El manejo de la pandemia desde marzo de 2020 por parte del gobierno y de las autoridades sanitarias ha dejado mucho que desear. Primero, porque no se midió el impacto que podía tener, no solo en la salud de la población, sino también en la economía, la seguridad y la educación.
Segundo, porque como te lo contamos en esta nota, México ha destacado como uno de los países con más altos niveles de mortalidad frente a la COVID-19 con un total de 4,214,253 casos confirmados y un acumulado de 300,764 muertes.
A pesar de que el secretario de Gobierno, Adán Augusto López, afirmara el 12 de enero que México se encuentra entre los países con los más altos índices de vacunación, en realidad se coloca en el número 63 de los países con más de un millón de habitantes, según un estudio del proyecto Covidax, como antes te lo explicamos.
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Entre los actores que tuvieron que participar para la contención de la crisis por la COVID-19, resaltaron unos más que otros, ya sea por hacer un buen trabajo (otros por hacerlo mal), pero además hay que entender que la pandemia tiene dos flancos para ser atendida: uno social y el otro político, nos dijo el politólogo Jorge Márquez.
“Por un lado está el criterio propiamente social, que significa cuidar a la población, disminuir al máximo el número de muertos y de contagios. Por otro lado, hay otro criterio que es el político, que es cómo se lucra con la pandemia en términos electorales y de prestigio”, explicó el experto.
En el terreno de lo social, realmente hay un déficit muy grande porque así lo hay en todo el sector salud, empezando por las carencias que presenta la atención del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que sustituyó al Seguro Popular de Salud en enero de 2020, señaló Márquez.
A nivel nacional, entre 2018 y 2020, se observó un aumento de la población con carencia por acceso a los servicios de salud al pasar de 16.2% a 28.2%, lo cual representó un aumento de 20.1 a 35.7 millones de personas en este período, indicó el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“La otra política de salud terrible es la de compra de medicamentos que se le entrega a una entidad inexperta, ineficaz que es la UNOPS que, por cierto, el gobierno ya aceptó que fue una política ineficaz y ahora las medicinas ya no las comprará la ONU, sino ahora las comprará el INSABI”, detalló el politólogo.
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El mayor acierto, el canciller Ebrard
Para el experto, el mayor acierto que tuvo el gobierno mexicano durante el manejo de la pandemia tiene que ver con la campaña que el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, realizó para recolectar vacunas por todo el mundo, “a los mejores precios y muchas veces en donaciones”.
El canciller viajó a Estados Unidos, Rusia, China e India para poder conseguir los lotes de vacunas AstraZeneca, Sputnik V, Sinovac y CanSino, en un compromiso por obtener el apoyo internacional para acelerar la vacunación en nuestro país, uno de los más golpeados por la crisis de la pandemia por el virus SARS-CoV-2
“Lo malo es que cuando ya llegan las vacunas, pues quién sabe dónde quedan, se han hecho recuentos de todas las vacunas, de acuerdo con lo que el propio gobierno ha informado y resulta que hay perdidas como 30,000,000 de vacunas”, recordó el politólogo.
Otro aspecto que merma la eficacia del esquema de vacunación es que el actual gobierno tiene una tendencia a convertirlo todo en propaganda, nos dijo Márquez. “Tampoco se sabe si cuando llegaron 1,000,000 de vacunas en realidad llegaron o no, entonces hay anuncios espectaculares de cuantas llegan y de pronto se ponen a hacer las cuentas algunos periodistas y se preguntan dónde están”, agregó.
Las grandes fallas: SSA y AMLO
En cuanto los actores políticos que más han dejado que desear durante los casi dos años que llevamos en México intentando contener la pandemia destaca el presidente Andrés Manuel López Obrador, el titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer y su encargado específico para la atención de la pandemia, el subsecretario Hugo López-Gatell que “ni siquiera son capaces de reconocer los más mínimos descubrimientos científicos sobre el tema”, precisó el experto.
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“Son un grupo que dudó del uso de cubrebocas, que dudó de la distancia social, que difundió noticias falsas o sin base científica y que contribuyó mucho a la extensión de la pandemia, a los muertos y a los contagiados”, advirtió el entrevistado.
Además, el experto explicó que la pandemia se ha utilizado como bálsamo político y se aprovechó enormemente para ganar la simpatía de la población en las elecciones intermedias de 2021, “desde el punto de vista de la eficacia clientelar política, ahí sí no hay ninguna falla, ahí sí es experto el gobierno actual”, concluyó.
