Aún está a tiempo
La emergencia sanitaria del COVID-19 creó otra alerta en México, esta vez, en el sector energético, en el que las energías renovables tienen un nivel de importancia secundaria, debido a la prioridad por impulsar la producción de petróleo, su refinación y la generación tradicional de energía eléctrica.
El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), por instrucciones de la Secretaría de Energía, a cargo de Rocío Nahle suspendió, de manera indefinida, los proyectos de energías renovables (eólicos y fotovoltaicos) en el país, con el fin de, dijeron, dar certeza y garantía al suministro de energía eléctrica durante el período de confinamiento.
El proyecto afectará el inicio de operaciones de 26 plantas solares fotovoltaicas y eólicas, así como 18 proyectos de construcción lo que, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), implica que dejarán de invertirse más de 6 mil 400 millones de dólares.
A pesar de estas cancelaciones, Carlos Alberto Jiménez Bandala, investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle y especialista en el sector de energía, nos explicó en que México aún no ha perdido la oportunidad de incrementar la generación y el uso de energías limpias.
Entonces, ¿qué tan real es que el país pueda funcionar con energías renovables?
“Es muy real, el mundo está avanzando en ese sentido. No en estos momentos, hay que verlo de manera muy objetiva. El consumo de hidrocarburos seguirá aumentando al menos en un periodo sostenido de 20 años, o sea, no vemos en el corto plazo la caída de la demanda de petróleo”, dijo el especialista.
Agregó que la contingencia creada por la propagación del coronavirus y el confinamiento provocaron, a nivel global, una caída general en la demanda de la energía, tanto la generada por hidrocarburos como por energía renovable, fenómeno que desaparecerá conforme las actividades productivas se restablezcan.
“Sí es muy real que transitamos hacia energías limpias hacia energías renovables, pero en el corto plazo, desafortunadamente, el mundo todavía va ha estar consumiendo hidrocarburos”, agregó Jiménez Bandala.
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Baja en inversionistas a gran escala y particulares
Para el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la resolución del Cenace pone en riesgo una inversión de alrededor de 20 mil millones de dólares.
En realidad, el freno en la capacidad de generación de electricidad solar y eólica en el país se estableció desde el 2019, con el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2018-2032.
En éste, la administración de Andrés Manuel López Obrador suspendió las subastas de largo plazo, a través de un acuerdo el 4 de junio del 2019, para la adjudicación de centrales para la generación de energías solares y eólicas.
A estas coyunturas, se suma el trato poco prioritario que recibió este sector en los pasados sexenios.
Una Reforma Energética “poco limpia”
De acuerdo con Carlos Alberto Jiménez Bandala, las condiciones de las energías renovables en México no se entienden sin la historia económica del país.
“Con la Reforma Energética (2013), esto no se atendió y es algo que hemos dicho desde la Academia: sólo sirvió para dar a Pemex a manos privadas. Era el momento para que Enrique Peña Nieto permitiera que los particulares pudieran manejar y distribuir energías renovables que no se interpusieran con las que ya generaba el Estado a través de sus paraestatales”, explicó el experto.
Esta es el momento que Jiménez Bandala describe como oportunidad para la actual Secretaría de Energía.
“Yo creo que ese va a ser uno de los grandes retos de Rocío Nahle: ¿Cómo se va a regular la producción de particulares?, porque actualmente, un particular no puede generar energía y venderla en el mercado así con esa facilidad, eso también hace que el inversionista, no vea rentabilidad en el sector. No observa incentivos para la inversión”, dijo.
Investigación y desarrollo
Para la firma consultora Deloitte México, la baja demanda de petróleo a nivel global, provocada por el encierro de la población y la suspensión de actividades industriales, junto con las diferencias entre Arabia Saudita y Rusia en el acuerdo en los precios del crudo, ocasionaron “una tormenta perfecta” para la industria de hidrocarburos.
Sin embargo, el sector de hidrocarburos cuenta con un respaldo que le permite mantener este margen de pérdidas durante esta contingencia sanitaria.
“Para ellos es más costoso cerrar un pozo que mantenerlo con pérdidas, y tienen el dinero para hacerlo. La industria de las energías limpias no, es muy vulnerable, naciente y los inversionistas que están metiendo capital no tienen las condiciones para poderlo mantener con tantas pérdidas. Por otra parte, no hay capacidad de almacenamiento”, dijo Jiménez Bandala.
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Es por eso que el entrevistado explica que a pesar de que en los próximos 20 años, el mundo se siga moviendo a través de energías provenientes de fósiles, México tiene la oportunidad de desarrollar energías renovables, a través de investigación y desarrollo.
“Es algo urgente, y el gobierno debería de adoptarlo como parte de sus políticas económicas, es decir, si la CFE va a renovarse, si Pemex está renovándose, se podría abrir una filial de esta empresa paraestatal, para que no se perdiera el control de estas energías, para comenzar a trabajar sobre energías renovables”, señaló el académico.
A pesar del optimismo, Jiménez Bandala dijo que muchos inversionistas se están retirando y el sector tendrá muchos problemas para reactivarse.
“Esto debe de ir de la mano de la ciencia. Perdimos en México el Instituto Mexicano del Petróleo. Hay que recuperar este tipo de institutos, de energías limpias y renovables y volverlos a echar a andar, de lo contrario, podrán pasar los 20 años de demanda de hidrocarburos y vamos a necesitar importar esta energía de países en los que sí haya avance al respecto”.
¿Logrará este gobierno rescatar del rezago de las energías limpias a México y recuperar los avances que se alcanzaron en los últimos años?
