El gobierno de Estados Unidos se acerca a una crisis financiera, ¿cómo le pega a México?

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El declive de la economía de Estados Unidos y las consecuencias que esto podría traer para México -y el mundo- es una de las preocupaciones que vienen con la vecindad con aquel país y los estrechos lazos que tenemos. 

Esta preocupación tiene sentido si consideramos que Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial y con quien compartimos temas importantes como la migración y el combate al crimen organizado, por dar un par de ejemplos.

Las especulaciones sobre la estabilidad económica del país gobernado por Joe Biden nos hacen cuestionarnos qué pasaría con México si realmente Estados Unidos se hundiera en una crisis.

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Esto viene a propósito de las declaraciones de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, quien recientemente envió una carta a republicanos y demócratas en la Cámara de Representantes para pedirles que aprueben o suspendan el techo de deuda -el límite superior de dinero que el gobierno puede pedir prestado- que en enero de 2023 alcanzó los $31.4 billones de dólares.

Yellen advirtió a las y los legisladores que si el gobierno de Biden no hace algo al respecto de manera oportuna, el país podría quedarse sin dinero para cumplir con sus obligaciones legales y poder pagar los beneficios del Seguro Social y Medicare, los salarios de los militares, los intereses sobre la deuda nacional, los reembolsos de impuestos y más.

Las finanzas del gobierno de EU no necesariamente implican crisis es su economía

La lectura sobre una inminente crisis económica en Estados Unidos es un poco alarmista, nos dijo la economista y abogada Fernanda Diez-Torres, quien nos explicó que en realidad en Estados Unidos es mucho más fuerte la diferencia que hay entre los problemas del gobierno y la economía en general.

“Dije más fuerte la diferencia, pero no total, porque al final hay una cosa muy importante que son las tasas de interés que pone la Secretaría del Tesoro. Aún así el Tesoro, igual que el Banco Central aquí en México, son todavía autónomos, entonces no se manejan por las decisiones o por los deseos del Ejecutivo sino por un grupo de especialistas”, detalló Diez-Torres.

En Estados Unidos la inflación continúa bajando lentamente. Según los datos publicados en mayo de 2023 por la Oficina de Estadísticas Laborales estadounidense los precios subieron un 0.4% en abril, aunque el índice interanual descendió una décima del 5% al 4.9%. 

“Hay muchas cosas que han cambiado desde el 2019, principios del 2020. Las tasas que ofrecía la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos en realidad eran muy bajas (…) después de la pandemia hay una tasa de inflación a nivel mundial por diversos factores. Uno de ellos es que la gente empezó a sentir que otra vez tiene más poder adquisitivo”, destacó la especialista.

Todo eso implicó que la gente siguió comprando, el nivel adquisitivo continuó y en algunos momentos creció, eso hace que se genere un mayor nivel de inflación porque aumentó la demanda, pero no la oferta, nos dijo Fernanda Diez-Torres.

Evidentemente la pandemia por la COVID-19 vino a revolver todo y a ésto tenemos que sumarle las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania que impacta directamente en nuestros bolsillos al ser el país gobernado por Vladimir Putin uno de los mayores exportadores de granos en el mundo, dijo la experta.

¿Y la deuda del gobierno de Estados Unidos nos afecta?

Lo que está pasando en Estados Unidos es que quieren cambiar el techo de la deuda, esto es solo para su gobierno y sucede una vez al año, a veces cada dos años. El Congreso se reúne y le dice al gobierno Federal “te doy permiso de que te endeudes más”, nos explicó Fernanda Diez-Torres.

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“¿Cuál es la preocupación de los economistas? Para los más ortodoxos la deuda de Estados Unidos es mucho mayor de lo que está ingresando por su Producto Interno Bruto, pero los economistas que no son tan ortodoxos te dicen ‘no hay tanto problema porque la economía sigue funcionando, está pagando una parte de esa deuda de manera constante y sigue creciendo’”, resaltó la experta.

Al final, el Congreso estadounidense tendrá que ceder para elevar el techo de la deuda de su gobierno, de lo contrario habría otras implicaciones que podrían generar mayores problemas, pero en este momento y ante las elecciones presidenciales que se avecinan para las que Biden ya se apuntó, la negociación sobre la deuda está sirviendo como carta política de los republicanos para ejercer presión, nos dijo Diez-Torres.

¿Y México? Bueno, en realidad las inversiones y la ventana de oportunidad que tenemos por nuestra posición geográfica -lo que sería el nearshoringy el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá no se ven directamente afectadas por estas circunstancias, pero sí por otras que le competen más a las políticas internas de nuestro país, aclaró la entrevistada.

“Las razones que nos afectan para atraer las empresas de nearshoring es la indefinición y la incertidumbre jurídica que está señalando hasta la misma Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a la que pertenece México porque hemos estado perdiendo lugares de competitividad y de atención al Estado de derecho”, acusó la especialista.

Ejemplo de esto son la clausura del Aeropuerto de Texcoco y de la fábrica cervecera Constellation Brands en Mexicali, Baja California que ya tenía el 65% construida y cuya inversión estaba valorada en unos $1,400 millones de dólares, pero que se echó abajo por el impacto ambiental que causaría el gran volumen de agua que necesita para su operación.

“La verdadera razón por la cual no estamos siendo competitivos a la hora del nearshoring no es por cómo está comportándose la economía estadounidense, que es mejor de lo

que se quiere ver (…) sí existen ciertas señales de alarma, pero en general va a ir mucho mejor”, destacó Diez-Torres.

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En el peor panorama la vida de las y los mexicanos se encarecería

En el peor escenario, en el que realmente Estados Unidos sufriera una crisis económica que nos impactara, tendríamos que voltear a ver a Canadá y Europa como ventanas de oportunidad, que son regiones con las que ya tenemos acuerdos comerciales, resaltó la economista Fernanda Diez-Torres.

Esto enfocándonos en la industria minera con Canadá, en la exportación de alimentos con Europa -limón, aguacate y plátano, principalmente- y en al área automotriz que podría fortalecerse con la unión europea.

En esta misma visión catastrófica, si Estados Unidos tuviera una inflación incontrolable y siguieran subiendo las tasas de interés de la Secretaría del Tesoro estadounidense a México le pegaría “multiplicado”.

“Ya lo estamos sintiendo con las tarjetas de crédito, cómo han subido los intereses que tienen que pagar las personas. El crédito se encarece (…) es más complicado que puedas comprar las mismas cosas con el dinero que estás teniendo”, especificó Diez-Torres.

En una reacción en cadena, la economía de las y los mexicanos se complicaría en estas circunstancias, aún más de lo que estamos viviendo desde hace un par de años. 

Aunque no nos encontramos todavía en este panorama, no podemos negar la codependencia de nuestra economía con la estadounidense y debemos estar atentos a cómo se mueven las piezas de este tablero en el que jugamos solo por compartir una frontera. 

Más vale prevenir.

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