“Los que lamentablemente pierden la vida en su mayoría tiene que ver con conflictos regionales no vinculados con el poder, en todos los casos, son muy pocos los que son asesinados por órdenes de autoridades locales, son asuntos que tienen que ver con la delincuencia organizada en la mayoría de los casos”, aseguró el presidente López Obrador en su conferencia matutina del martes 14 de junio pasado.
Con esa frase el presidente le contestó a John Holman, corresponsal de Al Jazeera, un importante medio árabe, quien le preguntó sobre sus críticas a los periodistas.
En particular, se refería a sus dichos sobre que hay una mafia de los medios y que algunos toman dinero para criticar al presidente.
“Nosotros hemos ido hablando con varios periodistas locales en los estados; ellos dicen que estos señalamientos tienen un impacto directo para ellos en la cantidad de amenazas o ataques que reciben, si es por el público o por otros actores en su ambiente” añadió Holman.
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En su respuesta, el presidente agregó que su gobierno siempre ha respetado a los periodistas y volvió a hacer la distinción entre los auténticos periodistas y los que están al servicio del poder económico, apoyando “al régimen de corrupción y de injusticias (…) y actuando en contubernio con autoridades represivas o a periodistas que han ayudado a autoridades a justificar torturas”.
Después, Holman le preguntó sobre la impunidad en los casos de asesinatos de periodistas, a lo que el presidente respondió: “te contesto de manera categórica: no hay impunidad”.
Falso que mayoría de agresiones contra periodistas sean del crimen organizado
Sin embargo, lo que dijo el presidente es falso: si bien no existen pruebas que vinculen a los presuntos asesinos de periodistas con el gobierno, no se puede afirmar que en ninguno de los 33 casos de comunicadoras y comunicadores que han sido asesinados por su labor periodística durante este sexenio no participó ningún funcionario.
Lo que sí sabemos, con datos del propio gobierno, es que casi la mitad de las agresiones a periodistas son realizadas por servidores públicos.
Como puede verse en la gráfica anterior, aunque hay una ligera disminución en la proporción de agresiones a periodistas por parte de funcionarios, todavía en 2021 (últimas cifras disponibles) 47% fueron perpetradas por servidores públicos de acuerdo con el Mecanismo para la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas de la Secretaría de Gobernación
Paula Saucedo oficial de protección y defensa de Artículo 19 -una organización que promueve la libertad de expresión en todo el mundo- nos dijo que “el Estado, -las autoridades de los tres niveles- son las responsables de garantizar la seguridad de la prensa”.
“Por lo anterior, es importante que no se concluyan líneas de investigación sobre participantes materiales ni intelectuales en los crímenes hasta que todas las líneas de investigación sean agotadas”, añadió.
Impunidad de agresiones contra periodistas hasta del 90%
Además, la afirmación del presidente sobre que no hay impunidad en los crímenes contra periodistas también es falsa.
El 17 de enero de este año, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, señaló que más del 90% de los casos de agresiones y homicidios contra periodistas y defensores de derechos humanos no terminan con una condena.
Además, en un informe publicado en abril de este año por Artículo 19 se retoman datos de la Fiscalía Especializada de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) que dan cuenta de una cifra histórica de impunidad en los delitos contra la libertad de expresión de 98.1%.
“Desde 2010, año de su creación, hasta diciembre de 2021, (la FEADLE) ha iniciado un total de 1,469 indagatorias por crímenes contra periodistas, de las cuales se han obtenido únicamente 28 sentencias”, señala el informe.
Por todo lo anterior, se puede concluir que lo que dijo el presidente López Obrador sobre que no hay impunidad en los delitos contra periodistas y que la mayoría de las agresiones contra la prensa son perpetradas por la delincuencia organizada es falso.
