Que la Guardia Nacional pertenezca al Ejército es ir contra los derechos humanos en México

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El Ejército está aumentando su poder en México, y es posible que no quiera renunciar a él en un futuro. Esto ocasionaría el riesgo de más violaciones a derechos humanos sin castigos o penalizaciones.

De acuerdo con los especialistas consultados, las tareas del Ejército han aumentado paulatinamente sexenio tras sexenio. Ahora, con la próxima reforma constitucional, en la que se plantea darle el mando de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se le estaría dando más permisos de autoridad civil a las Fuerzas Armadas.

“¿Qué pasa cuando se crea una policía civil y a los pocos… literalmente a los pocos meses lo convierten en un ala del Ejército, que deberá de responder a la lógica del Ejército, a su disciplina… etcétera? Lo que terminas haciendo es darle más poder a los militares. En teoría de juegos, la gente con poder tiende a conservarlo”, nos dijo Luis Enrique Pereda, abogado constitucionalista y colaborador de Cuestione.   

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Esto da la impresión de que la Guardia Nacional solo fue creada para justificar a las Fuerzas Armadas como autoridad civil, de acuerdo con Catalina Pérez Correa, investigadora de la División de Estudios Jurídicos y colaboradora del Programa de Política de Drogas del CIDE

Pero la Guardia Nacional no necesita ser parte del Ejército para ya tener quejas y denuncias por violaciones a los derechos humanos. Como documentamos en esta nota, la Guardia Nacional terminó el 2020 con 350 quejas, solo nueve menos que las que tiene el Ejército. 

Erubiel Tirado Cervantes, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana, nos dijo que los elementos de la Guardia Nacional no cuentan con una preparación adecuada sobre derechos humanos.

En realidad, la Guardia Nacional siempre ha estado bajo el mando de las Fuerzas Armadas. Desde octubre de 2020 la Sedena asumió el control operativo por instrucciones de López Obrador. 

“De plano le dieron el mando a la Sedena. En realidad la Guardia Nacional es un cascarón en donde prácticamente no se han formado policías nuevos”, dijo Daniel Vázquez, experto en Derechos Humanos e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Una fase más

“A lo mejor es preocupante a partir de un pasado real, histórico, palpable, identificable, donde eran militares los que gobernaban al país. No lo estoy diciendo en sentido metafórico, Lázaro Cárdenas fue militar. Después hubo un cambio de actores en el país que hizo que el mando civil tomara el control. Esto hace que Manuel Ávila Camacho haya sido el último presidente que perteneció al Ejército”, nos explicó Luis Enrique Pereda. 

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Al respecto, Raúl Zepeda Gil, miembro del Grupo de Investigación sobre Conflicto, Seguridad y Desarrollo de la Red de Investigación de Violencia Urbana y del Seminario de Violencia y Paz del Colegio de México, nos dijo que estamos en una fase más de la gradual militarización de la seguridad pública en México.

Como documentamos en esta nota, la militarización del país no inició en este sexenio. De acuerdo con Zepeda Gil, se inició desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari con la creación del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en 1989. 

Prueba de ello es la designación del primer director del CISEN, el ex militar Jorge Carrillo Olea, que después de ser General de Infantería ocupó varios puestos públicos y participó en la conformación de este nuevo centro de inteligencia.

Carrillo Olea fue también gobernador de Morelos entre 1994 y 1998, periodo en se le acusó de permitir el aumento del crimen organizado en dicha entidad. El ex gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido también lo acusó de permitir el incremento del crimen organizado en el país durante su paso por la Secretaría de Gobernación.

La incorporación de soldados a las tareas de seguridad pública continuó con Ernesto Zedillo y la sustitución de agentes de la entonces Policía Judicial Federal (PJF), por soldados y miembros de la Policía Militar. Algunos de ellos, explica el periodista Alberto Nájar en Contralínea, eran elementos de élite, entrenados por el Ejército de Estados Unidos.

Como señalamos en esta nota, Vicente Fox -que gobernó de 2000 al 2006- creó la Secretaría de Seguridad Pública y puso bajo su mando a la Policía Federal Preventiva en la que integró a miembros del Ejército para su conformación.

Felipe Calderón (2006-2012) transformó a la Policía Federal Preventiva en Policía Federal e integró a más elementos del Ejército, dándoles facultades de investigación ante el crimen organizado. Enrique Peña Nieto (2012-2018) propuso a la Gendarmería Nacional en 2012, que dependería del Ejército mexicano; sin embargo, su creación se dio hasta el 2014, como una de las divisiones de la Policía Federal.

A pesar de la violencia y el abuso que cometen militares y la Guardia Nacional en contra de civiles en el país, ¿seguirán en las calles y ganando más poder y posiciones?

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