Gaslighting, una violencia sutil que puede llevar al feminicidio

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¿Alguna vez has escuchado algo como: “¡estás loca!”, “claro que no pasó así”, cuando en realidad sabes que los hechos sí sucedieron como piensas? Podrías estar viviendo el gaslighting, un tipo de violencia psicológica. 

El gaslighting, como forma de violencia, se da cuando  el agresor le da información falsa a la víctima, cambia la versión de los acontecimientos o la manipula para que ésta dude de su memoria, de sí misma o de su percepción de las cosas, lo que a la larga puede ocasionar periodos de angustia, baja autoestima, ansiedad y hasta depresión. 

Y aunque es ejercida principalmente de hombres a mujeres, las mujeres también pueden practicarla.

Incluso, pareciera que los mismos políticos la llegan utilizar con la ciudadanía: minimizando los reclamos y negando que algo no está funcionando bien, como por ejemplo, el desabasto de medicamentos que los padres de niñas y niños con cáncer denuncian en todo el país, mientras que el gobierno dice que no existe. 

El término gaslighting fue tomado de la obra de teatro Gaslight (1938), que después se adaptó al cine con el mismo nombre (1944), en la que un hombre manipula a su esposa cambiando cosas de lugar y  disminuyendo la intensidad de las luces de gas a la vez que niega que esas cosas están pasando, para hacerla creer que está volviéndose loca. 

Cada vez que una agresión es seguida de un intento de minimizar lo que pasó o de negar las emociones o el impacto que tienen nuestros actos en otras personas, es manipulación emocional” 

Antonella D’Alessio, docente en introducción a los estudios de género en Facultad de psicología UBA y cofundadora de la Red de Psicólogxs Feministas.

En el largo plazo, el gaslighting tiene consecuencias serias, como que quien lo sufre comienza a dudar de que es capaz de hacer cosas en las que antes era hábil, le cuesta trabajo tomar decisiones, limita su círculo social pues se siente insegura o tiene miedo de hablar frente a otras personas, de acuerdo con Luz Nava, psicóloga cofundadora de la Colectiva Cuerpa

Aunque es una violencia sutil y el agresor puede ejercerla de manera mesurada, incluso hasta “tierna”, en realidad puede significar un gran peligro, ya que la violencia va creciendo, hasta poder llegar al feminicidio, que es la expresión más peligrosa de los tipos de violencia contra la mujer.


La violencia va escalando, muchas veces se empieza con estas manifestaciones sutiles y si se continúa en esta relación la violencia puede seguir aumentando, puede llegar a la violencia física y desencadenar en un feminicidio

Luz Nava, psicóloga cofundadora de la Colectiva Cuerpa

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También puede llevar al suicidio feminicida

El feminicidio no es la única consecuencia grave. “El gaslighting puede ir o no acompañado de otros tipos de violencia, como la física o la económica, y en la medida en la que la falta de confianza en la toma de decisiones o en ella misma van aumentando. En casos extremos la víctima puede atentar contra su propia vida”, explica la psicóloga Joanna Trejo, integrante de la Colectiva Cuerpa.  

Los episodios de violencia que vivieron llevaron a 1.5 millones de mujeres a pensar o a intentar suicidarse, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), como documentó Cuestione

El suicidio feminicida es un fenómeno que recientemente se empieza a estudiar y, por lo tanto, no hay mucha información al respecto. “El suicidio feminicida es una modalidad de la violencia de género. Es importante discutirlo porque, en muchas líneas de investigación, los causantes de que las mujeres decidan terminar con su vida, después de vivir violencia, son los agresores y ellos quedan exonerados”, explicó Mayra González Solís, magistrada de Yucatán.

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¿Cómo funciona el gaslighting?

Aunque el gaslighting puede parecer inocente, en el fondo oculta una manipulación casi imperceptible, que se va desarrollando con situaciones sutiles o pequeñas, hasta escalar a situaciones más grandes, como explica D’Alessio.  

Hacer luz de gas o gaslighting comienza con la negación: la persona que ejerce esta manipulación niega los hechos aunque existan pruebas de ellos, con frases que buscan minimizar el juicio de la víctima, como “eso no pasó, te lo imaginaste”. O bien, no validan las quejas o sentimientos de la otra persona, por el contrario, les hacen sentir que están exagerando. 

Después viene la culpa, con la constante negativa, cambios de información y minimización de sus sentimientos, la víctima comienza a pensar que posiblemente sí se está imaginando las cosas o las exagera, lo que le genera culpa. Es entonces cuando el agresor fortalece ese sentimiento de culpa al asumir el rol de víctima al decir frases como: “me duele que no me creas”, “exageras lo que pasó, no fue así”, entre otras. 

Ya con la autoestima baja, la víctima se convence de que, en efecto, ella es la del problema, duda de sí misma, de su criterio, hasta de lo que ve y oye. Debido a esto ya no confía en sus decisiones ni en su percepción de la realidad, lo que le puede ocasionar, en casos extremos, que atente contra su propia vida, de acuerdo con Trejo

“Muchas veces, las mujeres que he tratado en sesiones terapéuticas, dicen que sienten estar volviéndose locas, porque una y otra vez sus parejas les repetían que eran unas exageradas o que las cosas no habían pasado así, e intentaban culpabilizar a las mujeres de la violencia que habían sufrido

Antonella D’Alessio, docente en introducción a los estudios de género en Facultad de psicología UBA y cofundadora de la Red de Psicólogxs Feministas.

Aunque este tipo de violencia se ejerce principalmente en pareja, también puede aparecer en otros ámbitos, como el laboral, el familiar o el social. Mientras que las víctimas principales son las mujeres.

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¿Qué hacer si eres víctima del gaslighting?

Lo principal es reconocer que algo no está bien cuando te genera malestar e identificar cuando ya no puedes ni quieres seguir bajo esa violencia. “Busca a tus redes de apoyo y ayuda de profesionales con perspectiva de género, que puedan identificar que eres víctima de gaslighting, porque podría confundirse con situaciones esporádicas”, recomienda Trejo. 

De acuerdo con el libro The gaslighting effect (El efecto de luz de gas), del doctor Robin Stern, se recomienda: 

  • Confía en tu intuición y que no te disculpes por lo que sientes, ya que es válido.
  • Ser conscientes de tus valores y las cosas que te importan.
  • Mantener tus límites personales.

Si por el contrario, descubriste que tú eres quien lo ejerce, las expertas te recomiendan escuchar a la persona que te dice que alguna acción tuya está generando un malestar, lo primero que debes hacer es escucharla y reconocer la validez de sus sentimientos y no minimizarlos. 

El gaslighting puede parecer inofensivo, pero a largo plazo traerá problemas graves para las víctimas; tenemos que aprender a reconocerlo para evitar sufrir bajo esta manipulación o ejercerla. 

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