Las compras que ha hecho el gobierno federal para enfrentar la COVID-19 continúan siendo un misterio. Ahora el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) viola la Ley y dice que no puede contestar cuánto gastó en comprar más de 19 millones de insumos médicos, porque, dicen, el personal encargado de dar esa información tiene coronavirus.
Así es. Le preguntamos al Insabi –vía transparencia– sobre la cantidad de insumos que ha adquirido y que han llegado en los más de 20 vuelos de China y nos contestó que, en total, suman más de 19 millones de piezas, las cuales se han distribuido a 41 instituciones de salud.
Pero si queremos saber cuánto se ha gastado en estas compras, no podemos saberlo porque hay casos de COVID-19 entre el personal de la Dirección de Recursos Materiales del Insabi (a cargo de registrar las compras), por lo que se pronunciaron “impedidos para entregar la información”, así que la darán una vez que se recuperen.
¿Esa es una buena razón para negar la información? No. De hecho, tanto la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información, como la Ley Federal de Acceso a la Información Pública, establecen que los problemas internos del sujeto obligado (en este caso el Insabi) no pueden ser motivo para negar la información.
Además, las dependencias obligadas no pueden dar respuestas distintas a las que contempla la ley, por lo que “impedidos” representa una falta a la misma. Es decir, están argumentando una situación que no está contemplada como excepción para su cumplimiento en la ley, nos explicó Alejandro Torres, experto en transparencia y rendición de cuentas.
Negar información pública no es una práctica nueva en esta administración. En esta nota ya habíamos documentado, hace un mes, que al menos cinco dependencias involucradas en la importación y distribución de los insumos médicos se negaban a dar información. Esto, a pesar de que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) había ordenado al gobierno federal transparentar esa información para rendir cuentas.
Sin embargo, volvimos a insistir con el Insabi (la principal dependencia en administrar estos insumos). La respuesta fue la misma: no se entrega la información.
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Y de los ventiladores COVID-19, nada se sabe
De los 811 ventiladores que el gobierno federal ha traído en los más de 20 vuelos desde China, ninguno aparece en los 19 millones de insumos médicos que ha registrado el Insabi (a pesar de que en junio anunció que adquirió 195 de ellos), de acuerdo con el inventario del Instituto, reportado en la solicitud de información 1238000027820.
Lo que sí ha registrado es que entre abril y julio de este año ha comprado a China más de 11.2 millones de mascarillas, 4.9 millones de cubrebocas, más de un millón de máscaras N95, entre otros millones de insumos, pero ningún ventilador.
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¿A dónde se han ido estos insumos?
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es el principal beneficiario de las compras de insumos para combatir el COVID-19, con 6.2 millones de piezas; le siguen la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, con más de 1.7 millones, cada uno.
Saber cuántos insumos se compraron no basta. Necesitamos conocer cuánto gastó el gobierno federal en cada uno de estos insumos, pues es su obligación legal y política rendir cuentas, en medio de la gran crisis sanitaria por el coronavirus.
