que sucedió el 7 de enero. 

Este despliegue fue criticado por distintas razones, entre ellas la cantidad de guardias, pues hay más elementos de la Guardia Nacional en el Metro de los que hay en todo el estado de Michoacán.

A pesar de la presencia de este cuerpo de seguridad, el 15 de enero dos vagones en la Línea 7 se despegaron llegando a Polanco. Según el Director General del Metro, Guillermo Calderón, el accidente pudo deberse a un par de tornillos defectuosos. Situación que ninguno de los 6,060 elementos del metro hubiera podido impedir. 

Militarización de la vida pública

En diez años se han asignado por lo menos 227 tareas civiles a las Fuerzas Armadas, según Catalina Pérez Correa, colaboradora en el Inventario Nacional de lo Militarizado del Programa de Política de Drogas (PPD) del CIDE. 

La reciente incorporación de la Guardia Nacional a la Sedena es otro “ejemplo de una función civil militarizada”, nos explica Catalina Pérez Correa, profesora e investigadora del CIDE.

Sin embargo, la injerencia de las fuerzas armadas ha llegado más allá de la seguridad pública.  En el registro del PPD se encuentra que tanto la construcción de escuelas como de hospitales en distintos estados de la república han sido delegados a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena). Estas tareas, explica el inventario, corresponden a las Secretarías de Obras Públicas estatales. 

Por medio de convenios, los estados han delegado no sólo obligaciones, sino cantidades importantes de recursos a las fuerzas armadas y esto es un problema porque no hay transparencia en la administración de los recursos que reciben estos cuerpos de seguridad. 

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“Hay una opacidad absoluta acerca de cómo se usan los recursos, cómo se están asignado o cuáles son las capacidades específicas que tiene la institución para llevar a cabo cosas como la del Metro”, dice Catalina Pérez Correa sobre la delegación de tareas civiles a las fuerzas armadas.

De igual forma, la también licenciada en Derecho por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) menciona que de entre todas las posibles soluciones a los problemas que enfrenta el país, emplear a las fuerzas armadas es “la opción menos transparente y que menos controles tiene en el ejercicio de los recursos y de las funciones específicas”.

Contratos

La reforma para integrar la Guardia Nacional a la Sedena fue muy criticada por la sociedad civil debido a que, a parte de ser anticonstitucional, se prevé que este cambio vaya a tener un impacto negativo en la seguridad pública del país.

Mexicanos Unidos Contra la Delincuencia (MUCD) explicó que la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública han generado más violencia que seguridad.  

Sin embargo, estas adjudicaciones de tareas civiles a las Fuerzas Armadas no siempre son tan controversiales ya que la mayoría se realizan en la oscuridad sin mayor difusión o resistencia. 

Catalina Pérez Correa nos explicó que en la mayoría de las ocasiones la delegación de tareas se hace por medio de contratos discretos en lugar de por licitaciones. Esto no solo facilita el proceso, sino que contribuye a la opacidad que caracteriza las labores de las Fuerzas Armadas.

La militarización en México, si bien es promovida por el presidente, no termina con él. Gran parte de las tareas y los recursos que se le delegan a las Fuerzas Armadas vienen de los mismos estados. Nos comenta la investigadora del CIDE que muchas veces es el mismo Ejército quien propone proyectos a los gobernadores que no pueden rechazar. 

“Yo creo que el presidente ni siquiera tiene idea de cuales son todas las funciones que realiza el ejército” nos explicó Pérez Correa, quien a su vez cree que “el ejército en realidad no está subordinado al poder del presidente”. 

La Guardia Nacional en el Metro

La gente sí quiere que esté la Guardia Nacional en el Metro” afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia mañanera del 17 de enero.

Según una encuesta realizada por trabajadores del Metro a 4,404 personas, que mostró el titular del ejecutivo, el 79.54% de la población está de acuerdo con la presencia de la Guardia Nacional en el Metro, y solo el 20.45% está en desacuerdo. “El pueblo es sabio” dijo López Obrador sobre los resultados de la encuesta. 

Independientemente de las preguntas que puedan surgir a partir de la metodología de la encuesta, las Fuerzas Armadas gozan de gran confianza entre la población mexicana, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública. 

Sin embargo, Catalina Pérez Correa nos explicó que la opinión favorable que se tiene de las Fuerzas Armadas no deriva de resultados, sino de un “aparato de propaganda”. 

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Gracias a Guacamaya Leaks es posible conocer la dimensión de este problema, según la profesora del CIDE. El portal Emeequis encontró que la Sedena ve las redes sociales como un medio de propaganda y contrapropaganda. Esta Secretaría estaba detrás de contenido favorable que se realizaba para la red social TikTok y que se compartía por medio de cuentas no oficiales. 

 “No solo gastan en mejorar la imagen del Ejército, también en responder cada estudio, cada denuncia que existe que lastima su imagen” comenta Catalina Pérez Correa, quien le atribuye a esta estrategia la confianza que la población tiene en las Fuerzas Armadas.

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