Además de contar con información de Pemex, huachicoleros usan imágenes satánicas para sentirse “protegidos”

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Santo Malverde, San Judas Tadeo, la Santa Muerte… y ahora Satanás. Éstas son algunas  de las deidades religiosas o imágenes que los delincuentes en México veneran para pedir protección ante sus crímenes y evitar caer en manos de la justicia.

La sorpresa más reciente fue el hallazgo de un altar de adoración al “señor de las tinieblas”, tras el descubrimiento por parte de las autoridades de un túnel para extraer y transportar combustible robado, mejor conocido como huachicol, en el estado de Hidalgo.

El 4 de mayo de 2023, la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo informó sobre el aseguramiento de un huachitúnel en el municipio de Cuautepec, gracias a trabajos de inteligencia junto con la Procuraduría de Justicia estatal, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional.

En el túnel que estaba conectado a un ducto de Pemex, de 25 metros de longitud, se encontró un altar con figuras satánicas, y ofrendas de comida y velas. También había un adoratorio de la Santa Muerte y otro santero. En el lugar había 38,000 litros de combustible robado; mientras que 10 personas fueron detenidas y se incautaron 12 vehículos, así como droga.

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Pocos días después, un segundo huachitúnel fue ubicado por las autoridades en el mismo pueblo de Hidalgo.

Al respecto, el secretario de Seguridad Pública estatal, Salvador Cruz, aclaró que en otros operativos contra el huachicol han encontrado más altares a la Santa Muerte: “lo que se encontró ahí en verdad sí son altares para la muerte y otras cosas relacionadas; no sé mucho de eso, pero son altares que veneraban para el robo del hidrocarburo”.

El funcionario añadió que los altares a la Santa Muerte han sido una constante en eventos relacionados con el robo de combustible: “hemos encontrado algunos altares; son obras muy sofisticadas, muy grandes, y pues ya tenían mucho tiempo, muchísimo; calculamos que más de año donde a diario se robaban el hidrocarburo”.

En materia económica, Cruz precisó que el huachicol en Hidalgo, durante los últimos ocho meses, ha dejado pérdidas a Pemex por cerca de $25,000,000 de pesos.

“Putrefacción anímica”

“Los delincuentes buscan protección, se asisten de ese tipo de prácticas con la idea de ser protegidos por fuerzas ultraterrenas. Los malos piensan mal y actúan mal; no van a tener un altar de la Virgen o un Nacimiento navideño; deben tener cosas análogas a su putrefacción anímica”, nos explicó Javier Oliva, experto en temas de seguridad pública.

El también académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM nos recordó que incluso las bandas delincuenciales han intentado tener como emblema a San Judas Tadeo, el patrono de las causas difíciles o perdidas, pero la Iglesia católica lo ha impedido.

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“La Santa Muerte tiene una raíz importante en Tepito, forma parte de esa estructura (del Cártel de la Unión Tepito), y no se te olvide el Santo Malverde, en el caso de Culiacán, Sinaloa, donde incluso tiene una capilla. Son invocaciones a la propia violencia y como tal hay que verlo”, abundó el especialista.

Ya hubo otros “narcosatánicos”

El hallazgo de un altar de adoración al diablo en el huachitúnel de Hidalgo revivió en la memoria colectiva el caso de la banda de secuestradores conocida como Los Narcosatánicos, que a finales de los años 80 del siglo pasado cobró notoriedad por realizar sacrificios humanos en Matamoros, Tamaulipas, y en la Ciudad de México, además de traficar droga.

En un rancho de Matamoros, por ejemplo, la Policía encontró elementos utilizados por Los Narcosatánicos: una caldera con un cerebro humano, cabezas de cabras, tortugas, patas de pollos, monedas y sangre de animales. También se hallaron cargamentos de marihuana, cocaína, armas de fuego y vehículos con teléfonos incorporados, un lujo en esa época.

Al menos 20 personas fueron asesinadas por el grupo encabezado por el cubano-americano Adolfo de Jesús Constanzo. La banda delictiva tuvo su fin tras una balacera con la Policía capitalina en mayo de 1989 en la colonia Cuauhtémoc, del entonces Distrito Federal. Varios de sus integrantes murieron, entre ellos Constanzo, y otros fueron detenidos.

¿Va en ascenso el huachicol?

El hallazgo reciente de al menos dos túneles para extraer y transportar huachicol en Hidalgo coloca a Cuautepec como el nuevo epicentro del robo de combustible en México, como antes lo fueron Palmar de Bravo o San Martín Texmelucan, en Puebla.

Según el diario El País, durante los últimos años del sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), los municipios aledaños a la autopista que une la CDMX, Puebla y Orizaba, Veracruz, cobraron relevancia por la presencia de las mafias del huachicol.

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Y de acuerdo con el portal Energy 21, a pesar de los esfuerzos del gobierno federal por erradicar el robo de combustible, el huachicol aumentó 27% entre enero y agosto de 2022 al acumular 8,910 tomas clandestinas, es decir, 1,901 más que en el mismo periodo de 2021 cuando Pemex identificó 7,009 tomas.

Con base en datos de la empresa del Estado, el repunte respondió al incremento de tomas clandestinas en estados como Hidalgo, y le siguen el Estado de México, Guanajuato, Veracruz y Jalisco.

En tanto, según los reportes financieros de Pemex, solo en el tercer trimestre de 2022 se registró un aumento de 195% en las pérdidas económicas para la petrolera por el robo de combustible, al pasar de $1,900 millones de pesos perdidos de julio a agosto de 2021, a $5,600 millones perdidos en 2022.

Y no solo eso: entre enero y septiembre de 2022, las pérdidas por huachicol se estimaron en $14,243 millones de pesos mientras que, para el mismo periodo de 2021, la cifra fue de $4,801 millones.

“Les filtran información”

El analista en temas de Seguridad Nacional Javier Oliva nos dijo que los datos reflejan “no un auge, pero sí un incremento” en el robo de combustible, sobre todo en la zona conocida como el Triángulo Rojo (Tlaxcala-Puebla-Hidalgo). “Y de ninguna manera (el aumento) tiene que ver con estas prácticas de los huachicoleros en su búsqueda de protección (mediante altares satánicos)”, aclaró el profesor-investigador de la UNAM.

Finalmente, Oliva nos explicó que el huachicol “no es algo improvisado”, pues necesita de recursos tecnológicos para sacar el combustible, y almacenarlo en pipas y bidones, además de que requiere de la complicidad de las autoridades. “De adentro (de Pemex) es donde (los huachicoleros) obtienen la información; quien les dice cuándo sube y cuándo baja la presión para poder perforar los ductos. ¿Cuántos ingenieros o técnicos han sido secuestrados o asesinados de Pemex?”, se preguntó el experto.

Aún no hay respuestas, pero lo que está claro es que el huachicol sigue siendo un problema para las autoridades.

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